Credicorp Capital: rechazo de la reintegración restaría tres décimas al crecimiento
Daniel Velandia, economista jefe del banco de inversión, asegura que el recorte en las proyecciones de crecimiento del FMI para China es un cambio de paradigma.
El martes 15 de octubre el Fondo Monetario Internacional rebajó por quinta vez consecutiva sus estimaciones de crecimiento para la economía global desde el 3,2% previsto en julio a un 3,% para este año. En su más reciente informe sobre las Perspectivas de la Economía Mundial, la entidad que ahora lidera Kristalina Georgieva también redujo sus previsiones para América Latina, apostando ahora a que la región crecerá un 0,2% en 2019, en lugar de un 0,6% como estimaba a mediados de año. Y aunque China y Estados Unidos han tenido aproximaciones en los últimos días que dan cierta esperanza respecto del futuro de la guerra comercial, lo cierto es que el impacto de estas tensiones debiera seguir siendo un lastre sobre todo para la región en 2020.
Así lo cree Daniel Velandia, director de research y economista jefe de Credicorp Capital, quien en conversación con PAUTA Bloomberg comenta que el conflicto entre ambas potencias afecta a los países latinoamericanos tanto por cantidad como por precio. “Dentro de las noticias más importantes del FMI estuvo el recorte importante a las proyecciones de crecimiento para China, para el próximo año a 5,8%. La verdad es que eso es un cambio importante del paradigma, porque crecer menos de 6% no estaba previsto para el 2020, ni siquiera 2021 y por lo tanto eso pone presiones adicionales a los precios de los commodities e incertidumbre en la región”, comenta de visita en Chile.
Velandia asegura que incluso existiendo la esperanza en el horizonte de un apretón de manos entre Xi Jinping y Donald Trump hacia fines de año, esta desaceleración mayor a la prevista en China está afectando la inversión. “El riesgo es que la guerra comercial se siga profundizando y los precios de los commodities caigan. Y realmente si el precio del cobre, el precio del petróleo u otros commodities tienen una caída fuerte, no hay nada que hacer”, asegura el economista, quien además plantea sus dudas respecto del acuerdo parcial que actualmente existe entre ambos países.
“Lo cierto es que las cadenas de valor se están rompiendo, se están desbaratando, se están creando nuevas relaciones comerciales y así haya un acuerdo en el corto plazo lo más probable es que sigamos viendo una baja en la inversión”, sostiene Velandia. El economista plantea como ejemplo que empresas como BMW, Volkswagen o Mercedes Benz están teniendo dificultades para pronosticar sus ventas del próximo año precisamente porque no saben con qué aranceles tendrán que operar. “Por más que haya un apretón de manos eso no va a cambiar. Ese tema va a seguir siendo el más importante en el 2020”.
Brasil a la espera de las pensiones
Uno de los principales temas que ha tenido en vilo a la economía brasilera ha sido la tramitación de la Reforma Previsional, la cual debiera votarse durante la próxima semana. Al respecto, Velandia cree que el proyecto finalmente será aprobado, algo que agega que el mercado ya da por descontado. “La gran pregunta es, después de semejante batalla en el Congreso, si el presidente Jair Bolsonaro va a tener la capacidad de aprobar otras reformas importantes que necesita el país, sobre todo en el frente fiscal”, señala el experto.
“Nosotros somos relativamente optimistas para Brasil de cara al 2020, 2021. Es muy posible que Brasil pueda crecer a los niveles que espera el Fondo, pero de nuevo, el tema político es el que siempre genera inquietudes”, comenta. Eso sí, el economista enciende una alerta, ya que considera que Brasil estaría pasando por un período similar al que enfrentó Mauricio Macri al inicio de su Gobierno, donde muchas reformas importantes e impopulares son necesarias.
“La población está dispuesta hoy a aportar, pero eso implica que en tres años hay que hacer delivery de eso: tiene que haber más crecimiento en tres años para que las elecciones próximas […] sigan mostrando una tendencia de derecha en Brasil. Bolsonaro no la tiene fácil, porque tiene que voltear la economía, hacer medidas impopulares y eso tiene que dar frutos rápidamente para que la gente se sienta cómodas con este tipo de gobiernos”, plantea.
Perú: mercado desligado de la economía
Un denominador común que pareciese haber entre Perú y Brasil es que sus mercados bursátiles no necesariamente están yendo de la mano de la economía y mucho menos de la política. En el caso específico de Perú, Velandia comenta que el país pareciera estar acostumbrado a problemas políticos como la reciente disolución del Congreso por parte del presidente Martín Vizcarra. “Lo que se suele decir en Perú es que la economía va por un lado y la política va por otro. Ahora, eso no puede durar eternamente”, asegura Velandia.
“Lo cierto es que hace tan solo un año, año y medio, se estaba retirando el presidente Pedro Pablo Kuczynski y los mercados de hecho no reaccionaron y ahora tenemos esta situación y los mercados de hecho se han seguido comportando en línea con los otros mercados del mundo”, afirma el economista. Hacia adelante el experto apunta al 26 de enero como fecha clave, día en que se realizarán las elecciones del nuevo Congreso, algo que permitiría articular de una forma distinta la relación entre éste y el Ejecutivo.
Aun así, Velandia comenta que la confianza empresarial ha caído de manera importante, lo que tendría un impacto en la inversión. Sin embargo, el ejecutivo asegura que mientras se espera que la inversión privada no crezca en 2020, la pública sí debiera hacerlo, de tal manera de apuntalar el crecimiento.
Sobre las positivas perspectivas de crecimiento que el FMI ha fijado para Perú en los próximos años y que lo llevarían a liderar el crecimiento en la región, Velandia plantea que aun así el país sigue manteniendo un alto nivel de informalidad y que su PIB tendencial ha registrado una baja importante a partir del año 2013, producto de la caída en los precios de las materias primas. “Perú perdió velocidad de manera significativa”, comenta.
Chile: reformas con impacto en el PIB
En el caso específico de Chile, el economista plantea que las proyecciones de crecimiento del país mantienen un sesgo a la baja. Actualmente Credicorp proyecta un crecimiento de 2,5% para este año y de 3,1% para el próximo. “Ahora, el asunto es que las reformas juegan un papel bien importante en las proyecciones hacia adelante. Por ejemplo, nosotros tenemos que lo que va a liderar el crecimiento chileno el próximo año es la inversión, similar a este año, pero eso tiene implícito el hecho de que la Reforma Tributaria pase”, plantea. En esa línea, el economista asegura que de no aprobarse la reintegración tributaria, para muchos el corazón del proyecto que defiende el Ejecutivo, podría haber un impacto negativo de tres décimas en el PIB, debido a que la inversión ya no crecería el 4,5% previsto, sino que algo más cercano a 3%.
Respecto de la reducción de horas de la jornada laboral, Velandia explica que cuando se reúne con autoridades habitualmente le comentan que las reformas estructurales pasan por aumentar la flexibilidad. “Eso está en el núcleo de todas las recomendaciones de las entidades multilaterales y recortar el número de horas hace exactamente lo contrario”, asegura. Más aun si se considera que el mercado laboral está débil y la generación de empleo proviene del sector público más que del mundo privado.
“Eso puede implicar mayores costos de contratación en un mundo donde hay más inmigración. Y por tanto generar mayores presiones sobre las compañías en un ambiente donde los márgenes ya son bastante reducidos. Entonces, no lo estamos considerando, pero es un factor que puede afectar definitivamente tanto inversión como consumo”, concluye.
Vea la conversación completa en PAUTA Bloomberg acá: