Argentina gira bruscamente e impone controles cambiarios
Entre otras medidas, el Gobierno limitó la compra de dólares por parte de particulares hasta un máximo de US$ 10.000 al mes. El FMI dijo que seguirá apoyando a Argentina.
El presidente de Argentina, Mauricio Macri, ha impuesto controles de capitales en un brusco giro de la política diseñada para contener la escalada de la crisis financiera del país y ganar una pequeña posibilidad a una reelección, o al menos terminar el resto de su mandato al frente del Gobierno.
En una rara intervención dominical, el banco central ordenó a los exportadores repatriar moneda extranjera de la venta de sus productos en cinco días, entre otras medidas. Las empresas requerirán la autorización del banco para comprar dólares en el mercado de divisas, excepto en los casos de comercio internacional. Por otra parte, se impondrá un límite a las compras en dólares por parte de los particulares argentinos de no más de US$ 10.000 al mes.
La medida supone una amarga ironía para el presidente promercado, que se centró en desmantelar los controles de capital en cuanto asumió el cargo en 2015. En medio del creciente pánico público y el fantasma de un incumplimiento, Macri está tratando de frenar la hemorragia de dólares del país ignorando su libro de estrategias económicas ortodoxas y volviendo a introducir el tipo de políticas intervencionistas que en el pasado reprobaba.
A ocho semanas de las elecciones presidenciales, el exjefe de gabinete, Alberto Fernández, se impone a Macri por una distancia aparentemente insuperable. Si bien es poco probable que las últimas medidas cambien el rumbo, podrían ayudar a Macri a convertirse en el primer presidente no peronista que termina su mandato constitucional en la historia reciente de Argentina.
Fausto Spotorno, economista y director de la consultora Orlando Ferreres & Asociados en Buenos Aires, dijo que hay una crisis de confianza extraordinaria en la economía, y que el Gobierno está tratando de poner parches a los efectos de esta crisis con los controles. “Todavía no sabemos si estos parches funcionarán”, afirmó.
FMI seguirá apoyando
En un comunicado difundido posteriormente el domingo, el Fondo Monetario Internacional describió la medida como “gestión del flujo de capitales” y declaró que seguirá apoyando a Argentina “en estos tiempos difíciles”. La semana pasada, el Gobierno de Macri anunció planes para renegociar los pagos de unos fondos de US$ 44.000 millones que ha recibido del FMI en préstamos.
En declaraciones en la televisión nacional el domingo por la noche, el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, dijo que aunque las medidas puedan ser incómodas evitarían peores resultados. “Argentina parece un círculo donde cada tanto volvemos al mismo puerto. Este no es el puerto que soñamos”, dijo. “Ahora el desafío es, pase lo que pase, gane quien gane la elección, el desafío es atracar el barco en el muelle el 10 de diciembre, no antes”. Esa es la fecha en la que termina el mandato de Macri.
El candidato a la vicepresidencia de Macri, Miguel Angel Pichetto, también dijo a los medios nacionales que el Gobierno había tomado la decisión de garantizar que la volatilidad y la falta de liquidez a corto plazo no afecten a los argentinos. Cuando el dólar sube, los precios de los supermercados suben, señaló.
La campaña ha pasado a segundo plano a medida que el Gobierno se centra en tranquilizar a los argentinos, según un funcionario de la presidencia que no quiso revelar su identidad. Si bien es peor hacer una campaña con la introducción de controles cambiarios, es aun peor con el tipo de cambio fuera de control, agregó la persona.
Profundización de la crisis
La medida del domingo muestra cómo la crisis va más allá de los inversionistas de bonos internacionales para afectar a los ciudadanos argentinos, que pueden optar por ahorrar en cuentas bancarias en dólares.
Después de las elecciones primarias del 11 de agosto, que mostraron a Fernández encaminado hacia la victoria en octubre, los argentinos retiraron depósitos de cientos de millones de dólares de sus cuentas, efectivo que el banco central cuenta como parte de sus reservas brutas. Estos retiros, junto con la venta de dólares por parte de los responsables de política para apuntalar el peso, han llevado a una caída dramática en el nivel de reservas del país.
Alrededor de US$ 3.000 millones se evaporaron de las reservas de divisas el jueves y viernes solo después de que el Gobierno cambiara las condiciones de su deuda a corto plazo. El país corre el riesgo de agotar sus reservas netas, de menos de US$ 15.000 millones, en unas semanas si sigue perdiendo dinero a este ritmo.