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Los jóvenes perciben estar bien informados sobre el VIH… usando redes sociales

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Injuv
POR Maria Catalina |

Una encuesta revela niveles preocupantes sobre conductas sexuales. Los especialistas proponen que se mida qué es lo que saben y planes de educación sexual a nivel de Estado.

De 2010 a la fecha, el número de nuevos pacientes diagnosticados con VIH aumentó un 96%. Si en ese entonces se registraron 2.968 nuevos casos, en 2018 este número creció a 6.948. Para las autoridades y académicos las cifras son preocupantes, pero lo es más el siguiente dato: el rango etario donde más se ha incrementado el diagnóstico va entre los 18 y los 25 años.

Considerando dicho antecedente, el Instituto Nacional de la Juventud (Injuv) encargó una encuesta para identificar la percepción de los jóvenes sobre esa y otras infecciones de transmisión sexual (ITS). Como sostiene el director nacional del Injuv, Mirko Salfate, los resultados son fundamentales para enfocar las estrategias y campañas de manera más adecuada. 

Entre los datos que llaman la atención, destaca que si bien los jóvenes dicen estar informados sobre infecciones de transmisión sexual (92%) y sobre VIH (93%), en su mayoría creen que la calidad y el acceso a la información no siempre es el esperado. La encuesta de este 5° sondeo nacional “Percepciones de conductas de riesgo, ITS y VIH”, que se realizó entre el 4 y el 16 de enero vía telefónica, reveló que el 50,6% de los consultados evalúa con nota de entre 4 y 5 su nivel de conocimiento sobre VIH, el 44,3% con notas de entre 6 y 7, y un 4,8% le pondría nota de entre 1 y 3.

En ese sentido, el 97% declaró que le gustaría que “me hicieran o me hubieran hecho campañas sobre prevención del VIH en mi lugar de estudios”. Sin embargo, solo el 14% de los participantes indica que la falta de educación sexual o una mala educación sexual es uno de los principales problemas que afectan a las personas jóvenes. Consultados sobre los medios por los cuales han obtenido conocimientos, el 82,9% de los sondeados dice que a través de redes sociales, el 71,1% por medio de profesionales de la salud y el 70,8% asegura que su fuente son páginas de internet. Solo el 37% sostiene que la información la obtienen gracias a sus padres o familiares.

Otro dato que genera alerta es que, a pesar de que el 73% de los encuestados manifiestan que es “muy o bastantes probable” conseguir preservativos o condones de manera gratuita, el 83,3% encuentra que es muy o bastante probable contagiarse con VIH. En la práctica, además, el 69,3% se muestra de acuerdo con la afirmación “generalmente dispongo de preservativos en mis pertenencias” y el 56,6% con “mis amigos se protegen de infecciones de transmisión sexual”.

¿Qué dicen estas cifras?

Al conocer los resultados del sondeo, Jaime Mañalich, exministro de Salud, lo primero que alerta es que si bien los jóvenes dicen tener conocimiento sobre el virus, “no hay un estándar objetivo para saber qué significa eso. Con los datos que se entregan, uno puede deducir que en realidad hay una sobrecalificación […] Además, se observa una pendiente: a menor nivel socioeconómico, la posibilidad de evaluar como bueno el nivel de educación sexual que han recibido empeora”.

“La gente dice estar muy bien informada, pero declara que se han informado fundamentalmente por redes sociales y por profesionales de la salud, y esta es una manera bastante mala, porque el acceso a profesionales de salud es difícil que sea frecuente, sobre todo para los sectores más vulnerables. Llama la atención que el lugar de estudio y los padres o familiares tengan poca influencia”, comenta a PAUTA. Y agrega que ese es precisamente el nicho que hay que cubrir y donde debiera estar mayoritariamente el rol de informar.

El inmunólogo Alejandro Afani, director del Centro de VIH del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, coincide con este análisis. Basado en su experiencia y que gran parte de sus pacientes son jóvenes de entre 18 y 29 años, sostiene que el nivel de información que dicen tener sobre enfermedades de transmisión sexual debe ser contratado con el real conocimiento que poseen, pues muchas veces “hay una falta de información y un déficit tremendo”.

Cuando llegan a su consulta, como relata a este medio, siempre los “interroga” para conocer a grandes rasgos qué es lo que saben, “y te das cuenta de que es un abismo que hay en la falta de conocimiento y eso refleja que el origen de todos los males es la falta de educación sexual”.

Aquello quedaría en evidencia, por ejemplo, en que a pesar de lo instruido que la mayoría dice estar, aún hay un 20,2% de los consultados que está en desacuerdo con renunciar a tener relaciones sexuales con penetración en el caso de no contar con preservativo. 

Mañalich y Afani proponen que se realice un test para que los jóvenes puedan evidenciar qué tanto es lo que saben sobre enfermedades de transmisión sexual y cuál es el nivel de ese conocimiento. De hecho, como comparte Afani, en la Universidad de Chile se está evaluando que a todos los alumnos se les aplique una evaluación como esta.

El 14% no lo contaría

Un dato que revela el sondeo, y que no pasó inadvertido para los expertos, es que solo el 86% de los consultados declara que, de ser diagnosticado con VIH, contactaría a todas las parejas sexuales que ha tenido para comentárselo. Hay un 14% de los jóvenes, advierten los especialistas, que pudiendo alertar a sus exparejas sobre esta situación, para que pueda hacerse el examen, preferiría guardar silencio.

“Es una actitud casi criminal, porque la posibilidad de que lo haya transmitido es enorme. Al no decirle, estoy prácticamente cometiendo un delito por omisión. La gente sabe que el riesgo de contagiarse es alto, sin embargo, no accede a educación, no tiene condones, el nivel de conocimiento es pobre. Hay un hambre de informarse más que genera una brecha para la educación que es muy relevante”, advierte Mañalich.

Este dato, contrasta con otro de los aspectos abordados en la consulta, y es el que hace referencia a que el 91,1% está de acuerdo con solicitarle a su pareja que se realice el test del VIH. El contraste sería mayor aún si se observa que solo el 56,7% asevera que se ha realizado el test, y además que de ellos, la mayoría (29,89%) se lo ha realizado por “control del embarazo”, donde es obligatorio. Eso sí, de existir mayor facilidad para la realización de este, el 95% declara que se lo haría.

Para Afani este punto es decidor, pues explica es muy relevante “masificar el tema del diagnóstico y apuntar en las campañas de prevención, de uso de preservativos, implementar rápidamente el PReP. Además de esto, de lo coyuntural, hay que apuntar al origen, que es la falta de educación sexual. Ahí hay un desafío muy grande”.  

Al abordar las herramientas que se requieren para generar ese cambio, Mañalich detalla que lo primero es “convencer a los padres que estos temas hay que hablarlos en la casa y, en segundo lugar, que haya la formalidad de exista educación sexual en los colegios. Me parece que debería ser parte del currículum absolutamente necesario, para desempeñarse en la vida, tal como se aprende castellano. Hay que seguir martillando para que eso ocurra y efectivamente es una iniciativa que tienen que coordinar el Minsal con el Mineduc y pienso que estamos cerca de lograr que ello ocurra”.

Revisa el detalle del Sondeo de Injuv: