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Plebiscito: la llave de la oposición para definir el mecanismo de una nueva Constitución

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POR Gladys Pierola |

Del PC y FA hasta la DC, la oposición se unió por primera vez desde el estallido de la crisis y exigió avanzar en una asamblea constituyente.

Por primera vez desde el inicio del estallido social y también durante la gestión de Sebastián Piñera, todos los partidos de la oposición con representación parlamentaria alcanzaron un acuerdo en un contenido que transmitieron este martes 12 de noviembre por medio de una declaración pública. Catorce colectividades, incluidos los partidos Comunista, Socialista, Democracia Cristiana y los del Frente Amplio, respondieron en conjunto al anuncio realizado 48 horas antes por La Moneda de abrirse a una nueva constitución. 

Aunque las conversaciones habían comenzado hace una semana, fue la decisión de la Democracia Cristiana el lunes en la noche, que a través de su Consejo Nacional se abrió a una asamblea constituyente (AC), la que terminó por cerrar la declaración. 

“La propuesta de un congreso constituyente por parte del Gobierno se aleja de la demanda popular por participación y deliberación en la importante tarea a la que nos enfrentamos. Tanto para la opinión pública, como para expertos y organizaciones de la sociedad civil, la asamblea constituyente es el mecanismo más democrático para garantizar una amplia participación ciudadana que otorgue plena legitimidad al proceso”, dice el texto firmado por esos partidos

La queja había sido pública y también privada, pues varios de los personeros de la centroizquierda e izquierda se lo hicieron saber en las últimas horas al ministro del Interior, Gonzalo Blumel. El trabajo se le hizo más difícil al jefe de gabinete, quien tiene que consensuar una reforma teniendo como base, además, las distintas posturas de Chile Vamos, siendo la UDI el partido más reticente para negociar.

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En el bloque opositor comentan que aún faltan detalles que negociar, pero hay algunos consensos en el texto publicado. El mecanismo debe ser “un órgano deliberativo e institucional, con delegados y delegadas electas democráticamente, con inhabilidades para asumir cargos futuros, debe ser convocado única y exclusivamente para redactar un nuevo texto constitucional que deberá ser sometido a referéndum”, explican.

Pero además la declaración cierra con una frase clave para la apuesta de la oposición: “El camino para construir el futuro es plebiscito, asamblea constituyente y nueva Constitución”. En especial, por la idea de una consulta ciudadana de entrada y vinculante, que pueda elegir el mecanismo en caso que no se llegue a un acuerdo institucional con el Ejecutivo. “El Gobierno comete un error si cree que puede saltarse el plebiscito de entrada”, comentó un dirigente de oposición.

No hay ninguna mención o condena a la violencia que durante esta misma jornada de martes 12 de noviembre atenazó a todo el país.

La llave opositora

Parte del debate se dio en la sesión de este lunes de la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados, la que fue calificada por sus propios integrantes como “maratónica”. Aunque hubo un receso de dos horas en la tarde, sumando y restando fueron casi 10 horas de tramitación para votar un paquete de siete propuestas refundidas que introducen al capítulo XV de la Constitución y buscan darle forma a un proceso constituyente con fórmulas, mecanismos o sedes.

“Hay algo que nosotros tenemos absolutamente descartado como diputados de oposición, y es que sea solo el Congreso el que proponga a los ciudadanos el texto de una nueva Constitución”, dijo el diputado y presidente de dicha Comisión, Matías Walker (DC).

Después de una larga discusión, que incluyó una reunión extraordinaria entre el ministro Gonzalo Blumel y los parlamentarios del bloque opositor, se avanzó en una parte y se votaron dos propuestas de plebiscito, las que no estuvieron exentas de polémicas, mostrando en parte cómo será el termómetro de la discusión de cara a una nueva Carta Fundamental.

En la caso del plebisicito de “salida” o ratificatorio, el apoyo fue unánime. Sin embargo, las aguas se dividieron y tensionaron por el referéndum de “entrada”, donde por siete votos a favor (del bloque opositor) y seis en contra (de Chile Vamos) se aprobó la propuesta que establece que el Congreso, con un acuerdo de los 4/7 de los diputados y senadores en ejercicio, puede convocar a un plebiscito para que la ciudadanía manifieste si está de acuerdo con una nueva Constitución.

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Según la indicación, una vez acordado y votado el plebiscito en el Congreso, el Presidente de la República tendrá un plazo de 90 días para convocarlo y realizarlo. Pero más allá de los detalles, la discusión entre oficialismo y oposición se centró en la pertinencia de esta herramienta, que además de consultar si se quiere o no un cambio constitucional, podría preguntar por cuál vía o sede la ciudadanía quiere los cambios: el Congreso, como promociona La Moneda; la convención constituyente, como proponía la propuesta de la expresidenta Michelle Bachelet, o asamblea constituyente, que pide ahora el conjunto de partidos de la oposición.

En Chile Vamos insistieron que había que esperar la propuesta del Gobierno sobre un congreso contituyente y que se debían conocer los detalles antes votar la propuesta. “No queremos adelantarnos a un acuerdo”, explicó la diputada (RN) Paulina Núñez en la instancia, haciendo referencia a los esfuerzos del Ejecutivo por abrir puentes con la oposición.

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De hecho, tras hablar con los diputados, el ministro Blumel cruzó el pasillo que une ambas Cámaras en la sede del Congreso de Santiago para reunirse con el presidente del Senado, Jaime Quintana (PPD), y los miembros de la Comisión de Constitución de la Cámara Alta Felipe Harboe (PPD) y Francisco Huenchuimilla (DC), además del senador José Miguel Insulza (PS). En la cita, que duró cerca de una hora y media, el tono del mensaje fue similar al entregado por los diputados minutos antes, no hay espacio para un congreso constituyente como lo anunció el mismo ministro la noche del domingo. “Fue solo una declaración de voluntad”, comentó a este medio uno de los participantes.

Para un sector importante de la centroizquierda las respuestas del Ejecutivo en esta materia “no fueron satisfactoria” y así se lo hicieron saber al titular del Interior. Por eso, varios ven en el plebiscito una llave de salida en caso que no se llegue a acuerdo con el Gobierno sobre el mecanismo, en especial porque la propuesta convoca el apoyo transversal.

“Hemos dado un paso muy modesto, pero importante”, dijo el diputado PS y miembro de la Comisión de Constitución, Leonardo Soto, tras finalizar la sesión del lunes. 

“Tenemos dos caminos que se están viendo simultáneamente. Un camino es de un acuerdo sobre el  mecanismo constitucional completo para que se elabore una nueva Constitución. Ese camino de acuerdo está muy lejos de materializarse, porque el Gobierno no sabe muy bien qué quiere”, comentó el parlamentario asegurando que desde su sector tienen “una propuesta completa y específica” para una AC, pero que en caso de tener desacuerdos políticos la discusión se debía zanjar a través de la consulta directa a la gente. 

“Los esfuerzos de la oposición están centrados en el plebisicito”, señaló a PAUTA el presidente de la Comisión de la Constitución del Senado, Felipe Harboe, instancia que también tiene tres proyectos que apuntan a la misma herramienta.  

El mapa intermedio

Aunque desde el Frente Amplio a la Democracia Cristiana defienden la asamblea constituyente, en privado varios diputados y senadores admiten que de seguir el conducto normal del Congreso a través de una reforma, no estarían los votos para esta propuesta ni con Chile Vamos ni con algunos sectores “más conservadores” de la DC o del PPD, pues se necesitan un alto cuórum de al menos 2/3 de los parlamentarios en ejercicio. 

“Hay más espacios, si están los votos de la derecha, para una convención constituyente”, admite un senador de oposición. Asegura que una fórmula mixta, que también contemple la participación de parlamentarios, podría ayudar en acercar las posiciones con el Gobierno.

Ahora, la propuesta “intermedia” podría parecerse en formación a una asamblea, en especial porque, más allá del procentaje de participación de diputados o senadores -que puede ser un nudo en sí mismo para este mecanismo-, desde la oposición piden que los eventuales participantes que vengan desde el Poder Legislativo sean también electos universalmente. 

“En su inmensa mayoría tienen que ser delegados elegidos por la ciudadanía y no nos cerramos a que sean en su totalidad. Efectivamente algunos diputados y senadores pueden aportar con su experiencia política y legislativa en una convención constitucional, pero sujeto a algunas inhabilidades, por ejemplo, que no puedan presentarse a la reelección”, comentó Walker. 

En ese punto coinciden en el Frente Amplio, donde aclaran que podrían participar parlamentarios en la medida en que renuncien a su cargo, advirtió a PAUTA el diputado Gabriel Boric (CS). “Si se presentan a las elecciones como cualquier otro y si salen electos, bienvenidos, pero no debería haber nadie designado”, agregó.