Legislar (en la medida de lo posible)
La tarea legislativa del Gobierno ha sido una de las áreas que ha recibido más críticas desde la oposición. Piñera ha anunciado una batería de nuevos proyectos de ley para contrarrestar estos ataques. ¿Por qué ahora?
Desde un comienzo en el oficialismo sabían que la labor legislativa no sería tarea fácil para la nueva administración encabezada por el Presidente Sebastián Piñera. El diagnóstico se sostenía por una parte en que la mayoría opositora en el Parlamento seguramente pondría obstáculos a las iniciativas más emblemáticas de La Moneda. Pero había otro elemento que haría el quehacer aún más complejo: la ausencia de liderazgos claros y lo suficientemente empoderados dentro de la ex Nueva Mayoría a los cuales acercarse para “negociar” los proyectos de ley y asegurar a través de estos el respaldo de las distintas bancadas a los acuerdos alcanzados.
Para contrarrestar estas dificultades, el Ministerio Secretaría General de la Presidencia (Segpres) estableció un cronograma de reuniones y almuerzos con las bancadas, tanto de diputados como de senadores, de todas las fuerzas políticas presentes en el Congreso, de manera de poder tender puentes y facilitar la conversación política. “La idea fue priorizar un diálogo institucional para evitar las negociaciones uno a uno de cada proyecto en el futuro”, explica un funcionario de Segpres. A la mayoría de estas instancias asistieron el ministro Gonzalo Blumel y el subsecretario, Claudio Alvarado, quienes, aseguran desde todos los sectores, han logrado conformar una dupla bastante afiatada.
Paralelamente, el Gobierno diseñó las “mesas de trabajo” para avanzar en la discusión de los cinco acuerdos nacionales que propuso al asumir la nueva administración el 11 de marzo pasado con representantes de la sociedad civil y de todos los partidos políticos. Con ellas, La Moneda apuntaba a realizar un trabajo prelegislativo con las diversas fuerzas políticas de manera que sus proyectos sortearan con mayor éxito su trámite en el Congreso.
Con todo, y más allá de las estrategias adoptadas por el Gobierno para atenuar su posición desventajosa en ambas cámaras, en la práctica este trabajo no se ha traducido en el envío masivo de proyectos de ley ni menos en un escenario favorable a la discusión política de sus iniciativas. Por el contrario, la oposición rápidamente acusó al oficialismo de propiciar una “sequía legislativa”.
Si bien en variadas oportunidades diversos ministros y parlamentarios de Chile Vamos han desdramatizado esta situación, aduciendo a que no todo debe resolverse con leyes y que hay suficientes iniciativas discutiéndose en el Congreso, el fin de semana pasado el Presidente Piñera salió públicamente a golpear la mesa sobre este tema. Al respecto, dijo a La Tercera: “Algunos creen que los países avanzan solo con leyes. Las leyes son importantes, pero también es importante la actitud, la voluntad, la calidad de gestión del gobierno, de los poderes del Estado y de la sociedad civil. Esto de la sequía legislativa es un invento del Partido Socialista”.
Asimismo, el Mandatario acusó la dificultad que ha tenido el Gobierno para que sus proyectos se tramiten en el Congreso, ya que las urgencias que han puesto a varias iniciativas no están siendo debidamente respetadas en las comisiones. Cabe recordar que todas estas instancias legislativas son presididas por representantes de la oposición. Pero Piñera fue más allá y para acallar las críticas anunció el envío durante los próximos tres meses de los “proyectos esenciales” de su programa de gobierno.
Entre ellos figuran las reformas a los sistemas de isapres y de pensiones, y una modernización tributaria y de Carabineros. Además, mencionó el proyecto que establece las salas cuna y la educación preescolar universales y gratuitas; la creación del Ministerio de la Familia y de Desarrollo Social, y una futura ley de integridad pública que busca regular el acceso a la administración pública cuando hay familiares de autoridades involucradas, entre otros aspectos.
La negociación que viene
El momento para anunciar esta batería de proyectos no es aleatoria. Según relata un diputado oficialista, “a estas alturas del partido ya existe mayor claridad por parte del Gobierno cuáles son las batallas que vale la pena dar”. Por eso se privilegiaron proyectos que debieran tener una tramitación más simple, como el de salas cuna y educación preescolar universal y gratuita para todos los niños, la modernización de Carabineros; también la reforma al sistema de isapres, que busca poner coto al tema de las preexistencias y el establecimiento de una forma más equitativa de distribuir el costo de la maternidad y la tercera edad.
En la misma lógica, agrega otro parlamentario de Chile Vamos, se evitaron iniciativas como la rebaja de impuesto a las empresas mencionado durante la campaña de Piñera: “Se utilizó el argumento de que el déficit fiscal superaba las expectativas y por ende no se podía concretar esta idea, pero la verdad es que no había posibilidad de que obtuviera respaldo en el Parlamento ni en la opinión pública, por lo que el pragmatismo político imperó, optando solo por una simplificación del esquema tributario”. Lo mismo con la nueva ley de adopción, la cual si bien privilegia que los niños sean adoptados por familias con padre y madre, no cierra las puertas a la adopción homoparental. “El Gobierno no quiere entrar en peleas estériles y busca dejar contentos a todos”, insiste el mismo diputado.
Por otro lado, en el Gobierno existe confianza de que, con la mayoría de las nuevas directivas de oposición ya definidas, el proceso negociación se destrabe. “Claramente en estos primeros meses la fluidez de las conversaciones con la oposición se vio afectado por el hecho de que estuvieran en proceso de elecciones internas. Eso conlleva necesariamente un perfilamiento de las colectividades hacia adentro, pero hoy superado ese tema vemos mejores perspectivas para alcanzar acuerdos”, explica un alto funcionario de La Moneda.
El mismo personero agrega que, salvo por el PS, han percibido durante las últimas semanas en general buena recepción del mundo político. “Hemos visto una permanente actitud de obstrucción de los socialistas y, pese a que hay ciertos parlamentarios con los cuales resulta fácil conversar, la cúpula del partido permanentemente traba los avances”, dicen desde el Gobierno. Al respecto, Álvaro Elizalde, presidente de esa colectividad, ha dicho en varias oportunidades que el gobierno no asume su inoperancia legislativa.
Para abordar esta compleja distancia, hay parlamentarios oficialistas que postulan que el Gobierno debiera establecer lazos con Gabriel de la Fuente, ex ministro de Segpres en la administración pasada y hoy jefe legislativo del Instituto Igualdad, think tank del PS. “De la Fuente está siempre en el Congreso y es muy oído en la oposición, sobre todo en el Partido Socialista. Se ha transformado de alguna forma en el guardián del legado de Michelle Bachelet. Le preguntan mucho y tiene un rol destacado en la discusión y estrategia legislativa de esa colectividad”, asegura un dirigente de Chile Vamos.