La estrategia universitaria de José Antonio Kast
El mundo universitario está en el corazón del plan del ex candidato presidencial. Invitaciones y afiches están en su menú.
José Antonio Kast (JAK) siendo golpeado por un miembro de la federación de estudiantes de la Universidad Arturo Prat en Iquique o enfrentado, días antes, con duros epítetos por un alumno en la Universidad Andrés Bello de Concepción son las imágenes más brutales del agitado proceso que el ex candidato presidencial inició en marzo para conformar su nuevo movimiento político, el cual espera estrenar el próximo 19 de abril. Estas polémicas visitas a planteles de educación superior no son eventos aislados. Por el contrario, en lo que va de este mes el ex diputado UDI ha asistido a siete de estas instituciones, principalmente en regiones y para los próximos días tiene contempladas dos charlas más, una en Santiago y la otra en Copiapó.
La actividad universitaria está al centro de la estrategia de JAK para dar forma y sustancia a su movimiento político. De hecho, en una entrevista el lunes en Pauta 100.5 dijo a Cristián Warknen que la batalla política más importante que su agrupación deberá dar es aquella por “la libertad en el mundo universitario”. Su diagnóstico apunta a que el asambleísmo no es democrático y se ha tomado las instancias de participación y decisión de manera irregular: “La democracia funciona con voto secreto, informado, en tiempos determinados y con un Tricel”. Eso, agregó, no estaría pasando en muchas universidades, donde “se producen verdaderas maratones en las asambleas por quién dura más para votar y se termina imponiendo la ley del más fuerte”.
Hasta ahora, las charlas y seminarios universitarios en los que ha participado JAK han sido principalmente en planteles donde sus representantes estudiantiles son abiertamente de izquierda. Lo han tildado de provocador y lo acusan de incitar a la violencia. Sin embargo, sus asesores explican que la lógica que guía su trabajo es la de penetrar aquellos lugares que la política tradicional abandonó. “Nuestro movimiento quiere devolverles la política a los ciudadanos y retomar un trabajo a nivel de base, lo que incluye a los jóvenes de universidades. Es importante que la democracia vuelva a las casas de estudio que hoy están secuestradas por la izquierda ideológica”, comentó el ex presidenciable.
“El 90% de las federaciones universitarias en Chile está en manos del Frente Amplio o el Partido Comunista. Hay unas pocas independientes de centroizquierda y apenas cuatro de centroderecha”, dice Ignacio Dülger, coordinador universitario del movimiento en formación de JAK. “Asisto a todas las universidades que me invitan”, agregó Kast. “¿Por qué debiera ir solo a las que seré bien recibido? Uno debe saber debatir y escuchar las opiniones de todos. Además, ¿quién dice que hay universidades de izquierda o de derecha? Pienso que en todas las casas de estudios hay personas que se pueden sentir identificados con lo que yo planteo, solo que viven atemorizados por la izquierda ideológica”.
Las invitaciones
Beatriz Hevia, coordinadora juvenil del movimiento en ciernes, revela que, hasta la fecha, las invitaciones que han llegado han sido de estudiantes de tres sedes penquistas (Universidad de Concepción, San Sebastián y Andrés Bello), de la Universidad de Valparaíso, de la Arturo Prat de Iquique, de Tarapacá de Arica y de la de Atacama en Copiapó. Esta última actividad finalmente fue suspendida por las autoridades del plantel luego de lo que pasó en Iquique.
El modus operandi se repite en todos los casos: alguna agrupación de universitarios interesada en que José Antonio Kast visite su plantel para que exponga de algún tema se comunica con Ignacio Dülger o Beatriz Hevia. Ellos son los encargados de coordinar estos encuentros en medio de la agenda mediática y de actividades del ex presidenciable. Luego se define el tema a tratar. Así, por ejemplo, se han discutido temas como la inmigración, el servicio público y en la actividad que se suspendió en la Universidad de Atacama se iba a referir a regionalización y descentralización junto con otros panelistas.
Al llegar a estas actividades, Kast y sus acompañantes prenden la cámara de sus celulares y se ponen a filmar videos con los comentarios y reacciones de los estudiantes. Así quedó grabada la airada reacción de estudiante “Pablo” cuando, en la Universidad Andrés Bello de Concepción, el ex diputado se refería a los migrantes. Luego estos videos son subidos a las redes sociales y rápidamente los viralizan. Esta situación y el discurso ultraconservador de Kast también ha hecho que muchos piensen que su estilo busca provocar abiertamente a sus adversarios políticos.
El afiche rojo
Las charlas y seminarios, además, son usados por Kast y sus seguidores para promover e implementar “Voto Democrático”, iniciativa creada a comienzos de año por José María Castro, estudiante de derecho de la UC, que busca impulsar la participación universitaria. “A José Antonio le presentamos esta idea y le gustó mucho. La tomó como una de sus banderas y la promueve, pero no está arriba del tema las 24 horas del día. Tampoco sale su nombre en los afiches que publicitan el tema”, explica Beatriz Hevia.
El afiche en cuestión es un papel de fondo rojo que consta de seis puntos que explicitan cómo debe ser -a su juicio- una elección universitaria democrática. En primer lugar, asegura que el voto presencial es personal y nunca a mano alzada. Luego establece que el voto es secreto, informado, que todos los votos tienen el mismo valor y que las elecciones deben contar con un Tricel para vigilar el proceso. Concluye con que todas las personas tienen derecho a votar. El plan de difusión ya comenzó de forma piloto en las universidades Austral, Arturo Prat, de la Frontera, Valparaíso, de Santiago, de Chile, de Concepción, de Antofagasta, de Tarapacá, Católica de Valparaíso, Católica del Norte (sedes de Antofagasta y Coquimbo) y Católica de Temuco.
“Partimos en las universidades donde hemos observado más problemas”, cuenta Dülger. Los problemas a los que se refiere son básicamente a que el asambleísmo ha propiciado, según su punto de vista, un ambiente hostil y violento que inhibe la participación entre aquellos estudiantes que piensan distinto a los líderes de la asamblea.
Alfonso Mohor, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), desvirtúa este argumento. “Me temo que se trata de gente que no le gusta discutir abiertamente sus posturas. Ninguna organización es perfecta, pero cada comunidad se da de forma autónoma su propia orgánica. Las distintas federaciones tienen diversas maneras de votar, ya sea en asambleas o en urna, donde sin duda el voto es secreto y debidamente informado”, dice.
Ante las acusaciones de que el asambleísmo amedrenta las visiones distintas, Mohor asegura que “es más fácil despotricar contra los que lideran que convocar a los estudiantes con sus ideas y acciones”. Agrega que al menos en la Universidad de Chile la iniciativa de “Voto Democrático” no tiene fuerza y que si bien ha escuchado sobre los afiches, nunca los ha visto en las paredes de esa casa de estudios.