La doble vida de Renato Poblete que golpeó a los jesuitas
La investigación concluye que el excapellán del Hogar de Cristo abusó de 22 mujeres, cuatro de ellas menores de edad. Además, habría mantenido al menos seis relaciones estables.
“En esta capilla de las religiosas del Apostolado Popular, reconociendo a Cristo en el pobre, fundó el P. Hurtado el Hogar de Cristo junto a un grupo de laicas”.
Así se lee en una placa fijada en una de las paredes del Auditorio Alberto Hurtado, en las dependencias de la orden Compañía de Jesús, en Santiago Centro. Se trata de una ex capilla que aún conserva su altar, pero que por estos días ya no se utiliza con fines religiosos. De hecho, en ese lugar, el provincial Cristián del Campo leyó algunas de las conclusiones que arrojó la investigación contra el fallecido sacerdote Renato Poblete Barth, y que confirman que abusó de 22 mujeres, cuatro de ellas menores de edad.
En lo que fuera un espacio de celebración para la congregación, Del Campo reconoció que fallaron y que sufrieron de “una profunda ceguera” que nos les dejó ver los abusos y faltas que cometió por cerca de 48 años quien, hasta hace poco, era recordado como el exitoso excapellán del Hogar de Cristo. Un hombre que por años, como los mismos jesuitas reconocieron, tuvo una doble vida “amparado en su imagen pública de persona de bien”, y que se aprovechó de la “posición de poder que le dio esa imagen, su enorme red de contactos y del poder económico”.
Casualidad, o no, en el mismo lugar donde se levantaron los pilares de la institución que fundó Alberto Hurtado, el provincial dio a conocer aspectos más crudos de la indagatoria que encargaron al abogado penalista Waldo Bown el 12 de enero pasado -tras recibir la denuncia de Marcela Aranda vía Comisión Escucha, instancia encargada por arzobispo de Malta, Charles Scicluna– y cuyo informe recibieron el 26 de julio.
Los abusos del excapellán
El documento del abogado, como explicó Del Campo, suma más de 407 páginas y es el resultado de 102 entrevistas y diligencias complementarias, tales como análisis de documentos, recepción de testimonios vía correo electrónico e inspección de lugares.
En esas páginas, se detalla que de los 22 casos confirmados, 16 se refieren a hechos correspondientes a “un abuso sexual consistente en un abordaje sexual inesperado y violento, en que intempestivamente se intenta besar y tocar a la víctima”. Asimismo, se pudo constatar cuatro casos de abuso sexual de menores de 18 años, las cuales se generaron en un marco de “dependencia psicológica, moral o económica” con las familias.
Con otra de las víctimas, como se precisó, Poblete mantuvo una relación estable y “aparentemente consentida”, aunque la afectada, recientemente, habría tomado conciencia de la “relación abusiva” a la cual estuvo sometida.
Además, en el recuento se hace especial mención al caso de Marcela Aranda, quien denunció públicamente los abusos que sufrió por parte del sacerdote.
La teóloga y profesora de Pontificia Universidad Católica (PUC) se refirió -a través de Facebook- al informe entregado este martes. Manifestó estar satisfecha con las conclusiones y agradecida de la congregación.
“El proceso de reparación es largo y muy difícil. Pero la entrega de este informe y el pronunciamiento claro de la Compañía de Jesús del día de hoy, ciertamente son un paso importante, que valoro mucho y que me está ayudando grandemente en este doloroso proceso de recuperación”, escribió.
Además, según el informe, entre 1960 y 2008 el excapellán mantuvo seis relaciones estables. “No todas estas relaciones están planteadas como denuncias o testimonios de este proceso, pero el investigador estima la existencia de aspectos abusivos en al menos cinco de ellas”, complementó Del Campo.
La indagatoria, de todas formas, recoge datos “que darían cuenta” de otras personas que podrían haber sufrido abusos. Sobre ellos, no se pudo tener testimonio, “porque no se logró contactar a la víctima, se encontraba fallecida, o bien, siendo contactada, no quiso declarar”.
La comprobación de los actos
El trabajo de Waldo Bown permitió establecer que todos los testimonios eran “plausibles y creíbles” y, en algunos casos, pudo corroborar las denuncias con las declaraciones de terceras personas u otro tipo de elementos externos que confirmaron los hechos.
En cuanto a las responsabilidades, tanto individuales como de la Compañía de Jesús, “la investigación recogió diversos antecedentes que dan cuenta de que existió un número significativo de personas, jesuitas y laicos, que tuvieron alguna información de comportamientos inadecuados del sacerdote Renato Poblete Barth, los que fueron conocidos de primera fuente, por terceras personas, o a modo de rumor”, precisó Del Campo.
Sin embargo, el informe no acreditó la existencia de encubrimiento. Se recalcó, en ese sentido, que el documento determina que la información que en su momento se circuló, no fue recibida por los “canales formales” de la institución para que se tradujera en acciones concretas.
De todas formas, como insistieron, corresponde al Ministerio Público y a los tribunales establecer si hubo o no encubrimiento, por lo que en los próximos días se pondrán los antecedentes en conocimiento de la Fiscalía.
Esto, precisamente, porque algunos jesuitas habrían recibido información, consistente en “rumores o comentarios de terceros”. Además, en al menos dos casos se habría tenido información directa de parte de una víctima; sin embargo, en uno de ellos, el sacerdote recibió instrucciones explícitas de la afectada de no revelar la información. El otro caso apunta al sacerdote Juan Ochagavía, quien ha sido cuestionado públicamente por su rol en las denuncias.
Desde el Gobierno, la vocera Cecilia Pérez dijo que tenían “una profunda indignación” por el caso y exigió a la congregación poner los antecedentes a disposición de la fiscalía, “para poder no solamente indagar en la verdad, sino también hacer justicia”, pues aseguró que “fueron 48 años de profundo dolor a las víctimas de estos abusos y también a sus familiares”.
“Valoramos la responsabilidad institucional, pero creemos que es hora de poner estos antecedentes ante el Ministerio Público para que la justicia llegue y pueda, de alguna forma, resarcir estos abusos, este dolor y este daño profundo que se ha causado”, recalcó la secretaria de Estado. Manifestó que espera que otras congregaciones sigan este paso que han dado los jesuitas.
El mea culpa y perdón
La comprobación de los abusos por parte Poblete ha golpeado con fuerza a la Compañía de Jesús, pues hicieron patente que su dinámica organizacional no logró frenar los abusos. Por eso, de acuerdo con lo expresado por el provincial jesuita, han iniciado una profunda revisión interna, a tal punto que no descartan seguir acciones para que se le revoque la condición de sacerdote al excapellán del Hogar de Cristo.
“Como Compañía de Jesús, no solo en este caso, sino también en otros casos de abusos, fallamos en reaccionar con decisión, diligencia y eficacia ante las noticias, informaciones o señales preocupantes. Esta inacción permitió que se llevarán a cabo abusos de gravedad o no impidió que el comportamiento abusivo continuara. Pedimos perdón, porque no actuamos con la prontitud y seriedad que se requería, con una mirada puesta en quienes estaban sufriendo en silencio”, sinceró Del Campo.
Asimismo, agregó: “Nos avergüenza y nos desgarra saber que hay personas a las que hemos dañado. Esto contraviene lo fundamental de nuestra razón de existir, de nuestra misión, que es justamente la transmisión de la Buena Noticia de Jesucristo, de la liberación de los oprimidos y del cuidado de los más vulnerables. Pedimos perdón por sus actos y por nuestras cegueras y negligencias”.
Tras el mea culpa, los jesuitas indicaron que han ofrecido apoyo económico para los tratamientos terapéuticos a aquellas víctimas que lo han solicitado, y aseguraron que los canales están abiertos para que los afectados manifiesten qué tipo de ayuda requieren.
Un paso hacia la verdad
En entrevista con Pauta Final el doctor en Historia y experto en Iglesia Marcial Sánchez aseveró que está “gratamente impactado” de los antecedentes que entregó la orden en contra de Renato Poblete, a quien calificó de “depredador sexual”.
Como aseguró, su sorpresa tiene que ver, también, porque la información tiene efecto directo en la orden, toda vez que Poblete fue formador de muchos.
A juicio de Sánchez, el religioso utilizó “todas las ramas” de la Iglesia para cometer sus delitos, por eso la institución está viviendo un problema sistémico que no funcionó y que, por tanto, deberá replantearse.
Escuche aquí la entrevista completa con Marcial Sánchez:
Por otra parte, el vocero de la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos, Helmut Kramer, junto con valorar el informe, destacó la valentía de esas mujeres que se atrevieron a hablar y denunciar.
En conversación con este medio, sostuvo que Poblete “no es un sacerdote cualquiera, porque iba a pasar a la historia como un santo” y quedó como un “brutal delincuente sexual”.
Escuche aquí la entrevista completa con Helmut Kramer:
Revise la presentación completa del informe que relata los abusos cometidos por Renato Poblete: