El alarmante vínculo entre el contrabando de cigarros y el crimen organizado
Una de cada cuatro cajetillas consumidas en el país es ilegal. Chile deja de recaudar US$ 500 millones anuales en impuestos por este problema.
“El dinero que se genera del contrabando de cigarrillos va directamente a las organizaciones criminales. Esa plata es la que les da la posibilidad de comprar armas, municiones y de conformarse como una fuerza paralela a los Estados”. Así de grave es el escenario que describió Edson Vismona, presidente pro-témpore de la Asociación Latinoamericana Anticontrabando (ALAC), al analizar el estado del comercio ilícito de cigarrillos en América Latina.
En Chile, según datos que se analizaron en el quinto encuentro del organismo -que se desarrolló en Costa Rica el pasado 7 y 8 de mayo-, el consumo de este producto se multiplicó seis veces en los últimos cinco años, alcanzando el 22,3% del mercado.
Como da cuenta el estudio “Comercio Ilícito de Cigarrillos”, del Observatorio de Comercio Ilícito de la Cámara Nacional de Comercio (CNC) y British American Tobacco Chile (BAT), uno de cada cuatro cigarrillos consumidos en territorio nacional corresponde al contrabando. El volumen total del mercado ilegal nacional es equivalente a 290 contenedores llenos de cajetillas de este producto.
A continuación puede revisar contenido completo del estudio expuesto en el quinto encuentro de ALAC:
En entrevista con PAUTA, Vismona sostuvo que los datos surgidos de este encuentro son esenciales para impulsar la necesidad de coordinación y cooperación entre los gobiernos, con el objetivo de combatir este flagelo. “Estamos hablando de cifras que ponen en peligro a toda la sociedad. El dinero que se genera del contrabando de cigarrillos va directo al crimen organizado y esto tiene un impacto inmediato en la violencia y seguridad pública de nuestros países”, afirmó el experto.
Los cigarrillos que ingresan de manera ilegal no pagan impuestos y no cuentan con el visado del Ministerio de Salud. De esta forma, el país pierde US$ 500 millones anuales en recaudación tributaria por este concepto, según los agentes privados.
Por eso, en el quinto encuentro se acordó que se “redoblarán los esfuerzos” para combatir la oferta y la demanda. Como explicó el presidente de ALAC, para enfrentar la oferta, se requiere potenciar la coordinación entre policías. Definieron que impulsarán la institucionalidad jurídica de la Comunidad de Policías de América (Ameripol), de la cual es miembro Carabineros de Chile.
En cuanto a las herramientas para frenar la demanda, la asociación dice que es necesario que se equiparen los impuestos que se le aplican al tabaco. Esto, como detalló Vismona, porque “es muy difícil combatir el contrabando cuando tenemos una diferencia muy alta de precios”.
ALAC es una entidad privada, financiada por empresas y entidades empresariales. En su funcionamiento, como explicaron, “es fundamental el nexo con el sector público”.
Los esfuerzos por frenarlo
Durante 2018, el Servicio de Aduanas, en coordinación con las policías, logró decomisar 14.678.697 cajetillas, casi el triple de las que decomisaban en 2015. En ese entonces, lograron incautar 5.165.485. Y esto no es solo producto del aumento de los controles y las fiscalizaciones, sino porque desde el año 2007 se ha observado un crecimiento exponencial del contrabando de cigarrillos en el país, como expone Carlos Escudero, subdirector de Fiscalización de Aduanas.
En conversación con PAUTA, Escudero aseguró que el antes y el después se evidenció luego de la aprobación de dos leyes, la 20.105 y la 20.660, que buscaban restringir el consumo y subir los impuestos al tabaco. “Colateralmente esto aumentó el contrabando”, lamentó.
Por esto, “desde hace varios años el Gobierno tiene una mesa de control de tabaco, donde estamos todas las instituciones actuando coordinadamente, hay un trabajo mancomunado. La tendencia al alza de los decomisos es prueba de ello”. En términos de evasión, el año pasado se evitó una pérdida de US$ 64.669.350.
“El tema del contrabando es muy importante para nosotros. Tenemos planes integrados de fiscalización en todo el país y, gracias a la coordinación con Carabineros, hemos logrado combatirlo vía controles carreteros también. Este es un crimen que hay que tratar de pararlo ahora, ya se está tratando, pero estamos a tiempo de seguir aumentando la cifras de decomisos y aumentar las penas”, señaló Escudero.
Lo “atractivo” de Chile
Chile ocupa el séptimo lugar del ránking de los países con los mayores niveles de contrabando de cigarrillos en Latinoamérica, que lidera Paraguay, con el 70% de productos contrabandeados sobre la venta total.
Entre las causas que posicionan a Chile como “un territorio atractivo” para el contrabando, se encuentran su extensión territorial y los 166 pasos fronterizos no habilitados, sobre los cuales Aduanas no tiene facultad de acción.
De la misma forma, según ALAC, quienes se ocupan del comercio ilícito tendrían a la vista las bajas penas que castigan su actuar (lo que podría cambiar de aprobarse un proyecto que se tramita en el Congreso), la falta de recursos de los organismos fiscalizadores y la alta tolerancia por parte de la sociedad, que hoy ve en estas marcas ilícitas una “oferta” de mercado.
El estudio de la CNC y BAT Chile da cuenta, además, de que la mayor proporción de consumo de estos productos ilícitos se encuentra en la zona norte del país, con el 40,2% del total. Solo en Arica, se concentra el 90% de esa cifra.
Frente a esto, el jefe de la Zona Arica y Parinacota de Carabineros, general Rodrigo Cerda, comentó a PAUTA que, buscando controlar el contrabando, la institución ha establecido tres líneas de control. “La primera, configurada por nuestras unidades fronterizas. Una segunda línea que está establecida a través de nuestras unidades apostadas en las principales carreteras y avenidas de ingreso a nuestra región. Y una tercera línea de control que está establecida en el radio urbano”, detalló.
En el mismo sentido, reconoce que el tema se ha ido complejizando, pues las organizaciones criminales “han encontrado una mayor sofisticación en su modus operandi“. Eso sí, aseguró que han logrado desarrollar modelos predictivos que les permiten focalizar los servicios del personal, y que se ha fortalecido la coordinación con el Ministerio Público, Aduanas, el Servicio de Impuestos Internos y la Armada.
“Entre 2018 y 2019 hemos incautado casi 500 mil cajetillas de cigarrillos y hemos detenido a más de 100 personas involucradas. Obviamente eso es una medición que nosotros vamos haciendo a modo de tener una meta para ir superando”, sentenció.
Coordinación internacional
A fines de junio próximo, Chile firmará un convenio de coorperación con Perú con el objetivo de realizar procedimientos en conjunto, para desbaratar bandas dedicadas, entre otras cosas, al contrabando de cigarros. Así lo informó a PAUTA el subprefecto Marco León, jefe de la Brigada Investigadora de Delitos de Propiedad Intelectual (Bridepi) de la PDI, pues en las instituciones chilenas hay conciencia de que estas bandas están financiando el crimen organizado.
Eso sí, a pesar de que entre las propuestas de la ALAC está aumentar la coordinación entre las policías latinoamericanas, León comentó que esto no es del todo fácil, pues “no es llegar y que entre los países se aporten antecedentes que están resguardados por ley”.
“Terminamos las conversaciones y a finales de junio hay una reunión presencial en donde vamos a firmar todo lo que hemos conversado a través de videoconferencias y se va a materializar un procedimiento en conjunto que va a ser planificado. Aquí hay toda una investigación detrás y mediante ella determinamos la mejor fecha para realizarlo. Vamos a programarnos para un día materializar el decomiso en conjunto”, precisó el subprefecto.
La Bridepi se constituyó en 2008 y hace cinco años que un equipo especializado se dedica exclusivamente a lo relacionado con cigarrillos. “Este tipo de contrabando requiere un trabajo sistemático investigativo, que precisa de un trabajo de inteligencia. Un trabajo sigiloso que muchas veces no muestra resultados en uno o dos meses. Incluye muchas veces escuchas telefónicas. Son organizaciones criminales, no son tipos que solo quieren ganar plata”, indicó.
Dado que en Chile el contrabando de cigarrillos aún es considerado una falta que va contra la ordenanza de Aduanas y no un delito consagrado en el Código Penal, el comisario planteó que sería positivo revisar esta situación, de manera de que se asocie a un crimen y que tenga, quizás, una pena de presidio.
PAUTA consultó sobre este tema a la Subsecretaría del Interior. A través de una declaración escrita, la repartición precisó que “el contrabando de cigarrillos, y su preocupante alza en los últimos años, se ha posicionado como una preocupación para el país. No solo por los efectos que esta sustancia genera en la salud de las personas que la consumen o por la evasión tributaria que conlleva, sino también por las redes delictuales que se han formado en torno a este negocio ilícito y los delitos conexos que trae consigo”.
“En este contexto, el desafío está determinado por continuar fortaleciendo el trabajo coordinado y conjunto entre diferentes instituciones que permitan dar una respuesta organizada a este tipo de delitos”, agregó.