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La difícil cohabitación que le espera a la directiva PS

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POR Gladys Pierola |

Una vez que se conozcan los resultados definitivos de la elección, vendrá otro capítulo más. Y no con menos polémica: la negociación para conformar la mesa directiva y la comisión política.

Las elecciones del Partido Socialista ya tienen varios capítulos. Y las polémicas están lejos de terminar.

Lo que comenzó con una campaña llena de dichos y acusaciones cruzadas entre el oficialismo de Álvaro Elizalde y la disidencia de Maya Fernández, siguió con el episodio de los resultados, que todavía no está cerrado, y que ha sumado más complicaciones al proceso. De hecho, ante la presión y requerimientos de ambas candidaturas, este jueves 30 de mayo el Tribunal Supremo (TS) inició la revisión de todas las actas del proceso con los apoderados de las dos listas.

Pero más allá de estos capítulos, hay uno adicional que se desarrollará en las próximas semanas: las negociaciones para formar la mesa nacional y la comisión política de cara al Comité Central.

“Ahora mismo lo que importa es tener un resultado válido para todos, lo demás viene después”, dijo el diputado y apoderado de la lista de Fernández, Marcelo Díaz. 

Aunque aún no hay fecha zanjada para la cita de la máxima instancia partidaria, se estima que serán al menos tres semanas más de conversaciones y estrategias para ver cómo se conformará y cómo cohabitarán ambas propuestas y sus facciones en la directiva por los próximos dos años.

“Esperamos constituir una mesa unitaria que la que estén representados todos los sectores relevantes del partido, independiente de la opción que hayan apoyado en las elecciones internas”, dijo el presidente del PS a este medio.  

No obstante, Elizalde aseguró: “No hemos sido nosotros los que hemos descalificado ni entrado en una lógica de trinchera. Y espero que todos estemos a la altura del desafío que tenemos por delante”.  

Una tarea que no parece fácil en medio de la tensión interna, pues en los últimos días las acusaciones subieron un peldaño más: por un lado se ha hablado “fraude” y, por el otro, de “chantaje”. De hecho, en privado, el actual timonel del PS no ha escondido su molestia por la estrategia de sus contendores y, según los miembros de la lista “Unidad socialista para un nuevo Chile”, habría asegurado que acusar de fraude “rompía todo entendimiento, pues el daño al partido era demasiado grande”.

Si las tendencias de las últimas cifras dadas por el TS se confirman, la lista A de Elizalde tendría al menos dos tercios de los votos y cerca de 80 cupos de los 110 del Comité Central. La disidencia agrupada en la “Recuperación y cambio socialista” obtendría los 30 restantes.

Con esa cifra, la oposición de Elizalde tendría al menos dos cupos en la mesa nacional y quizás un tercero si hay una buena negociación. El problema es qué cupos pedirán, en especial si hacen valer la buena votación que logró Maya Fernández, que, hasta los últimos datos entregados públicamente, la posicionaban como la primera mayoría nacional individual por un estrecho margen, peleando voto a voto con Elizalde. Incluso, algunos partidarios de la nieta de Salvador Allende subieron su apuesta y han hablado de pelear uno de los puestos claves: la secretaría general del partido, que hoy ocupa un aliado del actual timonel, Andrés Santander. 

Una idea que saca ronchas en el “oficialismo” socialista, pues comentan que de confirmarse que  ganaron con amplio margen “no hay motivos” para entregar ese cupo.Y señalan, además, que una cosa son “las escaramuzas comunicacionales” para mejorar la posición negociadora y otra, muy distina, es el peso real en el Comité Central.

En este escenario, la lista de Fernández tendrá que proponer sus nombres de forma paritaria. Pero no necesariamente entre los candidatos más votados, sino los que sean más útil a la oposición que quieren proyectar. Por ejemplo, por parte de la lista masculina que apoyó a la diputada, Marcelo Schilling obtuvo la mejor votación. Sin embargo, el parlamentario adelantó a PAUTA que no le gustaría integrar la directiva. “No soy candidato a nada, así que bórreme no más. No estoy en eso”, comentó al ser consultado por su posible llegada a la mesa. 

No obstante, el diputado agregó que espera que las negociones entre las listas “sean educadas y mirando el interés general del país y el interés general del PS. Eso nos va a garantizar el éxito de las conversaciones”. 

La siguiente etapa 

Los que apoyan a Elizalde coinciden en un diagnóstico: más allá de las cifras, la disidencia que encabeza Maya Fernández dará una pelea comunicacional y meterá “ruido” por un largo rato. 

De hecho, los colaboradores de la diputada aseguran que “Recuperación y cambio socialista” se proyectará y se transformará en un movimiento coordinado más allá de los tradicionales lotes del PS, buscando resaltar el liderazgo de la parlamentaria.

“Hay una diversidad de actores muy importantes en la disidencia que antes no estaban y que le dan otro nivel de consistencia y voluntad política”, explicó el jefe de bancada, Manuel Monsalve. “Los que conducen el partido tienen menos poder que antes que la elección”, agregó.

Por eso una de las preguntas clave, luego que se conozcan los resultados finales, es si el ambiente estará un poco más distendido para llevar las negociaciones antes del Comité Central o se profundizará el quiebre en el partido.

“Los procesos electorales son competencias. Por tanto, se generan roces y se remarcan las diferencias, pero luego de eso debemos tener la capacidad de centrarnos en lo importante, la hemos tenido antes y no creo que esta vez sea diferente, al menos esa es nuestra voluntad”, señaló Santander.

Sin embargo, Schilling aseguró que la oposición a Elizalde no bajará la guardia y que las propuestas y críticas al rol que tiene el PS en la actualidad se mantendrán. “(La disidencia) tiene que cumplir la promesa que le hizo a los socialistas, que es tener un partido más integrado, más inclusivo, más deliberante, más propositivo. Así que como a los cargos unipersonales se les exige promesas, también a los movimientos”, añadió.