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El tesoro de Juan Fernández que Bienes Nacionales quiere encontrar

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Go Chile
POR Periodista Practicante |

El Gobierno autorizó a Bernard Keiser, quien lleva veinte años buscando el cargamento de un galeón español, para trabajar con maquinaria idónea pero sin daño ecológico.

Parece una historia de ficción. De esas relatadas en libros polvorientos con hojas amarillas por el paso de los años. Más precisamente, al cuento de un pirata cuyo ojo está cubierto por un parche y en lugar de pierna tiene una pata de palo. Un grupo de aventureros buscando un tesoro en una isla en medio del Pacífico.

¿Su presunta ubicación? El archipiélago de Juan Fernandez.

¿Y el botín en cuestión? Un baúl repleto de oro y joyas.

El cofre -del cual no existe un avalúo real y del que se dan cifras muy disímiles y, algunas, particularmente elevadas- formaba parte del cargamento que portaba el galeón español Nuestra Señora de Montecarmelo, el cual llegó a Juan Fernández, pero nunca partió del lugar.

El Ministerio de Bienes Nacionales ha decidido apoyar al holandés Bernard Keiser en la búsqueda de dicho tesoro, al cual el explorador le ha dedicado más de dos décadas de su vida y cerca de US$ 5 millones.

El gran problema ha sido que Keiser “no ha tenido la posibilidad de ingresar con la maquinaria adecuada de forma de poder confirmar o descartar la existencia del tesoro”, cuenta el ministro de Bienes Nacionales, Felipe Ward, en Voces de la Gran Ciudad. El europeo sí cuenta con una autorización actualmente, pero es sumamente artesanal y le permite trabajar solamente con pala y picota. “En los últimos tres años prácticamente no ha avanzado nada”, agrega Ward.

El ministro también es enfático al recalcar que el impacto medioambiental de esta intervención sería nulo. Esto, ya que se encuentran trabajado de la mano con la Corporación Nacional Forestal (CONAF) para que se pueda establecer claramente qué se puede hacer y qué no.

Además, el tesoro no estaría hundido en el fondo del mar, sino más bien se encontraría enterrado en el subsuelo de la isla.   

De esta forma, tanto CONAF como el Ministerio de Agricultura estarían dando la autorización para que desde septiembre, durante un tiempo acotado y en días establecidos de la semana, pueda ingresar una máquina que permita confirmar o descartar la existencia del tesoro.

De encontrarse, le pertenecería en 75% al Consejo de Monumentos de Chile, y en 25% a Keiser.

Pero existe también la posibilidad de que no haya nada bajo tierra. Ni tesoro. Ni oro. Ni joyas. “Si no hay nada, la historia sigue siendo bonita para una isla que es maravillosa, que tiene una historia preciosa, y a quienes yo quiero apoyar”, aclara Ward.

Revise la conversación completa con Felipe Ward en Voces de la Gran Ciudad: