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Larraín: “La Comisión Interamericana de DD.HH. tiene que ampliar su agenda”

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Este miércoles la presidenta del CIDH Esmeralda Arosemena se reunió con el Presidente Piñera en La Moneda. Créditos: Agencia Uno.
POR Ana María |

El Gobierno y la presidenta de la CIDH conversaron sobre la carta en la que Chile planteó al organismo respetar la autonomía de los países y mejorar su funcionamiento.

Cinco meses después de que se diera a conocer la carta en la que Chile -junto con Brasil, Argentina, Paraguay y Colombia- manifestó inquietudes sobre el funcionamiento del sistema interamericano de derechos humanos, el Presidente Sebastián Piñera, el ministro de Justicia Hernán Larraín y la subsecretaria de Relaciones Exteriores Carolina Valdivia, conversaron sobre el tema en una reunión en La Moneda con los representantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), entre ellos, la presidenta del organismo internacional Esmeralda Arosemena, en una reunión que se desarrolló este miércoles en La Moneda.

La carta fue enviada por el Gobierno a la CIDH el 11 de abril, y provocó una fuerte polémica tanto en la oposición como en los abogados que han recurrido a la instancia. Al punto que Larraín fue llamado a la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara a explicar el tenor de la comunicación.

 

Esmeralda Arosemena, quien viajó a Santiago con una delegación para conmemorar la creación del organismo que cumple 60 años en Chile, dijo tras la cita que “la Comisión ha recogido las inquietudes presentadas por los países y estamos haciendo una evaluación de los puntos”. Y añadió que los integrantes de la CIDH ya elaboraron “una agenda de conversación y análisis con nuestros equipos técnicos para poder trabajar en propuestas para el mejoramiento del sistema”.

Arosemena detalló que la CIDH estudiará las fórmulas de “cómo hacer los ajustes y las evaluaciones” dirigidas a perfeccionar el funcionamiento de la instancia.

“El punto es que hay un diálogo”, agregó.

De acuerdo a la información que en abril difundió Justicia y Cancillería, los estados firmantes de la carta hicieron un punto sobre el respeto a la autonomía de los países. “El texto busca expresar las inquietudes de los Estados en relación con el actual funcionamiento del sistema regional de protección de derechos humanos (…). La declaración respetuosamente propone tanto a la comisión como a la Corte Interamericana la adopción de ciertas acciones que permitirán mejorar el funcionamiento de cara a los desafíos del siglo XXI”, decía el documento.  

También, se recalcó que “los Estados gozan de un razonable margen de autonomía para resolver acerca de las formas más adecuadas de asegurar derechos y garantías, como forma de dar vigor a sus propios procesos democráticos. La declaración plantea que dicho margen de apreciación debe ser respetado por los órganos del sistema interamericano”.

Además, en aquella acción hubo una segunda señal. La carta a la CIDH se envió en la víspera de que el Pleno de la Corte Suprema diera a conocer la sentencia en la que la Corte Interamericana de Derechos Humanos ordenara anular el fallo de la causa “Norín Catrimán” (también llamada caso lonkos) por considerar que se vulneraron los derechos humanos y el debido proceso de ocho mapuches y una activista, condenados por la Ley Aantiterrorista en Chile.

Larraín: “Tiene que hacer una reingeniería”

Tras la reunión, el ministro Larraín dijo a PAUTA que la reacción inicial que recibieron tanto de la presidenta de la CIDH como de los comisionados fue positiva. “Ellos valoran la preocupación que un grupo de países puede tener por la forma en cómo funciona la Comisión y, particularmente, por la forma en cómo se puede mejorar y fortalecer su trabajo. Eso es muy valioso, porque nos permite avanzar y lo estamos haciendo a través de un diálogo que esperamos que fructifique en algo concreto”.

Y añadió: “Nosotros pensamos que la Comisión tiene que entrar en una etapa más proactiva y colaborativa con los estados. Y debe ampliar su agenda en muchos temas que hoy son parte de las complicaciones que tienen los derechos humanos en nuestra realidad. Tiene que ensancharse e incorporar al mundo privado. Cómo se está haciendo con las empresas y los derechos humanos.  Finalmente, tiene que hacer una reingeniería de su funcionamiento con el propósito de mejorar su efectividad y eficacia”.