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La cuadra del poder en Providencia

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POR Eduardo Olivares |

Cómo es la calle Sótero Sanz, donde el poder se despliega como Iglesia, centro de pensamiento, educación y dinero.

Monseñor Sótero Sanz de Villalba es una pequeña calle adoquinada y sombría que sobrevive señorial y nostálgica entre dos grandes avenidas santiaguinas: Andrés Bello y Providencia. Sus veredas son amplias y los viejos árboles que las visten son el preludio perfecto a las lindas casas que allí se construyeron en las primeras décadas del siglo XX. Viviendas que se resisten a ser derribadas por la llamada modernidad y que hoy se han convertido en el albergue predilecto de un importante puñado de poderosas instituciones chilenas y extranjeras. 

En sus orígenes, la calle recibió el nombre de Montolín. Fue ahí, donde en 1969 se trasladó la Nunciatura Apostólica, ocupando una gran casona de estilo afrancesado con el número 200. Un año más tarde, el Papa Paulo VI designó como nuncio a un reconocido teólogo: Monseñor Sótero Sanz de Villalba, quien cumplió su misión de manera destacada entre 1970 y 1977, un periodo difícil, justo cuando Chile y Argentina atravesaron el duro conflicto por el Canal del Beagle. De esta manera, el religioso se ganó la amistad y respeto de gran cantidad de chilenos, llegando, incluso, a ser decano del Cuerpo Diplomático. En su honor, durante la década de los ochentas, la vieja calle recibió su nombre.

Un recorrido por poder

Si bien en su vereda oriente también hay “vida”, es en la calzada poniente donde se concentra el poder en esta calle. Aunque su entrada oficial es por Avenida Andrés Bello 1895, la primera casa que se levanta en esta conspicua vía es la embajada de España, una de las misiones extranjeras más relevantes para el país, tanto por sus lazos históricos como por su importante relación comercial: Chile se ha convertido en destino preferente de las inversiones de la nación europea. Según cifras de 2016, concentraba el 29 % del total. Asimismo, la “madre patria” sigue siendo uno de los principales receptores de la inversión chilena en Europa.

La casa continua a la misión española es de propiedad de la representación vaticana, bajo el número 260 se albergan las Obras Misioneras Pontificias, paso previo para llegar Nunciatura en el 200. Encabezada desde el 15 de julio de 2015 por el nuncio Ivo Scapolo (quien ha estado por estos días al centro de la polémica en el caso del Obispo de Osorno, Juan Barros), la embajada apostólica vivió días de gloria en enero pasado, cuando el Papa Francisco se alojó ahí durante su visita a Chile entre el 15 y el 18 de ese mes. La calle estuvo atiborrada de fieles que querían ver y saludar al Sumo Pontífice.

Si se sigue avanzando con dirección hacia Avenida Providencia aparece una linda “torta francesa”, nombre que reciben las construcciones de estilo galo que abundaban en esa zona años atrás. Grande, blanca y distinguida la sede de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC) es una de las únicas moradas que se pueden apreciar, a través de su discreta reja, por todo aquel que transita por esa calle. Desde el pasado 3 de abril, con la llegada de Alfonso Swett Opazo a la presidencia de la gremial, Monseñor Sótero Sanz 182 tiene nuevo inquilino.

Solo a unos pasos de la CPC, se levanta uno de los bastiones más importantes de la elite chilena: el Centro de Estudios Públicos (CEP). En las salas ubicadas al interior del 162 se reúnen permanentemente políticos, intelectuales y empresarios a debatir la actualidad nacional e internacional. Allí sus investigadores estudian y proponen políticas públicas, editan libros e invitan a expertos de distintas materias a exponer. También presentan en sus salones los candidatos presidenciales y, cada seis meses, se confecciona la famosa encuesta CEP, conocida como el “oráculo de los sondeos de opinión”.

El bastión educacional

La colindante embajada de Turquía (Monseñor Sótero Sanz 150) por varios años pasó inadvertida entre tantos vecinos conspicuos. Sin embargo, desde hace algunos años comenzó a llamar la atención entre los transeúntes, luego del rotundo éxito que han tenido las teleseries que se exportan desde ese país y que exhiben profusamente las pantallas locales.

Quizás unas de las vecinas más contentas con este “descubrimiento” son las alumnas del Liceo 7 de Niñas de Providencia. Histórico establecimiento educacional capitalino que funciona desde 1967 en el edifico enclavado en Monseñor Sótero Sanz 50, esquina Avenida Providencia. Por sus aulas han pasado destacadas alumnas, entre ellas, la exprimera dama Luisa Durán, la premiada astrónoma María Teresa Ruiz y la animadora de televisión Raquel Argandoña.