Cumbre en la Patagonia mide el ánimo antes de las elecciones argentinas
Los ejecutivos y empresarios asistentes se preparan para lo que prevén como un triunfo seguro de Alberto Fernández en las elecciones del 27 de octubre.
Los ejecutivos argentinos se están preparando para el próximo gobierno con una mezcla de pesimismo, resignación e incluso algo de humor.
En una conferencia anual en la prístina ciudad patagónica de Bariloche la semana pasada, celebrada en el legendario hotel Llao Llao, unos 200 políticos, directores generales, comerciantes y dueños de negocios se reunieron para discutir las perspectivas para el país. Si bien la reunión generalmente estaría llena de suspenso y especulación sobre las últimas encuestas de opinión o los movimientos del mercado antes de la votación del 27 de octubre, existía la sensación de que una victoria de la oposición ya es casi un hecho.
Todo es parte de la nueva realidad desde que el candidato de la oposición, Alberto Fernández, derrotó al presidente, Mauricio Macri, en unas elecciones primarias el 11 de agosto, con lo que se puso en marcha una venta masiva histórica del mercado que llevó al gobierno a reimponer los controles de capital y extender unilateralmente los vencimientos de la deuda local del gobierno. El cambio de los términos de la deuda local y una propuesta para extender el plazo para otros bonos, una operación conocida como “reperfilamiento”, fue un tema persistente en la reunión cerca de los nevados y el lago Moreno.
“Estoy reperfilada”, se reía una ejecutiva cuando otro la saludó.
Otro ejecutivo de una empresa de comunicaciones bromeó diciendo que después de la caída de la moneda, tuvieron que “reperfilar” sus planes de inversión de capital. Y un moderador se tomó una demora con calma y dijo: “hemos reperfilado el siguiente panel. Si nos extendemos mucho más, dirán que es una quita”.
En las primarias, el margen entre Macri y Fernández, 16 puntos porcentuales, fue dos veces mayor que lo que las principales encuestadoras habían predicho como resultado más extremo. Desde el evento, aunque algunos directores de firmas de encuestas han hablado públicamente y admitieron que no se apoyaron mucho en encuestas cara a cara, hay una escasez de datos.
Cuando se les preguntó qué preguntaban los inversionistas extranjeros, un analista político dijo que básicamente habían dejado de llamar por completo.
Planes A, B, C
Hubo muchas más preguntas que respuestas. Los economistas y exfuncionarios hicieron presentaciones que describían el “plan A”, el “plan B” y el “plan C” para 2020. Esto se debe a que persisten las dudas sobre si Fernández adoptará un enfoque pragmático u optará por las políticas poco convencionales y llenas de intervención de su compañera de fórmula, la expresidente Cristina Fernández de Kirchner. Los muchos escenarios potenciales solo parecían reforzar que todavía es una incógnita.
Tampoco hubo escasez de especulaciones sobre cómo cambiará una línea de crédito récord de US$ 56.000 millones con el Fondo Monetario Internacional después de las elecciones.
En una encuesta a los asistentes presentada por Ernst & Young, y realizada después de las primarias, el pesimismo era evidente. Las empresas están recortando las inversiones, y solo 38% de los encuestados dijeron que se endeudarían en 2020, en comparación con 53% en 2018 y 80% en 2017. Los encuestados que pensaban que las inversiones totales caerían también crecieron de 7% a 23%.
“Necesitamos que sean previsibles las condiciones en las que uno tiene que jugar: pasa igual en el fútbol que en consumo masivo”, dijo Guillermo Rimoldi, director ejecutivo de la empresa fabricante de dulces y de negocios agrícolas Georgalos. “Es inviable poder jugar si a cada rato me están corriendo futbolísticamente el arco de lugar. Nunca se bien para donde tengo que patear porque el arco se corre permanentemente”.