Ignacio Sánchez: “Tenemos que eliminar el temor a no estar de acuerdo”
El rector de la UC explica la importancia de un diálogo directo. También cree que reconstruir la confianza debe partir a nivel local, con los alcaldes y sus comunidades.
Un diálogo cara a a cara y que parta desde las comunidades hacia las autoridades. Es lo que el rector de la Pontificia Universidad Católica (UC) Ignacio Sánchez, plantea como primera línea para comenzar a entender la crisis. Aunque valora las opiniones de intelectuales, como la del rector de la Universidad Diego Portales Carlos Peña, apunta que hoy el diálogo directo es clave, más que las cartas, columnas, correos o redes sociales.
Afirma que el diálogo debe establecer como base el respeto por el otro para buscar puntos de encuentro, lo que requiere tener la capacidad de empatizar con la historia de vida de personas con diferentes edades y disciplinas.
“Tenemos que eliminar el temor a no estar de acuerdo, porque cuando uno no está de acuerdo con una postura y presenta la propia se entiende desde dónde uno la presenta, señala en Desde El Jardín. Y agrega: “tenemos que buscar algunos puntos de encuentro, mirarse cara a cara, tener gestos empáticos y darnos cuenta que todos somos seres humanos que queremos en el diario vivir avanzar hacia un mundo mejor entre todos. Creo que ahí nos empezamos a respetar más”.
—Hay gente que dice que […] ese sentido comunitario se ha visto dañado por un individualismo y al perder ese tejido, lo comunitario que era fuerte en Chile, se pierde algo esencial y que hace que el ‘nosotros’ se disgregue, venga la sensación del sin sentido, de sentirse aislado en una sociedad individualista—, postula Cristián Warnken.
—Creo que sí. Creo que ese es un gran desafío. Por eso te iba a decir que desde que partió esta crisis somos muchos los que pensamos que […] los alcaldes y las comunidades más pequeñas, ahí es donde que hay reconstruir la confianza. Esto no es de la presidencia, del parlamento: esto es de abajo hacia arriba—, responde el también médico pediatra.
Pérdida de autoridad
“¿Hoy hay miedo a ser autoridad? ¿O hay confusión o un debilitamiento?”, pregunta Warnken. Dice que desde los hogares y los colegios, hasta las universidades y la presidencia, ha cambiado la forma de enfrentar a los superiores.
Para el rector, dicha relación depende de la formación de cada individuo y de las posibilidades de diálogo que tuvo en sus primeros años de desarrollo. También, enfatiza, tiene que ver con el hábito de esfuerzo personal. “Si tomas una decisión, tienes que aceptar las consecuencias de esa decisión. Si tienes en segundo medio tomas o una paralización […] tendrás que estar destinando tres o cuatro semanas en el verano para recuperar”, ejemplifica.
Añade que los derechos también exigen deberes que últimamente no se han respetado.”Eso no ha sido tan riguroso, creo que vamos corriendo ese límite de esfuerzo y rigurosidad personal”, señala. Desde su visión la juventud valora la coherencia, la que se confirma en la cercanía y en la confianza.
Sin embargo, cree que se debe exigir ignorar la responsabilidad, en cuanto a las consecuencias de los actos que deben ir tomando los estudiantes en el camino, ya que la juventud suele obtener tratos contradictorios. “También somos sobreprotectores. O sea el caso de adolescentes que viajan por el mundo durante 3, 6 meses muy libremente y cuando vuelven a Santiago tienen que estar llamando cada dos horas [a sus padres] para saber dónde están”, critica.
Reflexión y autocrítica
En vista de las críticas que recibe la universidad de estar desconectada de la realidad social, el rector dice que sí existe una autocrítica por parte de la institución.”Por supuesto que nosotros hacemos una autocrítica o una reflexión. Este período ha sido particularmente digamos desafiante desde el punto de vista de cuál ha sido el aporte de la universidad […] cuáles han sido los aportes positivos que en algún momento deberían haberse renovado”, dice.
Sostiene que toda universidad que haya funcionado los últimos 50 años tiene la responsabilidad de crear un mejor país, además de reconocer sus falencias, tomando en cuenta los elementos éticos, de justicia social. En la UC, además, lo que implica acercar la doctrina social de la iglesia a la enseñanza de los estudiantes.
Respecto de la vandalización que sufrió la estatua frente al campus Casa Central, el médico afirma que es una provocación muy grave por parte de individuos que de alguna forma se degradan a ellos mismos. “Producen un daño más que a la Universidad Católica, le producen un daño a la sociedad porque muestran excesos que son completamente enfermizos y fuera de lugar”, expresa.
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