Santiago, Barcelona y la Primavera Árabe
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El viernes, Chile y España, los dos países en los que reparto mi existencia, sufrieron episodios de gran violencia colectiva. Los desórdenes en Chile, cuya excusa fue una subida del precio del billete de Metro, fueron considerablemente más graves que en Barcelona y desembocaron en la imposición del Estado de Emergencia constitucional. Las protestas en Cataluña, fruto del rechazo a la sentencia contra los cabecillas del “prucés” independentista, tienen convocantes y se pueden inscribir en un movimiento con cierta dirección política, las de Chile, al margen de algunos líderes oportunistas no.
Desde el gobierno chileno, el ministro de Desarrollo Social, Sebastián Sichel, ha atribuido a la inequidad económica los motivos detrás de la protesta. Creo que es un error. No son las víctimas de la desigualdad las que protestan. Al contrario, esa visión estigmatiza a los pobres. Son grupos que instrumentalizan ese problema los que están actuando de manera coordinada, protestando de manera ilegítima en un Estado de Derecho. Por eso, los incidentes de Santiago recuerdan más la dinámica de la Primavera Árabe. Dejo aquí dos textos interesantes sobre ese fenómeno ocurrido a comienzos de esta década y de los que se pueden sacar lecciones.
-A Broken Social Contract, Not High Inequality, Led to the Arab Spring
-Unhappy Development: Dissatisfaction with Life on the Eve of the Arab Spring
En Cataluña, los desórdenes están motivados por la sentencia contra los líderes que promovieron la declaración de independencia de Cataluña en 2017. Finalmente, el Supremo los condenó por el delito de sedición al no haberse probado la violencia suficiente y los objetivos de la rebelión. He seleccionado varios artículos a favor y en contra de la sentencia.
El primero sostiene la tesis de que el Estado no podía más que considerar una broma lo sucedido en Cataluña a finales de 2017: “Si los que disparan morteros dialécticos —y mostrencos, argumentalmente— contra la sentencia por su supuesta benignidad fuesen una miaja perspicaces, repararían en que el Supremo dimensiona la fortaleza y la grandeza del Estado frente a la tragicomedia delictiva (jamás merecida por Cataluña y por sus ciudadanos) protagonizada por los condenados y otros (seis huidos), y encontrarán que el relato judicial es doblemente sancionador: por las penas que impone, pero también en lo cívico y en lo democrático, porque deja en evidencia la pequeñez política de los causantes de este despropósito.”
-La gran farsa sediciosa y una pregunta inquietante por José Antonio Zarzalejos
El segundo es el de Ignacio Varela: “La historia apenas recordará el confuso debate jurídico sobre rebelión o sedición. Lo que perdurará en la memoria es que en 2017 se perpetró un golpe al Estado desde una de sus instituciones; que este, cargado de legitimidad, se defendió y neutralizó la asonada, y que se aplicó la ley a sus promotores en un juicio justo, limpio y transparente. También que estos fueron expulsados de la política en cargos públicos para una larga temporada; lo que, siendo un acto de justicia, lo es también de higiene pública.”
¿Quién busca ganar las elecciones con esta sentencia? Por Ignacio Varela
El tercero es de Guadalupe Sánchez, que constata que el Estado español no está preparado para los golpes posmodernos: “Poco más podían hacer los Magistrados del Supremo, dado que la rebelión que persigue la independencia sin violencia, esto es, la rebelión impropia, no está tipificada como delito en nuestro ordenamiento. Así lo quiso el legislador del 95, y los políticos independentistas catalanes que declararon la independencia el 1-O siempre han obrado siendo muy conscientes de esta suerte de limbo legislativo: sus llamamientos explícitos y públicos a la no violencia no responden a un espíritu pacífico, sino que evidencian una estrategia muy meditada que les permitiese esquivar responsabilidades de orden penal por estos delitos tan graves.”
-Un Estado desarmado jurídicamente frente a la rebelión impropia por Guadalupe Sánchez
Un cuarto, favorable a la sentencia, es el de Tsevan Rabtan: “No se ha probado que quisieran y se representaran un alzamiento violento como palanca para la secesión, pero sí se describe en la sentencia una miríada de hechos, imposibles de interpretar de otra forma en su conjunto, que acreditan el diseño de un plan sedicioso completo, anclado en la deslealtad y el deseo de impedir u obstaculizar el trabajo de los servidores del Estado, que se desplegó por todo el territorio catalán.”
Por último, un artículo muy crítico con la sentencia del ex fiscal Ignacio Gordillo: “Después de leer la sentencia varias veces parece imposible que, tras los hechos probados, no se aprecie delito de rebelión. Hay alzamiento, es público, es violento y es para alguno de los fines que exige el Código Penal en el artículo 472: declarar la independencia de una parte del territorio nacional, es decir, declarar la independencia de Cataluña. La violencia existe claramente de la lectura de los hechos y es una violencia muy grave y permanente en el tiempo. Es violencia tanto física como psíquica”.
-Hay rebelión y debe haber cumplimiento íntegro
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El polémico sistema de crédito social en China, que puntúa a los ciudadanos según su buena o mala conducta, ya ha impedido la venta de unos 26 millones de boletos de tren y avión, ya que a más de 13 millones de personas han sido calificadas como ‘no confiables’. La novedad es que el sistema se va a extender a las empresas que operan en el país, lo cual ha alarmado a las empresas europeas.
-China’s social credit system is coming for businesses too
La naturaleza del comercio internacional y su gobernanza han cambiado mucho en los últimos años. Los intercambios internacionales se estructuran cada vez más en cadenas de valor mientras va ganando preeminencia el comercio de servicios. Este informe plantea que la UE debe cohesionarse internamente, aumentar la legitimidad de la apertura económica a ojos de sus ciudadanos y actuar como un bloque homogéneo capaz de liderar la reforma del orden multilateral basado en reglas.
-La política comercial europea ante un entorno internacional cambiante
En las últimas décadas, los modelos de cognición social (percepción de las personas) se han estructurado en torno a dos factores: la sociabilidad (también se le dan otros nombres como “calidez”) y la competencia. Este es el marco dominante para comprender la formación de impresiones. Este artículo plantea que hay una tercera dimensión, la moralidad, que posiblemente juegue un papel único y primario en la cognición social.
-The role of morality in social cognition
Ojo a este interesante hilo de Twitter de @pitiklinov sobre los intentos de suicidio y las conductas que dispara.
Aguas de Barcelona (Agbar) podría volver a ser catalana. Criteria, el vehículo inversor de la Caixa, el principal banco catalán, está pendiente de la rotación de activos que ha aprobado el gigante francés Suez y que incluiría la venta de Agbar, según esta información. En la operación juega un papel central Ángel Simón, actual vicepresidente de Suez y el hombre que creó el grupo Agbar que incluye en Chile a Aguas Andinas, empresa controladora de Essal, la sanitaria que ha estado en el centro de una polémica en Chile por haber dejado sin agua potable a la ciudad de Osorno durante una semana.
-Francia confía a SocGen la venta de Agbar con Fainé al quite para poder ‘repatriarla’
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Según este estudio de la U. de California, el optimismo tiende a ser más bajo para las personas que tienen en torno a 20 años, luego sube a los 30 y 40 hasta llegar a su punto máximo en los 50 (siendo 55 la edad de máximo optimismo). Después de eso comienza a disminuir gradualmente.
-Cause for hope: We hit peak optimism at 55
Muy interesante este diálogo de Woody Allen con Fernando Trueba.
Interesante la perspectiva de este artículo después del “cambio de chaqueta” de Donald Trump con los kurdos.
-La guerra en Siria cambió la actitud árabe hacia Israel
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