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La oposición busca partir de cero (y desde el Congreso) una reforma previsional

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Los presidentes del Senado y la Cámara Baja, junto a las presidentas de las comisiones de Trabajo, se reunieron con el ministro Segpres. Crédito: Agencia Uno
POR Marcela Gómez |

Los presidentes de ambas cámaras y de las comisiones de Trabajo piden congelar el proyecto del Gobierno. “Lo vamos a revisar”, dice el ministro Ward.

Retirar la reforma de pensiones que se discute en la Cámara de Diputados para dar paso a una mesa que parta “desde una hoja en blanco” la construcción de un nuevo sistema previsional mixto y solidario. Ese es el acuerdo al que llegó la oposición en este tema, uno de los de más urgente solución en los años recientes y que tras el estallido social fue ratificado como el más necesario para superar la crisis.

La decisión fue adoptada en una nueva instancia de coordinación, denominada “2+2”, que integra a los presidentes del Senado, Jaime Quintana (PPD), y de la Cámara Baja, Iván Flores (DC), así como a las presidentas de las comisiones de Trabajo del Senado, Adriana Muñoz (PPD), y de la Cámara Baja, Gael Yeomans (CS).

Fue comunicada formalmente al Gobierno en una cita sostenida en el Congreso con el punto de contacto oficial entre el Legislativo y el Ejecutivo: el ministro secretario General de la Presidencia (Segpres), Felipe Ward. En la cita también participó el jefe de la división de Relaciones Políticas e Institucionales de la Segpres, Máximo Pavez, quien ha sido mencionado como una posible carta para subsecretario de esa cartera.

Tras el encuentro, Ward sostuvo que, si bien hay algunos consensos en torno a materias que debe incluir la reforma, considerada por el Ejecutivo como uno de los “pulmones” de la agenda social, es de interés del Gobierno no “tirar a la basura todo el trabajo legislativo en el cual ya se ha avanzado”. De todas formas, insistió: “Lo vamos a revisar. Desde ya, celebro esta dinámica de trabajo y de diálogo”. 

El secretario de Estado quedó de entregar una respuesta oficial a los parlamentarios oportunamente, luego de conversar con la ministra del Trabajo , María José Zaldívar, y con el Presidente Sebastián Piñera. Otras fuentes del Ejecutivo, además, comentaron en reserva su preocupación por esta propuesta, que estiman solo dilata el poder tener pronto una solución en materia de pensiones.

Por lo pronto, la determinación será abordada en un encuentro programado para la jornada de este miércoles 18 de diciembre, donde fueron convocados los presidentes de ambas corporaciones y los ministros Ward y Zaldívar. Esto, con la intención de trazar una “hoja de ruta” para avanzar en las modificaciones que se demandan. 

Los retrasos

Desde que su reforma de pensiones fue despachada a la Sala de la Cámara para ser votada en particular, el Ejecutivo comenzó a construir acuerdos para asegurar su paso al Senado, los que incluso incluyeron abrirse a incorporar un mecanismo de reparto. No hubo, sin embargo, una urgencia en ese tranco.

Aunque hubo innumerables conversaciones (a las que incluso se sumó el exministro Nicolás Monckeberg), la falta de decisión parece haber terminado por torpedear la opción de ir por el lado de hacerle ajustes al proyecto.

Pero hay un punto aun más complejo: la Constitución reserva al Presidente de la República la iniciativa exclusiva para impulsar proyectos de ley en materias de seguridad social, jubilaciones y pensiones, entre otras. Un Presidente, cualquiera sea, no puede renunciar a esta (o ninguna otra) facultad de rango constitucional.

Una hoja en blanco

La fórmula, explicó la senadora Muñoz, se estructura en dos pasos. Uno, que ya se dio, es “pedirle al Gobierno que retire el proyecto actual que se está tramitando”. Esto, agregó el senador Quintana, porque “no podemos seguir parchando el proyecto. Le dijimos con mucha claridad al Ejecutivo que no hay condiciones para seguir tramitando el proyecto que está en la Cámara”.

El segundo paso es iniciar, con sede en el Congreso, un debate “abierto, público, sustentado en la participación del mundo social. En la mesa estarán presentes el movimiento No + AFP y todos los movimientos ciudadanos que busquen un cambio de sistema, justicia social y pensiones dignas”, dijo la presidenta de la Comisión de Trabajo del Senado.

Su par en la comisión de la Cámara expresó que este debate “no puede ser a puertas cerradas”, pese a que las conversaciones legislativas ocurren entre representantes electos por la población, son por definición abiertas y además se transmiten por televisión y por streaming. “La solución no puede venir de un solo lado”, agregó Yeomans. A su juicio, hay condiciones para crear una propuesta “entre el mundo social y político, entre el Congreso y el Gobierno, que represente una transformación profunda del sistema de pensiones”.

Consultada sobre en qué se diferencia este procedimiento del debate que se ha tenido en torno a la actual reforma previsional, dijo que la propuesta que se votará “no vendrá ya definida como estamos acostumbrados”. Recordando que en esta materia el Gobierno es el que tiene iniciativa exclusiva, planteó que el objetivo es que “podamos partir de una hoja en blanco donde todas las propuestas se pongan sobre la mesa, para poder discutir desde cero la forma de transformar el sistema de pensiones”.

El presidente del Senado acotó que se apunta a “un sistema de pensiones ya no basado en el modelo de las AFP”, sino que implique “un término de ese sistema como hoy lo conocemos”.

Coincidió el titular de la Cámara Baja, quien apuntó a que se trata de estructurar una propuesta integral que no puede discutirse sobre la base del proyecto del Gobierno. “Esto requiere no solo una revisión al guarismo, al porcentaje, al bono, sino ver cómo lo vemos institucionalmente. ¿Queremos más AFP o queremos en definitiva otra institucionalidad?”, sostuvo Iván Flores. Añadió que esto implica “volver a partir pero con un sentido de urgencia” y sumando al debate “a la gente que está planteando que a las AFP hay que cortarle un poco las alas y las utilidades”.

Tanto Quintana como Flores insistieron que este modelo repite una fórmula que se ha probado exitosa, que es la materialización de un debate sobre una nueva Constitución que se tradujo en acuerdos amplios y se está concretando con celeridad a nivel legislativo. Pero, a diferencia de este proceso, ahora se sumaría a la ciudadanía y los movimientos sociales. La senadora Muñoz prevé que en abril debería quedar cerrado un eventual acuerdo.