La fallida jugada de la DC que tensionó a la oposición por la ley antiterrorista
La idea falangista de impulsar un protocolo con el Gobierno no prosperó. Al contrario, molestó al resto del bloque.
Partió el lunes en la noche con la idea de ser un comunicado “conjunto” de la oposición. Hasta ese minuto a varios les parecía una buena propuesta. Pero ad portas de la votación en Sala, la palabra “protocolo” con el Gobierno echó por la borda las conversaciones y terminó con un revés para la Democracia Cristiana, que había liderado las reuniones con el ministro del Interior, Andrés Chadwick.
Así, la votación de la llamada ley corta antiterrorista, que busca modificar el Código Procesal Penal para permitir la utilización de técnicas especiales de investigación en la persecución del terrorismo, se transformó en una piedra en el zapato para la oposición, tensionando los ánimos por un “problema de formas”, dicen algunos senadores de la ex Nueva Mayoría. De hecho, es probable que parte de esos roces se vean este miércoles desde las 16.00 horas en la sala del Senado, cuando se retome la discusión y finalmente se vote en general la propuesta.
“No hubo acuerdo, así que en ese sentido todo vuelve a foja cero y cada cual votará como estime conveniente”, dijo el senador DC Francisco Huenchumilla para confirmar que las tratativas que él mismo impulsó durante este martes no habían llegado a puerto.
“Aquí somos todos mayores de edad y cada uno sabe cómo enfrenta los problemas. Aquí no hay derrota, no hay nada. Cada uno asume su responsabilidad”, agregó el senador a PAUTA.
Las conversaciones de pasillo, los llamados telefónicos y el tradicional almuerzo de coordinación de oposición no fueron suficientes para que la DC y, en especial, el parlamentario de la Araucanía, junto con la senadora del mismo partido Yasna Provoste (Atacama), convencieran a sus socios de un acuerdo con el Gobierno y, con ello, “dar una señal de unidad”.
“Lo hablamos detenidamente en el almuerzo. Se dieron todas las razones. Pero pasa en política que de repente no hay acuerdo en temas difíciles y este es un tema difícil. Creo que comete un profundo error la centroizquierda”, comentó Huenchumilla. Aseguró que la situación que quedará “es la peor”: con la actual Ley Antiterrorista sin mayores cambios “más la guinda de la torta que es la ley corta”.
Para Huenchumilla, el protocolo era la mejor salida para “neutralizar” el escenario y poder negociar con el Ejecutivo una revisión más de fondo en materia antiterrorista. Según él, luego de que algunos parlamentarios como, Felipe Harboe (PPD) o José Miguel Insulza (PS) adelantaran su voto a favor de la ley corta, se había perdido toda la posibilidad de tener una propuesta estratégica como bloque opositor.
“No estoy tomando decisiones para caerle simpático a determinado sector. Tengo una historia, una visión respecto de lo que pasa en la Araucanía”, argumentó.
Sin embargo, su jugada no encontró eco en sus socios de la ex Nueva Mayoría.
La incómoda apuesta
El escenario previo a la votación en la Sala era la división de las bancadas PS y PPD, aunque con los cálculos a favor del Ejecutivo. Pero la DC quería dar una señal más allá. Huenchumilla ha sido uno de los parlamentarios más críticos de la aplicación de la ley antiterrorista, en especial, en el conflicto de la Araucanía y había anunciado su voto en contra del proyecto de ley. De hecho, el lunes públicamente el senador dijo que el ministro Andrés Chadwick se estaba “sobregirando” y lo llamó “a que se calmara un poquito”, luego de sus declaraciones en una entrevista con La Tercera, donde habló de grupos terroristas con eventuales apoyo desde el extranjero.
Sin embargo, el martes en la mañana se reunió con Chadwick, y el ánimo parecía mejor. La idea de tener un compromiso escrito para avanzar en el tema habría ablandado la postura del exintendente. Por eso la estrategia de la DC fue extender las conversaciones al resto de las bancadas y hacer un gesto para que la estrategia opositora no solo se centrara en que, si se aprobaba o no la propuesta que busca dar luz verde a las intervenciones telefónicas, grabaciones, fotografías y agentes encubiertos, entre otros, en las investigaciones de delitos terroristas, sino que se avanzara “sobre definiciones de fondo de la ley antiterrorista”.
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De hecho, en el fallido protocolo se pedía para apoyar la iniciativa avanzar paralelamente para que la “ley larga”, como se conoce, pudiese avanzar en su tramitación, pues está congelada desde hace un año en el propio Senado. El borrador del acuerdo solicitaba “despacharla dentro del presente año y junto a ello avanzar rápidamente en los proyectos de nuevo sistema de inteligencia y de modernización de nuestras policías”.
Y si bien la mayoría de los senadores de la ex Nueva Mayoría coinciden en el diagnóstico general de tratar de manera integral la reforma a la legislación antiterrorista y no darle un “cheque en blanco” al Gobierno, la fórmula de la falange de sentarse públicamente con Chadwick, antes de conversarlo con el resto del bloque, provocó la molestia.
“El comité de senadores del PPD fuimos informado formalmente. Se nos comunicó después de que se le dio el documento a un medio de comunicación. No es la forma de hacer las cosas, nosotros no vamos a concurrir con ningún protocolo. Además, hablamos con el ministro Chadwick y pensó que este texto involucraba a toda la oposición, pero se dio cuenta de que no era así que solo era de la DC”, dijo a este medio el senador y presidente de la Comisión de Constitución, Felipe Harboe.
Incluso, desde la mesa del Senado Jaime Quintana (PPD) y Alfonso de Urresti (PS) manifestaron su disconformidad con las respuestas del Gobierno y minutos antes de entrar a la sesión.
“No estamos en condiciones de firmar un protocolo cuando simplemente el ministro (Chadwick) hace generalidades y no dice compromisos específicos”, comentó De Urresti.
Las alarmas se encendieron
“Si queremos ser alternativa de futuro lo primero que hay que dar es señales de gobernabilidad y eso es primero ponernos de acuerdo, antes de salir hablando con los medios”, advirtió Harboe.
La jugada de la DC puso a varios en alerta, en especial porque en el Senado, la relación entre la falange y el resto de la oposición fluye sin mayores reparos. Al contrario, en la Cámara Alta les gusta decir que es el espacio donde el bloque puede organizarse mejor. Sin embargo, la señal de buscar acuerdo con el Gobierno, a pocas hora de la votación, desencajó a parte de los parlamentarios de oposición, pues quedaba en evidencia la difícil tarea de tener estrategias conjuntas.
Antes las dudas de sus pares, Huenchumilla respondió que quiere unir a la centroizquierda. “No creo que con la actuación como bancada de senadores DC esté quebrando la unidad de la oposición, pero esta tendrá que madurar y tendrá que aprender que la única manera de ser alternativa de gobierno es actuar unidos frente a problemas como este”.
Pero hubo un punto más que extrañó a los parlamentarios de oposición: rol del senador Huenchumilla en la polémica. Algunos de sus colegas consultados por PAUTA reconocieron en privado que les llamó la atención que él apareciera a favor de la propuesta y acusaron que no entendían más allá de sus argumentos “la vuelta de chaqueta”, pues es uno de los personeros “más duro” en este debate. Además, comentan que el polémico protocolo era general y vago, por lo que no justificaba la jugada.
Así, tras el fracaso del acuerdo, en la ex Nueva Mayoría varios están en reflexión con sus votos, entre la abstención y el rechazo; entre ellos, el propio Huenchumilla. Sin embargo, pese a las señales que se dé en la sala, el Gobierno tendría los apoyos suficientes para que la ley corta antiterrorista continúe su tramitación y regrese a la Comisión de Constitución para su revisión en particular.