Corea del Norte lanza dos misiles y reta nuevamente a Trump
Con el nuevo lanzamiento, Kim Jong Un buscaría demostrar que es Corea del Norte la que impone los términos de las negociaciones con EE.UU.
Corea del Norte disparó el jueves lo que parecían ser dos misiles balísticos de corto alcance, una medida que refleja la amenaza de alejarse de las conversaciones nucleares a menos que el presidente Donald Trump ofrezca concesiones a fin de año.
Los misiles fueron disparados desde la costa este de Corea del Norte, recorrieron una distancia de unos 380 kilómetros y alcanzaron una altura aproximada de 100 kilómetros, dijo a periodistas el ministro de Defensa japonés, Taro Kono. El Ministerio de Defensa de Corea del Sur proporcionó datos similares sobre los vuelos y calificó los lanzamientos de “lamentables”.
Trump: “rehén político”
La prueba más reciente se realizó dos años después de que el régimen del líder Kim Jong Un disparó por última vez un misil balístico intercontinental con la capacidad de impactar todo Estados Unidos. Kim suspendió brevemente las pruebas después de eso y luego reanudó la vengativa actividad a partir de mayo, con el lanzamiento de cerca de dos docenas de misiles, casi todos misiles balísticos de rango corto.
“Kim percibe a Trump como su rehén político y se siente en condiciones de dictar los términos del acuerdo al demostrar su capacidad de influencia en la posibilidad de reelección de Trump”, dijo Chun Yungwoo, antiguo enviado principal de Corea del Sur para conversaciones internacionales sobre desarme nuclear con Corea del Norte.
Más rápidos y más potentes
Parece que los misiles que se probaron el jueves son KN-25 de Corea del Norte, un cohete de combustible sólido que está diseñado para disparos de rápida sucesión desde un lanzador móvil que normalmente contiene unos cuatro tubos. Una serie de lanzamientos de misiles de corto alcance en los últimos meses ha mejorado la capacidad de Corea del Norte para fabricar misiles balísticos de combustible sólido, más fáciles de mover, esconder y disparar que muchas de sus versiones de combustible líquido.
“Estas pruebas ayudan a mejorar sus motores de combustible sólido y no solo son buenas para sus sistemas de corto alcance, sino que probablemente harán que sus misiles de largo alcance sean más rápidos y potentes”, dijo Melissa Hanham, experta en armas y subdirectora de Open Nuclear Network.
La congelación de las pruebas de Kim marcó el comienzo de una diplomacia sin precedentes con Trump, lo que ha llevado a reuniones históricas en Singapur, Vietnam y la zona desmilitarizada que separa las dos Coreas. Pero Kim y Trump tienen pocos resultados que mostrar de sus negociaciones, ya que EE.UU. y Corea del Norte no logran ponerse de acuerdo sobre el significado de la desnuclearización.
En contra de la ONU
Desde el inicio de las conversaciones, Kim ha estado ocupado produciendo material fisible para bombas y desarrollando una nueva tecnología de misiles que podría hacer que el próximo gran lanzamiento de un misil balístico intercontinental (ICBM, por sus siglas en inglés) sea aun más preocupante para los planificadores militares del Pentágono, indicaron expertos en armas.
Trump ha ignorado las pruebas de misiles de Corea del Norte, que según Japón y otros violan las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, señalando a Kim que puede continuar desarrollando su programa de armas siempre que no dispare otro ICBM.
Kim le ha dado a Trump hasta fin de año para aliviar las sanciones que ahogan la mísera economía de su país. En las últimas semanas, sus principales cuadros han sido citados en los medios oficiales por expresar su frustración ante la inflexibilidad estadounidense. El equipo de Trump ha dicho que Corea del Norte solo puede obtener recompensas cuando abandone por completo las armas nucleares, una medida que Pyongyang ha dicho sería equivalente a un suicidio político.
“Sin darnos nada, dimos cosas de las que el presidente estadounidense puede presumir, pero la parte estadounidense aún no ha tomado ninguna medida correspondiente”, dijo un portavoz de la Comisión de Asuntos del Estado encabezada por Kim a principios de este mes. Agregó que EE.UU. enfrentará una “mayor amenaza” si no hace nada.