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Las opciones que se barajan para el sitio de la discordia

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Agencia Uno
POR Josefina Ríos |

La posible construcción de viviendas sociales abre para Las Condes un doble frente: contra Vitacura y en su propio concejo.

La reunión terminó con apretones de manos, declaraciones conjuntas y un plazo. El pasado 11 de abril, los alcaldes de Las Condes, Joaquín Lavín, y de Vitacura, Raúl Torrealba, bajo la atenta mediación del titular del Ministerio de Vivienda Y Urbanismo (Minvu), Cristián Monckeberg, acordaron presentar en 30 días una fórmula para zanjar la polémica en torno al cambio del plano regulador de Vitacura para construir un parque en un terreno de propiedad de Las Condes, donde Lavín quería levantar viviendas sociales. La propuesta, en términos simples, debía asegurar que el 50% del terreno de 28 mil metros cuadrados ubicado en la calle Las Hualtatas se destinara a áreas verdes y el resto a viviendas donde el concepto de integración estuviera presente.

Sin embargo, y a pocos días de que se cumpla el plazo establecido, las caras ya no son tan alegres y las posibilidades de que se logre el objetivo propuesto por Monckeberg parecen cada vez más escasas. Así lo reconoció el propio ministro, quien en una entrevista el jueves pasado llamó a “rezar por él” debido a la complejidad que han tomado las negociaciones con los alcaldes de Las Condes y Vitacura por al alto costo del terreno en cuestión. Todo esto estaría haciendo peligrar la idea de Lavín de construir viviendas sociales en ese predio.

Por lo pronto, ya se le quitó urgencia al acuerdo. Tanto en los municipios como en el Minvu coinciden en que es casi imposible que se concrete una fórmula que deje a todos contentos antes del próximo 10 de mayo.

La fórmula del 80/20

Luego de la publicitada reunión del pasado 11 de abril, se le encomendó al seremi de Vivienda y Urbanismo Metropolitano, Boris Golppi, liderar el grupo de trabajo tendiente a elaborar una solución técnicamente viable para el sitio en discordia. Hasta ahora, Golppi reconoce que han tenido al menos tres reuniones con los equipos de Vitacura, liderados por la directora de obras de la comuna, Pamela Ortiz, y los de Las Condes, comandados por el asesor urbanísitico Pablo de la Llera. No obstante, admite que pese a los esfuerzos que todos están haciendo por llegar a un acuerdo, éste no ha sido posible.

“La idea es que llegue a buen puerto el proyecto original de destinar la mitad del terreno para áreas verdes y el otro 50% para viviendas sociales, pero claramente el valor del predio es una condicionante importante y dificulta las acciones en este sentido”, explica Golppi a PAUTA.cl. Al respecto, la ley establece que una vivienda social es aquella cuya tasación no supera las 400 UF, salvo que se trate de condominios, donde el valor por unidad puede aumentar hasta 520 UF. Así las cosas, resultará muy difícil encasillar un proyecto inmobiliario en esta zona dentro de esa categoría.

El seremi añade que existen varias propuestas sobre la mesa. “Incluso se ha considerado hacer un mix con las distintas ideas, no hay nada descartado aún”, dice. Funcionarios cercanos al Minvu manifiestan que entre las alternativas que se han conversado, ha trascendido la posibilidad de construir viviendas económicas enmarcadas en la normativa del DFL2, destinadas a apoyar a la clase media, la cual puede postular a un subsidio habitacional que entrega el Estado para la compra o construcción de moradas. Así, un 80% de los departamentos diseñados se haría bajo esta modalidad, mientras que el 20% restante podrían ser viviendas sociales propiamente tales.  

Consultado por PAUTA.cl sobre su disponibilidad para concretar esta alternativa, el alcalde Lavín asegura: “Lo importante para mí es que se logre la integración social”, pero agrega que prefiere no pronunciarse sobre el tema hasta que no se conozca la fórmula concreta. “Tengo un compromiso con el ministro Monckeberg de esperar su mediación”, explica.

Con todo, este esquema se alinea bastante bien con los proyectos inmobiliarios presentado por Lavín el año pasado ante la dirección de obras de Vitacura. El propio alcalde de Las Condes ha detallado en varias oportunidades las características de las que ha calificado como “viviendas sociales top”. Se trata de departamentos de entre 60 y 70 metros cuadrados, con tres dormitorios, dos baños, living comedor y una terraza, cada uno con un valor aproximado de entre UF 1.000 y 1.200.

Bastante más escéptica es la mirada de Torrealba frente a esta alternativa. “Estoy de acuerdo con construir viviendas sociales, pero resulta que la ley que las norma es ineficiente, pues le pone un tope a su tasación muy bajo. Por lo tanto, es imposible pensar en un proyecto con esas características en este sitio, cuyo valor es altísimo, por lo que el precio mínimo que puede tener una vivienda ahí es cercano a las UF 5.000”, asegura. En la misma línea, el alcalde de Vitacura explica que cualquier construcción en ese sitio necesitará de un cambio en el plan regulador de la comuna que hoy lo declara como área verde. “En ese caso, los vecinos se tienen que manifestar. Es difícil que prospere una idea así, ya que en esa zona hay alto tráfico de vehículos en las horas punta, el sector no soportaría un proyecto inmobiliario de gran escala como ese”, agrega.

Boris Golppi reconoce que también existen limitaciones en ese sentido. “Los problemas viales propios del sector han complejizado la decisión en torno al futuro del sitio de Las Hualtatas. Hay mucha congestión vehicular en esa zona y para viabilizar un proyecto de viviendas habría que tomar acciones para solucionar esos inconvenientes”, reflexiona.

¿Vitacura sale de compras?

La otra alternativa que ha sonado en los últimos días es la posibilidad de que Vitacura compre el 50% del terreno (1,4 hectáreas) a Las Condes y de esta manera la comuna liderada por Torrealba construya el parque que piden los vecinos en la totalidad del paño de 2,8 hectáreas. Si bien la opción contaría con la simpatía del alcalde de Vitacura, este plan no está aún arriba de la mesa. “Jamás he conversado esta posibilidad con el concejo, sin ello no existe resolución posible al respecto”, advierte Torrealba. Por otro lado, reconoce que no hay plata suficiente en caja para pagar los cerca de US$ 20 millones que costaría la mitad del terreno en pugna. De ahí que una de las posibilidades sería que el municipio tome un crédito con ese propósito.

Consultados algunos concejales de esa comuna al respecto, no existe una postura unánime frente a esta alternativa. La representante de Evopoli, Francisca Cruzat, asegura que “todavía no hemos barajado esa posibilidad, no se ha planteado en el concejo y no creo que hoy sea una opción real que esté arriba de la mesa. Pienso, en todo caso, que se debe estudiar, yo no la descartaría”. Otros miembros del concejo, sin embargo, miran la idea con más recelo. “Todo depende del precio, si se acepta que es un sitio para áreas verdes cae en la categoría de expropiación, en esa línea se podría evaluar. Pero antes hay que revisar la parte legal, no está tan claro que se puedan realizar contratos de compra y venta entre municipalidades”, explica un concejal oficialista.  

El que no parece demasiado contento con esta idea es Lavín. “Sigo esperando la mediación y el acuerdo fue 50% parque, 50% vivienda. Para mí el punto importante es la integración social. Esto es mucho más que un conflicto entre Las Condes y Vitacura. El tema de fondo es si estamos dispuestos a cambiar la política habitacional para terminar con el hecho de que hasta ahora las viviendas sociales se hacen siempre en terrenos baratos, es decir alejados y sin servicios”, reclama.

El flanco interno

Pero más allá de lo que resuelva el proceso de mediación liderado por el ministro Cristián Monckeberg, el alcalde Lavín deberá, además, emprender también la tarea de convencer a su propio concejo municipal de que la idea de levantar viviendas sociales en terrenos de alto valor es positiva. Y esa labor no se ve del todo fácil. En el acta del concejo realizado el pasado miércoles 12 de abril, las diferentes posturas quedaron a la vista.

Si bien hay coincidencia absoluta entre todos sus integrantes de que el municipio debe esforzarse por llegar a una solución conforme a la ley y de que el alcalde Torrealba cometió un acto arbitrario al cambiar el plan regulador de su comuna para impedir la construcción de viviendas en el sitio que es de propiedad de Las Condes, no existe unanimidad en la conveniencia de levantar un proyecto de viviendas sociales en ese sitio.

El concejal de RN Carlos Larraín Hurtado aseguró, como consta en el acta, que “la construcción de viviendas sociales en cualquier sector de la comuna debe responder a estudios, planificaciones y uso de los recursos en forma eficientes”. En la misma línea, dijo a PAUTA.cl que “no existe ningún estudio sobre evaluación social de éste y otros proyectos de este tipo en la comuna que apoyen la idea del alcalde Lavín. Hay que ser cuidadosos con los fondos municipales, no podemos estar a merced de las tincadas del alcalde”.

Al respecto, la concejala UDI Carolina Cotapos dijo en la misma sesión del concejo que consideraba inviable que se construyeran viviendas sociales en un terreno emplazado en la comuna de Vitacura, puesto que evidentemente los vecinos de Las Condes desean mantenerse en esa comuna para efectos de acceder a todos los beneficios de que les otorga el municipio. En el acta se consigna que Cotapos aseguró que, en lo personal, no estaba de acuerdo en forzar la integración social, sino que ésta se da a través de la educación y otros ámbitos. Mientras que el concejal RN David Jankelevich agregó que “la integración social no se consigue si se construye un edificio de clase media en un lugar donde viven aquellas personas más adineradas de Santiago”. Incluso fue más allá y postuló que, a su juicio, esto podría generar bastantes problemas de convivencia por las desigualdades que habría entre unos y otros.

Pero Lavín no está solo. Los concejales UDI Julio Dittborn, Patricio Bopp y Christian Velasco apoyan totalmente su planteamiento sobre la necesidad de la integración social. En esa línea, además están el concejal de Evopoli, Ricardo Cortés, y el representante de la Izquierda Cristiana, Felipe de Pujadas.

Lavín, en tanto, desdramatiza estas diferencias y está seguro de que llegado el minuto contará con el apoyo total de su concejo municipal. “Lo dije en la cuenta pública de la municipalidad. Las discrepancias en el concejo se han radicado en tres temas: la bandera gay, la ordenanza de acoso y el tema del rodeo. En temas habitacionales no ha habido diferencias, quizás pueda haberlas cuando se discutan los proyectos concretos, pero por el momento son solo discusiones en el aire”, enfatiza.