La situación del sarampión en Chile y de otras enfermedades “controladas”
La comunidad mundial está en alerta ante el aumento de casos de sarampión. ¿Cuál es el diagnóstico para males como la lepra, difteria y rabia?
Los recientes brotes de sarampión en el mundo han generado alarma. Ha vuelto. Las autoridades de otros países están tomando medidas paliativas, mientras Chile aún registra casos aislados. Después de todo, Chile logró la interrupción de la transmisión autóctona de esta enfermedad en 1993. Posteriormente, “se han reportado casos importados o brotes asociados a importación”, dicen en el Ministerio de Salud (Minsal).
El Departamento de Epidemiología del Minsal confirma a PAUTA que el último caso registrado fue el 11 de febrero, correspondiente al brote noviembre de 2018 – febrero de 2019. En suma, en el marco de este último brote, se contabilizan 26 casos.
“El plan de vacunación chileno es uno de los planes de inmunización, médica y sanitariamente, mejor elaborado de América Latina. Esto ha significado la distribución de vacunación para el sarampión, rubéola, difteria, tétanos, tuberculosis, enfermedades que hemos ido controlando. Por ejemplo, la poliomielitis, gracias al programa de vacunación, es una enfermedad que desapareció de Chile hace 50 años”, destaca en conversación con PAUTA el subsecretario de Redes Asistenciales, Luis Castillo.
Pese a que las mencionadas patologías están controladas, reconoce: “Estamos preocupados”. Castillo explica que, debido a los niveles de migración desde países donde no hay vacunación para el sarampión, “hay gente que ha llegado infectada a Chile. No se han vacunado nunca y han desarrollado la enfermedad acá, teniendo contacto con mucha gente, y hay grupos de personas acá en Chile cuya inmunidad está todavía es elevada por razones etarias”.
Considerando aquello, el subsecretario recuerda la necesidad de que aquellos nacidos entre 1971 y 1981 vuelvan a vacunarse. Si bien en Chile la vacuna contra el sarampión es parte del programa nacional de vacunación desde 1964, entre dichos años la calidad de la inmunización fue baja, por lo que el Minsal recomienda repetirla a quienes “no tengan antecedentes de haber recibido dos dosis de la vacuna después de los 12 meses de edad”.
Adicionalmente, ante los brotes registrados en el mundo, se recalca que los niños mayores de un año y menores de siete, que vayan a viajar y que solo han recibido una dosis, deben recibir la segunda dosis. En el caso de los lactantes de entre seis y once meses y 29 días de edad que viajen, se recomienda que al menos reciban una dosis de la inmunización. En todos los casos, la vacuna debe ser aplicada al menos dos semanas antes de viajar.
Origen de las alertas
Los últimos meses los contagios de sarampión se han incrementado considerablemente. Por esto, en países como Estados Unidos las alarmas sanitarias ya están encendidas. En lo que va de este año, se han reportado 555 casos de sarampión en territorio norteamericano, según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de ese país. De acuerdo con los reportes, que dan cuenta de que solo la última semana se sumaron 90 nuevos casos, la enfermedad avanza rápido, amenazando en convertirse el brote más grande de las últimas décadas.
La institucionalidad chilena mira con atención lo que sucede en Norteamérica y el brote registrado en Italia y otros países de Europa. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los primeros tres meses del año, en todo el mundo, se registraron más de 110.000 casos de sarampión, un aumento del 300% respecto del mismo periodo del año pasado.
“Al día de hoy, en 2019, 170 países han informado de 112.163 casos de sarampión a la OMS. El año pasado en la misma fecha, se habían contabilizado 28.124 casos de sarampión en 163 países. Esto representa un aumento de casi 300% a escala mundial”, sostiene en un comunicado la organización de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
“No dormirse en los laureles”
Si bien desde el mundo académico hay una valoración bastante positiva respecto del sistema de inmunización nacional, creen que se puede ir más allá. Así lo plantea a este medio María Paz Bertoglia, vicepresidenta de la Sociedad Chilena de Epidemiología y académica de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile. “Si el resto de los países hiciera un trabajo similar, podemos soñar con poder controlar más enfermedades a nivel mundial”, dice.
Expone que dado los niveles de migración que se observan en diferentes países, hay que potenciar aun más los canales de información. No ejercer un bloqueo sanitario, “pues eso solo produce estigmatización”, sino que “independientemente de donde venga la persona, hay que entregarle toda la información para que el migrante pueda regularizar los calendarios de vacunación, sobre todo en la población de menores de edad”.
Asimismo, los buenos resultados que se han visto en Chile, para la especialista, no pueden implicar “dormirse en los laureles”. Pese a que en el país los movimientos antivacuna no han logrado una gran penetración, asegura, “tenemos que prepararnos, obviamente”.
“Esto es algo que, sin duda, tenemos que abordar desde la academia, con el Ministerio de Salud, y generar un plan de comunicación que aborde las inquietudes que tiene la población y dar respuestas. Muchas de las personas que dudan de los beneficios de las vacunas tiene inquietudes que son razonables, por eso hay que generar espacios de comunicación”, detalla.
En entrevista con Primera Pauta, la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, indicó que “si efectivamente estos grupos están influyendo en las personas, vamos a tomar las medidas que nos permita el Estado. Los movimientos están produciendo un daño, no solo en los niños, sino que en la población general. Pueden producir epidemias de enfermedades que tenemos absolutamente controladas”.
Otras enfermedades controladas
Como explica a PAUTA Johanna Acevedo, jefa Departamento de Epidemiología, los especialistas del Minsal están constantemente monitoreando el estado de la salud de los chilenos, mediante el sistema de vigilancia epidemiológica. Ahí, como detallan, “se encuentra el seguimiento de enfermedades transmisibles”. Este sistema incluye las enfermedades que, al igual que sarampión, entran en la categoría de “controladas”.
Hay varios ejemplos destacados por el propio Ministerio de Salud: difteria, tétanos, rubeola, cólera, lepra, peste y rabia. Son enfermedades que cada vez se presentan de manera menos frecuente en el país.
Difteria: hasta mediados del siglo pasado, esta patología constituía una de las causas más frecuentes de morbilidad y mortalidad en los niños. Sin embargo, esta situación cambió con los nuevos tratamientos y medicinas. Según los datos de la autoridad sanitaria chilena, no se ha detectado la circulación de esta enfermedad en territorio nacional desde 1996. Como da cuenta el Departamento de Epidemiología del Minsal, en 2016 se detectó un caso de difteria cutánea importado, “con probable lugar de contagio en Perú”.
Tétanos: esta enfermedad, como la describen los especialistas, es potencialmente letal. Se caracteriza por la aparición de rigidez y espasmos musculares generalizados. Las estadísticas dan cuenta de que solo se registran casos esporádicos. Casos de tétanos neonatal, sin embargo, no se registran desde 1996.
Rubéola: aunque se trata de una enfermedad viral benigna, la relevancia de esta patología resulta de las anomalías fetales que puede provocar si afecta a mujeres embarazadas. Las autoridades destacan que, a nivel nacional, a mediados de 2008 se logró la interrupción de su transmisión autóctona. Posteriormente, solo se ha reportado un caso importado aislado el 2011.
Cólera: los datos del Minsal dan cuenta de que Chile se mantiene libre de cólera autóctono desde 1998, producto de las estrategias de prevención y control que se mantienen desde el brote de cólera que afectó al país en 1991. Durante los años 2011, 2013 y 2014, eso sí, se notificaron casos importados aislados en viajeros provenientes de República Dominicana y Cuba.
Lepra: el departamento de Epidemiología no tiene registros de personas que hayan adquirido la lepra en territorio continental. Históricamente, como detallan, solo contabilizan casos de contagios en Isla de Pascua. Hay evidencia de casos aislados desde el 2015 al 2018, tanto de pacientes chilenos como extranjeros, pero todos ellos se contagiaron fuera del territorio nacional, “en el país en donde vivieron por muchos años”.
Peste: los antecedentes que se tienen sobre esta enfermedad indican que el último caso reportado fue en 1941. Eso sí, según cifras de la OMS, entre 2010 y 2015 se reportaron 3.248 casos de peste en humanos en el mundo, resultando en 548 muertes, por lo que aún los especialistas chilenos están alerta.
Rabia: en 1972 se presentó el último caso de rabia humana de variante canina, y en 1991 el último caso de rabia en perro. En 1996 se reportó un nuevo caso, el cual fue producido por un virus de origen murciélago. Si bien Chile declaró en el año 2010 estar libre de la circulación de variantes caninas del virus rábico, el último hallazgo relevante relacionado con este virus se produjo en julio del 2013, en Quilpué.
Poliomielitis: actualmente existe un plan global para erradicar esta enfermedad. Los últimos dos casos de poliomielitis en Chile ocurrieron en 1975, en la Región de Biobío y el último caso en América ocurrió en Perú, en 1991.
Mire la presentación de este tema en Primera Pauta: