La agenda feminista de la PUC entra en la recta final
Las siete mesas de trabajo tienen sus temáticas definidas. Para llegar a acuerdo tienen dos semanas de plazo, que podrían extenderse.
Al rector de la Pontificia Universidad Católica (PUC), Ignacio Sánchez, se le empieza a acabar el tiempo para iniciar el trabajo comprometido con la asamblea de mujeres luego de que las estudiantes bajaran la toma del campus Casa Central.
Además de los tres compromisos inmediatos de Sánchez, hubo otro que apuntaba a darle cauce institucional al trabajo “por las demandas feministas”. Se trata de siete mesas de trabajo fijadas junto a las voceras de las mujeres movilizadas.
Estos espacios ya tienen fecha de inicio y deberán estar constituidas en una semana más, el 18 de junio. Sin embargo los tiempos se le acortan al rector, ya que el primer semestre está a punto de terminar. Cuatro días después se terminan las clases en la PUC y el 10 de julio se da inicio a las vacaciones de invierno.
Por eso tanto desde rectoría como por parte de los estudiantes el interés está puesto en que la discusión parta cuanto antes. Las temáticas que abordarán estas mesas ya se terminaron de definir entre Sánchez y las voceras de la asamblea de mujeres. Los asuntos a tratar serán los siguientes: violencia y protocolos en caso de denuncia; violencia y protocolos de prevención; educación no sexista; madres y padres; subcontrato, inclusión; y aborto en tres causales.
Estas mesas son inéditas en la PUC y tendrán una frecuencia de trabajo semanal y el periodo de funcionamiento será “en torno a cinco semanas”. Además sus decisiones serán vinculantes, es decir se entenderán como una obligación asumida por rectoría solo cuando las conclusiones sean aprobadas por 10 de los 12 integrantes. El rector Sánchez, en todo caso, había dicho en entrevista con PAUTA.cl el 3 de junio que tales características de vinculantes aplican únicamente si están de acuerdo con los principios de la universidad.
El camino para concretar el trabajo
Durante esta semana los estudiantes estarán realizando un levantamiento de nombres en todos los campus. La idea es que de cada carrera puedan ir proponiendo nombres para cada mesa para llenar los cupos que les corresponden a los alumnos.
Luego, este listado será analizado por la mesa coordinadora de la asamblea feminista, que está compuesta por dos mujeres de cada carrera, para escoger a los representantes finales. Además, este representante contará con un equipo de trabajo que lo acompañará mientras dure la discusión. Las personas que escogerá rectoría tampoco se han definido aún, pero se espera que estén listos a más tardar este viernes.
A pesar de que quedó estipulado que esta etapa del proceso durará aproximadamente cinco semanas, en la práctica este plazo puede extenderse. Esto, porque hay temáticas que se podrían resolver en dos semanas y otras que se extiendan por meses. La que ya se vislumbra como una de las más complejas es la que discutirá las temáticas relacionadas con la ley de aborto en tres causales, ya que uno de los puntos del petitorio es que la PUC no se declare objetora institucional.
La estudiante de ingeniería y vocera de la asamblea de mujeres, Ilia Gallo, asegura que “lo más probable es que ese punto no se conceda”, pero adelanta que al menos es relevante “que se haga el cuestionamiento al proyecto educativo en este punto y que se aporte con insumos para el debate que surjan de la triestamentalidad”.
Sánchez ya ha advertido que cualquier cambio que vaya en contra de los principios de la universidad será rechazado.
El sello de Sánchez
El viernes de la semana pasada, el rector de la casa de estudios realizó su cuenta anual en el marco de las celebraciones del día de Sagrado Corazón. Junto con enumerar los principales logros de 2017, Sánchez dedicó al final de su discurso unas palabras para lo que ha vivido la universidad en las últimas semanas.
“Las tomas son movimientos que no se puedan aceptar en la universidad, porque violentan la convivencia y restringen espacios de aprendizaje. Por lo tanto, hay que hacer un llamado a que se depongan las tomas y que no se repitan estos procedimientos”, dijo ante la comunidad universitaria. La autoridad agregó que “no podemos permitir que una situación de este tipo se repita. Por esto quiero hacer un llamado a construir caminos al diálogo y expresión de ideas”.
El rector, quien supo sortear con éxito la toma, ha confirmado el buen político que es al interior del plantel universitario. Su capacidad para acercar las posturas y ser mediador entre los sectores más conservadores y progresistas ha sido una de las características de sus dos periodos al mando de la PUC. Así lo reconocen estudiantes, académicos y funcionarios.
Por eso ahora el rector está enfocado en una palabra: diálogo. Lo ha dicho él en reiteradas circunstancias y es lo que quiere poner en práctica con este proceso de trabajo de mesas que está por comenzar.
Pese a que recibió algunas críticas por parte de profesores, como el académico de la facultad de Derecho Gonzalo Rojas, el mayor espaldarazo del rector llegó directamente desde la Iglesia. El vice gran canciller, Tomás Scherz, publicó la semana pasada una reflexión titulada “La gramática del diálogo en la universidad”. En el texto, Scherz asegura que “es evidente que la toma de la Pontificia Universidad Católica, como cualquier otra toma, es un acto violento. Al leer este hecho desde el sentido común o de la ley no queda ninguna duda. Pero, y sin perjuicio de lo anterior, creo que insistir en ello es como pensar que el Templo de Jerusalén no puede ser derribado, y lo que es peor, se transforma en ocasión para no dar cabida a una demanda arguyendo que se ha recibido un mal”.
Con todo, el proceso de trabajo para hacer frente a las demandas feministas en la UC está recién entrando a su recta final y puede que la discusión de las medidas de largo plazo se extienda hasta fin de año.