El calentamiento global tiene nuevas afectadas: las vacas lecheras
Las temperaturas récord en verano impactan negativamente en la producción de leche. Empresarios han debido invertir en métodos de ventilación para paliar el problema.
Ha sido un año infernal para productores de leche, y se acaba de calentar aún más.
Como si la caída de la demanda y las acciones de industrias lecheras cotizadas no fuera suficiente, el aumento de la temperatura hace que algunas de los 9 millones de vacas lecheras de Estados Unidos produzcan menos leche. Los productores buscan de manera desesperada cómo mantenerlas en un entorno fresco.
“No se puede instalar aire acondicionado en el establo lechero”, dijo Rob Barley, copropietario de Star Rock Farms en el condado de Lancaster, Pensilvania.
Cuando las temperaturas se dispararon a 35 grados celsius en julio, la producción de leche en la granja de Barley cayó aproximadamente 8% en una semana. Esta cantidad de leche es suficiente para llenar un camión lechero.
“Si la vaca no se siente cómoda, simplemente va a querer acostarse”, dijo Barley. “No va a querer comer tanto”, y producirá menos.
Las vacas lecheras prefieren cuando la temperatura oscila entre 7 y 18 grados Celsius, pero es posible que la naturaleza no coopere como solía hacerlo. La temperatura combinada de tierra y mar en julio fue de 16,7 grados Celsius, la más alta en los registros desde 1880, y agosto no se quedaba atrás, según los Centros Nacionales de Información Ambiental. La producción de leche comienza a desacelerarse cuando el termómetro supera los 21 o 26 grados, dijo Jeffrey Brose, del consejo Dairy Cattle Welfare Council. Los signos de estrés térmico incluyen respiración por la boca, babeo y respiración más rápida.
Cortinas plásticas
En Sharon Springs, Nueva York, Phyllis Van Amburgh gasta alrededor de US$ 6.000 en ventiladores y cortinas pesadas de plástico para mantener a salvo a sus 175 vacas lecheras.
“Tenemos que enfrentar estas variaciones en el clima”, dijo. Calificó la inversión como “realmente significativa”.
Los veranos son cada vez más intensos, por lo que las vacas necesitan temperaturas más frescas, dijo Nancy Vander Byl, gerente norteamericana de Cow KühlerZ, que usa lo que se llama una solución evaporativa que implica ventiladores de velocidad variable y agua nebulizada programada. Vander Byl dijo que los sistemas refrescantes de la competencia son principalmente sistemas de remojo de las vacas.
“Se trata de la comodidad de las vacas”, dijo Vander Byl. “Si reducimos el calor maximizamos en gran parte la comodidad de las vacas. A medida que experimentamos este cambio en los patrones climáticos, debemos ser proactivos”.
Camas frescas
El aumento de la temperatura molesta a las vacas en Europa, también, según Alex Risen, portavoz de Big Ass Fans, con sede en Lexington, Kentucky, que percibe cada vez más interés por parte de las industrias lácteas a través del Atlántico.
Una posible forma de adaptarse al cambio climático es proporcionando un descanso fresco a los animales. Este es el proyecto que promociona Bob Collier, profesor emérito de la Universidad de Arizona. Dado que las vacas de hoy en día han sido criadas con el objetivo de que sean más grandes, es más difícil refrescarlas que a sus antepasados menos fuertes, dijo.
Collier y sus colegas descubrieron que la circulación de agua fría bajo los pisos de arena donde descansan las vacas ayuda a reducir la temperatura corporal de las vacas lecheras.
El frío subterráneo es “solo una de las cosas que un productor podría usar además de sombra y ventiladores”, dijo Collier. “La industria láctea gasta una gran cantidad de dinero para tratar de manejar el entorno de sus vacas y así maximizar su producción”.