En la carrera de cruceros, ahora la batalla es por comodidades
Compañías como Royal Caribbean están introduciendo tecnología para dar a los huéspedes más control sobre sus vacaciones y un entretenimiento más personal.
Cuando el Sinfonía de los Mares, de US$ 1.350 millones, partió desde Barcelona en su viaje inaugural en abril, inmediatamente se hizo con el título del barco de crucero más grande del mundo. Con 228.000 toneladas brutas, el Sinfonía es un poco más grande que el anterior titular, su hermana de dos años, Armonía de los Mares. Pero si miramos más profundo en las estadísticas, la victoria parece dudosa. En realidad, tiene la misma longitud y transporta menos pasajeros, un máximo de 6.680.
El propietario, Royal Caribbean Cruises Ltd., que ha liderado continuamente la industria con sus embarcaciones cada vez más grandes, dice que el tamaño no importará tanto como antes. De los 16 buques que la compañía tiene bajo pedido, sólo uno será más grande que el Sinfonía, y apenas por un poco. Icon, la nueva clase de buques que la compañía está construyendo en un astillero finlandés, será más pequeña.
“No esperamos que haya un aumento en el tamaño”, dijo Harri Kulovaara, el arquitecto naval que ha liderado la construcción de nuevos buques en Royal Caribbean durante 23 años. “Puede haber algunos retoques, pero no aumentos cuánticos”.
En cambio, la empresa con sede en Miami se está centrando en cómo hacer más felices a los huéspedes en esos grandes barcos, que pueden alcanzar un cuarto de milla (402 metros) de eslora. Con ocho de los 10 cruceros más grandes del mundo, Royal Caribbean busca acelerar el proceso de embarque y comenzar antes con la diversión. Está introduciendo tecnología para dar a los huéspedes más control sobre sus vacaciones y está creando un entretenimiento a bordo más personal.
“No se trata de, ’Ahora vayan todos al teatro a ver un gran espectáculo’”, dijo Richard Fain, máximo ejecutivo de Royal Caribbean desde 1988. “La gente quiere algo que es sólo para ellos”.
La industria de las líneas de cruceros se encuentra en medio de un auge de construcción, y esa capacidad adicional entrará en operaciones en un momento en que algunos mercados están empezando a verse débiles. Carnival Corp, el mayor operador de la industria, dijo el jueves que sus ingresos serían inferiores a los esperados el próximo año, una noticia que hizo caer las acciones de los operadores de cruceros.
Royal Caribbean, el segundo actor más grande en el negocio de los cruceros después de Carnival, siempre ha sido un innovador. Su primer buque, el Canción de Noruega, se lanzó en 1970 como el primero construido para cruceros de clima cálido, con una piscina en la cubierta en lugar de botes salvavidas. Otras innovaciones incluyen el primer buffet, en el Canción de América en 1982, y un atrio, en el Soberano del Mar en 1988, el más grande de su época.
El número de huéspedes que viajan en crucero en toda la industria se ha triplicado desde entonces para alcanzar los 30 millones este año.
En los últimos dos años, Fain ha intentado que el proceso creativo de Royal Caribbean forme parte de su cultura, abriendo un laboratorio de innovación junto a sus oficinas centrales en Miami y contratando talento de competidores como Walt Disney Co. Unos 150 empleados trabajan en el laboratorio, reuniéndose con funcionarios de los astilleros y ejecutivos de las seis marcas de Royal Caribbean, incluyendo las líneas Celebrity y Azamara de gama alta.
En las nuevas instalaciones portuarias que Royal Caribbean ha construido en Miami y Fort Lauderdale, Florida, los huéspedes pueden cargar la información de sus pasaportes y una foto, y luego utilizar los puntos de control de reconocimiento facial para acelerar el embarque, “del auto a la barra”, en menos de 10 minutos, según Jay Schneider, que dirige las iniciativas digitales de la compañía.
“Lo que la gente espera en sus vacaciones ha evolucionado dramáticamente”, dijo Fain. “Creo que una de las razones por las que esta industria está teniendo tan buen desempeño es que seguimos evolucionando con nuestra oferta”.