El padre de las metas de inflación en Brasil quiere cambiar el sistema
El expresidente del Banco Central, Arminio Fraga, sugiere que el instituto emisor se preocupe, además de los precios, de “suavizar” los ciclos económicos.
El hombre que introdujo las metas de inflación en Brasil hace dos décadas dice que es hora de cambiar el sistema, uno de los pilares de la política económica del país.
El expresidente del Banco Central Arminio Fraga sugiere que la autoridad monetaria debería “suavizar” los ciclos económicos como parte de un mandato secundario que recibiría junto con su independencia, que actualmente se discute en el Congreso. Eso se sumaría a su objetivo principal de estabilizar los precios y no debe confundirse con un objetivo de crecimiento, subrayó.
Las metas de inflación, el tipo de cambio flotante y la responsabilidad fiscal fueron la base del éxito de Brasil en la década de 2000 y el fracaso en defender uno o más de esos pilares se encuentra en la raíz de sus recientes problemas económicos. Han pasado menos de cinco años desde que el país sufrió de manera más reciente las consecuencias de usar la política monetaria para potenciar la actividad.
En un contexto en el que la autonomía de la banca central es asediada en todo el mundo, cualquier acción que pueda percibirse como un debilitamiento del compromiso de Brasil con la estabilidad de precios llamará la atención.
El plan de Fraga permitiría al Banco Central usar herramientas monetarias como la tasa de interés de referencia para suavizar varios impactos a la actividad económica en un horizonte de más o menos 18 meses, además de su función primordial de fijar de objetivos inflacionarios.
Viejas versus nuevas leyes
“Esta es teoría clásica de comportamiento de banco central y política monetaria y se cree que es la mejor práctica”, comentó Fraga, socio fundador de la administradora de fondos Gavea Investimentos, en su oficina de Río de Janeiro. “Si otros no lo dicen porque tienen viejas leyes de banco central que así sea, pero tenemos la oportunidad de escribir una nueva”.
Fraga, de 61 años, tomó el mando del Banco Central en 1999 cuando Brasil abandonó su paridad monetaria y comenzó a fijar metas de inflación en medio de un ataque especulativo contra el real. Considera que el país ahora está listo para aprender de la experiencia de otros bancos centrales y explica que el mandato que él proyecta se ubica entre los de la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco Central Europeo.
Presentó la idea por primera vez en mayo durante un evento del ente emisor. Más tarde escribió una columna sobre el tema publicada por un periódico local.
Misión compleja
En un estudio sobre 31 bancos centrales elaborado por Itaú Unibanco, solo la Fed tiene más de un mandato explícito. Casi tres cuartos de las instituciones enfatizan la estabilidad de precios o la estabilidad monetaria, algunas de las cuales -incluido el BCE– permiten respaldar la actividad económica cuando el objetivo principal no está en peligro.
La misión del Banco Central de Brasil es “compleja”, según el estudio, porque implica seguir objetivos establecidos por el Consejo Monetario Nacional, un directorio de tres personas integrado por el presidente de la autoridad monetaria y dos miembros del Ministerio de Economía. La influencia pasada del Poder Ejecutivo en la política monetaria contribuye a la reciente ofensiva hacia la independencia formal.
Sin embargo, ese es exactamente el tipo de riesgo que la propuesta de Fraga podría exacerbar, según Alberto Ramos, economista en jefe para América Latina de Goldman Sachs. “El mandato doble es una receta para errores de política en países como este”, aseguró en una entrevista, y agregó que podría percibirse como que la autoridad monetaria es más vulnerable a la “presión por generar crecimiento”.
Debates en el Congreso
Otro riesgo es que la sugerencia de Fraga añade ruido al debate político sobre la independencia del Banco Central. Propuestas para otorgar a la institución un segundo mandato a fin de apuntalar el crecimiento económico o crear empleos ya circulan en el Congreso y podrían adjuntarse a la ley de independencia.
Fraga argumentó, no obstante, que su propuesta en realidad evita perseguir un nivel específico de producto interno bruto, ya que no deja margen para el crecimiento específico u objetivos de empleo. Además, bancos centrales como el de Brasil ya implementan esta práctica, aunque no está codificada, aseveró. El Banco Central declinó comentar sobre lo planteado por Fraga.
“La forma en que maduras es a través de estos debates, no evitándolos”, expuso Fraga. “Debatiendo, implementando y defendiendo”.