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La lucha de las mujeres mexicanas en el mundo empresarial

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POR Gabriela Villalobos |

Las mayores empresas mexicanas tienen un promedio de 0,9 mujeres por junta directiva, en comparación con 0,8 de Brasil y 0,7 en Chile.

Cuando Blanca Treviño obtuvo su primer trabajo, desempeñándose en una empresa familiar en México, sus nuevos jefes le exigieron que firmara una carta de renuncia en blanco, en caso de que decidiera casarse.

Con el paso del tiempo eliminaron la cláusula matrimonial luego de que ella se convirtiera en un elemento fundamental de la empresa, pero en ese momento Treviño decidió cambiar de rumbo y abandonó la compañía para iniciar un nuevo proyecto en sus propios términos.

“Sigo viendo limitaciones sociales y familiares sobre lo que las mujeres pueden hacer en México”, lamentó Treviño, actual directora ejecutiva de Softtek, una empresa de servicios de TI que opera en América, Europa y Asia. “Las mujeres no deben sentirse culpables por dedicar su tiempo a su negocio”.

Es un refrán que suena cada vez más fuerte en México toda vez que las mujeres tienen problemas para posicionarse en el mundo de los negocios y las finanzas, que está dominado por los hombres. La única máxima ejecutiva en el índice Mexbol del país, Tania Ortiz Mena de Ienova, dice que a menudo escucha la frase “¿vino sola, señorita?” cuando asiste a una reunión y relató su participación reciente en una conferencia energética en el país con unos 300 invitados en la que solo dos de ellos eran mujeres.

“El prejuicio inconsciente está ahí”, afirmó. “El papel de las mujeres no es visible y los hombres simplemente lo dan por sentado, no les parece extraño”.

Tocar la campana

Desde luego, eso no impide que la industria se felicite a sí misma. El viernes, la Bolsa Mexicana de Valores “toca la campana por la igualdad de género” en un evento en su venerable sede en el centro de Ciudad de México. La bolsa cuenta con solo una mujer en su junta directiva de 16 miembros y es la propia Treviño. Fue imposible contactarse con la BMV.

Eso no es un problema que solo se perciba en la bolsa. Una mujer miembro de la junta directiva es más o menos el promedio en las 35 empresas que conforman el índice bursátil de referencia del país, Mexbol. En total, 22 de las compañías tienen al menos una mujer en su directorio, pero las mujeres solo representan el 7,2% del total de miembros de junta directiva en el indicador.

En comparación con sus vecinos regionales, es más probable que las compañías más grandes de México tengan una mujer en el directorio. Las empresas de Mexbol tienen un promedio de 0,9 mujeres por junta directiva, en comparación con 0,8 en el índice Ibovespa de Brasil y 0,7 en Chile. Colombia lidera con un promedio de 1,2%, según datos recabados por Bloomberg.

En porcentajes, Walmex está muy por encima del resto con un 36% de representación femenina en su junta directiva. De las 35 compañías en el índice, 12 no tienen mujeres en sus directorios, incluida Becle, fabricante de la popular marca de tequila José Cuervo, y Gruma, que elabora las tortillas Mission. Tanto Becle como Gruma no respondieron a solicitudes de comentarios.

Eso hace que sea más difícil aún para las mujeres que están más abajo en la cadena de mando. Ortiz Mena, madre de tres hijos, recuerda tener que construir la primera sala de lactancia de la compañía en uno de los lugares menos acogedores para una madre lactante: una unidad de compresión de gas repleta de válvulas, tuberías y metal en el norte de México. También extendió los permisos de maternidad y creó trayectorias profesionales para las trabajadoras de mejor desempeño.

Mientras tanto, Treviño estableció un comité dentro de la compañía para hacer recomendaciones sobre asuntos de mujeres y ha hecho que la contratación de más mujeres sea una prioridad para la empresa. Aunque reconoció que su experiencia se produjo en el contexto de una sólida red de seguridad, añadió que recuerda muy bien el llanto al llamar a sus dos hijas desde teléfonos públicos en el aeropuerto antes de emprender viajes de negocios. Sin embargo, asegura que es hora de un cambio.

“Tengo absoluta convicción de que las empresas más exitosas, las economías más exitosas y los países más exitosos son los que atraen el mejor talento”, expresó Treviño. “El talento no tiene género”.