Tras 40 años, Chuquicamata lucha por seguir en la cima
Con la transición hacia una mina subterránea, el depósito tardará cinco años en alcanzar su producción total de cerca de 300.000 toneladas de cobre al año.
Durante más de un siglo, mineros han cavado en una mina a cielo abierto ubicada en el norte de Chile cuyo tamaño actual cuadruplica con creces el del Central Park de Nueva York.
La mina Chuquicamata ha ayudado a Codelco a dominar el mercado del cobre y ser el principal productor mundial del metal rojo, pero ahora, la empresa estatal corre el riesgo de ceder el trono.
El enorme depósito conocido a nivel local como “Chuqui” será cerrado y reemplazado por una mina subterránea que tardará cinco años en alcanzar su producción total de cerca de 300.000 toneladas de cobre al año. Mientras tanto, personal de la compañía sigue confiando en que la transición de Chuquicamata y otros proyectos le permitirán mantener su producción.
“Parece más probable que Codelco sea productor de un millón de toneladas y no los dos millones de toneladas que siempre prometieron”, comentó Colin Hamilton, director general de commodities de BMO Capital Markets. “El impacto potencial en el futuro mercado del cobre aún no se aprecia totalmente, pero ahora es tan pertinente que simplemente no se puede ignorar”.
Los precios del cobre se cotizan cerca de su máximo en nueve meses y analistas de Citigroup apuntan a un “giro alcista” en China.
Para Chile, la caída de la producción podría significar menos ingresos a partir de lo que ha sido durante mucho tiempo uno de los principales sustentos financieros del Estado. La compañía ya ha experimentado cierto retroceso: en 2018, la producción de Codelco correspondiente a las minas que opera en el país cayó 3,3% a 1,68 millones de toneladas.
En febrero, la producción mensual de Codelco cayó al nivel más bajo en ocho años luego de que fuertes lluvias en el norte de Chile entorpecieran las operaciones en la división norte, que incluye a Chuquicamata. Otro contratiempo inesperado fue la demora en la finalización de las obras en dos de sus cuatro fundiciones, que permanecen inactivas desde diciembre. La cuprífera estatal tuvo que invertir US$ 2.150 millones para modernizar las fundiciones y así cumplir con los nuevos estándares de emisiones que entraron en vigor el año pasado.
Si bien la compañía ha incrementado la inversión en sus proyectos en curso, el presupuesto y el cronograma de varios de ellos han cambiado con el paso de los años.
Codelco asegura que puede evitar una baja de producción y mantenerla en los niveles actuales si invierte más de US$ 20.000 millones en modernizar sus minas, algunas de ellas con más de 100 años en servicio, pero esa podría ser una tarea cada vez más difícil, ya que cuenta con fondos fiscales asegurados solo hasta 2020 y su deuda actual se sitúa en un récord de US$ 15.500 millones.
El presidente del directorio de Codelco, Juan Benavides, ve el vaso medio lleno. “Los proyectos van por buen camino y se prevé que la producción de Codelco se mantendrá en los niveles actuales”, aseguró la semana pasada en una entrevista en Santiago. “El inicio de la mina subterránea coincidirá con el final del cielo abierto y eso nos permitirá mantener e incluso aumentar ligeramente la producción en la mina” una vez que esté en pleno funcionamiento.
La caída productiva de Codelco en Chile el año pasado fue compensada en parte por mayores volúmenes en las minas que opera en conjunto con Freeport-McMoRan y Anglo American, que elevaron el aporte total a 1,8 millones de toneladas.
Sus rivales, sin embargo, no están lejos de arrebatarle el título de mayor productor mundial del metal rojo: BHP produjo 1,75 millones de toneladas en su último año fiscal.
La inquietud sobre el futuro de Codelco se ha convertido en un tema recurrente en la industria del cobre. Hace una década, el expresidente ejecutivo Diego Hernández habló de “refundar” la compañía, que se formó luego de la nacionalización del cobre en Chile en la década de los setenta.
La compañía con sede en Santiago está bien financiada para este año y el próximo, después de recibir un paquete de financiamiento de US$ 400 millones del gobierno y colocar un bono de US$1.500 millones en febrero, según Benavides. No emitirá más deuda en 2019 y esperará hasta 2020 para negociar con el gobierno fondos para después de 2021.
“Veremos qué sucede año a año”, añadió Benavides.
Codelco entrega todas sus ganancias al Estado chileno y necesita que el gobierno le reinyecte una parte para continuar invirtiendo en sus proyectos. La falta de fondos haría que la deuda de la compañía se empine hasta los US$ 21.000 millones o se traduciría en un retraso de iniciativas, declaró el mes pasado el presidente ejecutivo de la minera, Nelson Pizarro.
Los fondos del gobierno no están garantizados. En 2013, la empresa no recibió nada. En 2010, el gobierno le aportó solo US$ 7 millones y en 2006 le entregó US$ 11 millones. El gobierno actual, que no tiene mayoría en el Congreso, ha recalcado que primero se debe aprobar un proyecto de ley de reforma tributaria.
Proyectos estructurales
“Si nos fijamos en la producción de Codelco, requiere que algunos de los proyectos de inversión estructural entren en producción”, indicó Iván Arriagada, presidente ejecutivo de Antofagasta Minerals y exvicepresidente de finanzas de Codelco.
Dados los retrasos en estos proyectos, “a menos que se hayan identificado fuentes alternativas de producción, la capacidad de seguir produciendo 1,7 millones de toneladas al año se convierte en un desafío mayor hasta que esos proyectos se pongan en marcha”.