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La reunión entre Fernández y Macri envía una señal de paz

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POR Maria del |

A Alberto Fernández le podría convenir moderar su discurso en vista de que la votación de Mauricio Macri fue menos débil que lo previsto.

Alberto Fernández no asumirá el cargo de presidente argentino hasta el 10 de diciembre, pero su forma de interactuar con el líder saliente, Mauricio Macri, mientras tanto es clave para una economía en crisis. El lunes, al menos estaban hablando.

Fernández llegó al palacio presidencial en el centro de Buenos Aires sin personal, salvo por un vocero. Las cadenas de televisión mostraban imágenes de los hombres, ambos con trajes, dándose la mano antes de sentarse en sillones uno frente al otro. Se reunieron durante aproximadamente una hora para tomar café.

Más tarde, Fernández sonrió y saludó con la mano cuando entró en un automóvil para irse, pero no hizo ningún comentario.

Incluso eso es un comienzo para lo que podría ser un periodo de transición complicado, entre un líder favorable al mercado que trató de promulgar la disciplina fiscal y un populista de izquierda que prometió aumentar el gasto para un público cansado del alto costo de la vida y la falta de servicios públicos fuertes.

¿Desde las cenizas?

Macri ha estado lidiando con una economía en contracción, una alta inflación, una moneda en declive y una difícil negociación de deuda con el Fondo Monetario Internacional. La economía podría estar en peor forma para cuando Fernández asuma el cargo, por lo que las declaraciones de intención de trabajar juntos en el ínterin podrían tranquilizar a los mercados, a los inversionistas y al público por igual.

Una victoria sorprendentemente fuerte de Fernández en una votación primaria en agosto asustó a los mercados, y la caída de la moneda que siguió obligó a Macri a promulgar controles de capital. En las primeras horas del lunes después de que Macri concediera la elección, Fernández daba pocas señales.

“Y ojalá que quienes sean nuestros opositores en estos cuatro años sean conscientes de lo que nos han dejado y nos ayuden a reconstruir el país de las cenizas que han dejado”, dijo a sus partidarios desde el búnker de su campaña.

Adversario menos débil

Los analistas argumentan que Fernández podría necesitar moderar su retórica, después de que a la coalición de Macri le fuera mejor de lo esperado en la carrera al Congreso, lo que prepara el escenario para un posible estancamiento.

“Eso implica mayores limitaciones para el futuro gobierno de Alberto Fernández”, afirma Camila Perochena, profesora de ciencia política en la Universidad de Torcuato Di Tella, en Buenos Aires. “La necesidad de consensuar con la oposición se hace más evidente”.

Los inversionistas están esperando que Fernández desvele su equipo económico y más pistas sobre la dirección de su política. Su equipo abarca desde economistas tradicionales hasta políticos poco ortodoxos. No está claro cómo renegociará Fernández la línea de crédito de US$ 56.000 millones de Argentina con el FMI, un acuerdo que actualmente está suspendido debido a la incertidumbre política.

“Alberto Fernández tendrá poco tiempo para encontrar la fórmula del despegue económico”, asegura Nicolás Solari, director de la firma de encuestas Real Time Data. “La coalición que lo llevó a la presidencia es tan amplia como inestable”.

Nuevos controles

Por su parte, el gobierno de Macri se movió rápidamente durante la noche para limitar las consecuencias en el mercado de su pérdida, endureciendo significativamente los controles de capital para estabilizar el peso. Los argentinos solo pueden comprar US$ 200 dólares por mes, muy por debajo del techo anterior establecido el 1 de septiembre de US$ 10.000. Antes de eso, las compras de dólares eran ilimitadas.

Los controles hicieron subir el peso argentino 0,8% el lunes. Los bonos de Argentina cayeron ligeramente, y los diferenciales con los bonos del Tesoro de EE.UU. se ampliaron 98 puntos básicos, al punto más alto en casi dos meses.

Una pregunta clave será la relación de Fernández con su poderosa vicepresidente, la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner. Fue presidente de 2007 a 2015 y le entregó a Macri una economía dañada por años de peronismo, un movimiento político contra la élite que tradicionalmente favorece a los trabajadores sobre los dueños de las empresas.

Algunos notaron los comentarios de izquierda de Fernández en su discurso de victoria, en particular al expresar su apoyo al expresidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva, quien está en la cárcel. También planea viajar pronto a México para reunirse con su presidente de izquierda, Andrés Manuel López Obrador.

“Hay que ver la tónica de administración de Fernández para encontrar consensos”, asegura Juan Germano, director de la firma encuestadora argentina Isonomía. “Estos últimos cuatro años mostró que no hubo consensos entre kirchnerismo y macrismo, pero con este resultado, tal vez ambos espacios tengan más incentivos para generar consenso”.