Mario Desbordes y Museo de la Memoria: “Los muertos míos también deberían estar ahí”
El presidente de RN justificó con el Informe Rettig el problema del “sesgo político” del museo. “El problema es que mi sector es cobarde, este debate no les gusta porque no nos da puntos”.
El diputado Mario Desbordes, presidente de Renovación Nacional, fue entrevistado en Primera Pauta por su defensa al -ahora- exministro Mauricio Rojas producto de sus declaraciones contra el Museo de la Memoria. De hecho, el propio congresista habló -mediante su cuenta de twitter– de un sesgo de la institución.
Aunque considera que el nombramiento de Rojas fue un “error evidente” tras su salida a cinco días de ser nombrado, aclaró que ni él ni el exasesor del Presidente Sebastián Piñera consideran actualmente que el museo sea un montaje. “Lo que sí he dicho es que el museo tiene un sesgo que en mi opinión no es correcto. Cuando uno plantea que haya información de más atrás no significa, como dicen los energúmenos de twitter, estar encontrando justificación a las violaciones a los derechos humanos”, sostuvo Desbordes.
“Hay que tener la cabeza muy complicada para creer que alguien, porque pide que se hable desde el 65′ cuando el PS decide desahuciar la democracia, que solo la vía armada es viable y que la democracia es un instrumento (…) Chile no se despertó el 11 de Septiembre con un grupo de militares borrachos que se les ocurrió hacer un golpe de Estado. Eso no significa, bajo ninguna circunstancia, justificar o pretender dar contexto a las violaciones a los derechos humanos, porque no tienen contexto”, agregó.
La Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación -conocida como Informe Rettig- arrojó que durante la dictadura militar entre 1973 y 1990 hubo un total de 2298 víctimas de violaciones a los derechos humanos, de las cuales 2130 se atribuyeron la responsabilidad al Estado.
“En ese contexto, yo planteo que en el Museo de la Memoria estén ambos grupos de víctimas, pero bien representados. (…) Ayer la presidenta del Museo -muy amablemente, de manera respetuosa- nos hizo saber que sí están estas personas. Yo solo recuerdo haber visto a los escoltas de Pinochet, nada más. No recuerdo una mínima comparación entre unos y otros, pero ella dice que están y que se puede”, añadió el diputado.
Al tratarse de una institución de carácter privado pero que funciona con dinero aportado por el Estado, Desbordes señaló que si “se construye con la intención que sea la mirada oficial sobre el tema de los derechos humanos, a mí me parece que los muertos míos también deberían estar ahí. (…) Estas personas están mencionadas en el Informe Rettig, el problema es que mi sector es cobarde, este debate no les gusta porque no nos da puntos y nos hace perder en las encuestas, porque es incómodo. Entonces a uno le dicen ‘Mario, no te metái en ese debate porque nunca ganamos, porque no nos conviene’. Y en esa lógica cobarde llevamos 30 años regalando la cancha a un sector que termina imponiendo su criterio”.
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