Las renuncias que señalan el segundo tiempo del Gobierno
Tras las salidas de Rodrigo Ubilla y Jorge Atton, el Ejecutivo cerró un ciclo. Pero hay costos, aseguran en Chile Vamos, con la figura de Blumel y Evópoli al centro del debate.
“Parte un segundo tiempo. Parte un equipo renovado”. Así define el ministro de la Secretaría General de la Presidencia, Felipe Ward, el periodo al que entra el Gobierno el próximo 1 de enero. Esto, como el mismo aseguró en conversación con PAUTA, porque los lineamientos son “acercarse lo más posible a lo que está pidiendo la ciudadanía”.
La mirada es compartida por varias autoridades del Ejecutivo y, por cierto, por representantes de Chile Vamos. “Debe haber un antes y un después”, reconocen otras voces oficialistas, quienes también recalcan que la materialización de la renuncia de Rodrigo Ubilla a la Subsecretaría del Interior y de Jorge Atton a la Intendencia de La Araucanía, a pesar de que fueron conversadas internamente hace semanas, marcan el término de una etapa.
Si a eso se agregan las modificaciones que tuvieron las carteras producto del cambio de gabinete que realizó el Presidente Sebastián Piñera el 28 de Octubre, así como la salida de Rodrigo Cerda y de Mauricio Villena de la Dirección de Presupuesto, el giro es evidente, de acuerdo con las mismas fuentes. El cambio, eso sí, ha sido sobre la marcha, sin mucho tiempo para las reflexiones, “porque ha costado que el Presidente escuche”, dicen quienes tienen una visión más crítica.
A pesar de que hay diferentes visiones en el conglomerado oficialista, el discurso de La Moneda, y que transmite el ministro Ward, es que “hay que ser cuidadosos, en el sentido de no hacer política de espaldas a la ciudadanía, que es lo que se ha hecho durante mucho tiempo en Chile”. Para eso, como agrega, el “nuevo equipo”, “tiene buenas probabilidades de triunfar y de que nos vaya bien desde el punto de vista político”.
Eso se alcanzará, a juicio del secretario de Estado, solo si son capaces de sintonizar con una ciudadanía que pide “que nos hagamos cargo desde la política de las preocupaciones que han planteado.
Unidad, unidad y más unidad
Desde el Gabinete admiten que las modificaciones le han dolido al Mandatario, sobre todo porque se han ido rostros fuertes que lo acompañaron desde que llegó a La Moneda en 2010. Se ha entendido, de todas formas, que por la nueva dinámica de trabajo que demanda el escenario que instaló el estallido social, “se necesitan cambios”.
Se requiere, además, evitar el fuego amigo, unidad y que el bloque actúe conforme a las resoluciones que se alcancen en conjunto. He ahí la importancia, dicen en Palacio, de los encuentros que se han sostenido las últimas semanas entre diferentes ministros y las directivas de los partidos que integran Chile Vamos.
Sin embargo, las discrepancias continúan. A veces frente a proyectos de ley, por determinadas definiciones, o simplemente porque algunos se sienten más pasados a llevar que otros. En eso, de acuerdo con fuentes del conglomerado consultadas por PAUTA, hay un claro vencedor y un perdedor. Evópoli y la UDI, respectivamente. De hecho, hay ministros que aseveran que la tienda que lidera Hernán Larraín Matte está lisa y llanamente sobrerrepresentada, y que la que encabeza Jacqueline van Rysselberghe es la más perjudicada.
El rol del segundo piso, de todas maneras, sigue fuerte, manifiestan. El jefe de asesores y exministro de la Segpres, el economista Cristián Larroulet, continúa teniendo el mismo espacio de siempre. “Es el hombre de confianza del Presidente”, recalcan las mismas fuentes.
La “evopolización”
En Evópoli están conscientes de que los tres ministros que tienen en el gabinete, Gloria Hutt en Transportes, Ignacio Briones en Hacienda y Gonzalo Blumel en Interior, más cinco subsecretarios, dos intendentes, cuatro gobernadores y 26 seremis, los posiciona de manera importante, pero descartan estar por sobre alguien.
“Evópoli ha tenido la suerte de tener militantes que han sido profesionales muy destacados y creo que, puestos al servicio del Gobierno, han tratado de implantar su sello. Siempre nuestro objetivo principal ha sido tener un Gobierno de Chile Vamos, con los partidos que lo comprenden, en que el programa pueda llevarse adelante y que podamos conducir este cambio de reglas y condiciones que significó la crisis”, asegura a este medio el jefe de bancada de diputados de Evópoli, Luciano Cruz Coke.
Cuando se han tomado decisiones respecto de la composición del Gabinete, agrega, “el Presidente ha optado por aquellos que pueden conducir bien esta crisis social. Al final, ningún ministro actúa solo, actúan como equipo”.
A pesar de las quejas que algunos parlamentarios plantearon en su momento, producto de la sobrerrepresentación gubernamental de Evópoli, el titular de la Segpres desdramatiza. Es más: hace hincapié en que “ha existido un equilibrio que es bien difícil de lograr, pero que se ha alcanzado. Eso es gracias al talento del Presidente, al trabajo que ha hecho el equipo político y, principalmente, a la lealtad que han mostrado los partidos”.
“Halcones” versus “palomas”
Por más que el ministro Ward insiste en que las relaciones dentro del bloque gozan de la mejor salud, las críticas son una realidad. Y lo son en forma especial en un tema: tanto en RN como en la UDI hay una sensación de que el ministro Blumel ha dejado a un lado la seguridad como asunto prioritario.
“Basta mirar Plaza Italia”, comentan parlamentarios a este medio haciendo alusión a escasa presencia policial en el sector. “Es tierra de nadie”, agregan. Para ellos, falta ser más “duro”, como los “halcones”, sector que representa al exministro Andrés Chadwick. Las medidas de las “palomas”, las del sector de Blumel, no son suficientes, comentan en privado.
Consultado por las críticas que rondan a su par, Ward respaldó que, “después del cargo del Presidente, probablemente el cargo más complicado es el del ministro del Interior […] El ministro lo está haciendo de la mejor manera posible”.
Asimismo, los cercanos al otrora titular de la Segpres insistieron en que se ha logrado compatibilizar los esfuerzos que se destinan a orden público con los que van a materias propias de la agenda social. Prueba de ello son las recientes propuestas legislativas antisaqueos y del aumento de las penas a los ataques a Carabineros.
El senador José García Ruminot (UDI) se sumó al respaldo. Cree que cada ministro va marcando su propia “impronta”: “No esperaría que la administración de Blumel sea igual que la Andrés Chadwick, no porque una sea mejor que otra, sino porque son distintos, con trayectorias y énfasis distintos […] Gonzalo está desplegando sus mayores esfuerzos para hacerlo muy muy bien, lo mismo con Juan Francisco Galli (nuevo subsecretario del Interior)”.
Dividir Interior en dos: política y seguridad pública
Parte de las críticas que también se hacen a Interior, van de la mano con que la cartera no es capaz de encargarse del orden público y de las demás responsabilidades que tiene a cargo.
Por eso, el diputado Gonzalo Fuenzalida (RN) plantea que “hoy más que nunca hay que abrirse a la opción de que el Ministerio del Interior esté separado de lo que es un Ministerio de Seguridad Pública. No da para más tener un ministro del Interior que es el vicepresidente, jefe de Gabinete, el que maneja la agenda política y que, más encima, tenga la labor de estar preocupado de la seguridad”.
En conversación con PAUTA, el parlamentario agrega que “es muy difícil que alguien con habilidades políticas también tenga habilidad para manejar temas de orden público que requieren otras destrezas. Uno de los problemas que se ha tenido es la doble funcionalidad que tienen los ministros del Interior en Chile”. Eso, más allá de quien esté al mando, pues a su juicio, ni Blumel ni Chadwick han podido controlar la situación de orden público de manera radical.
“Los dos han tenido una situación desbordada donde, con las capacidades que tiene el Estado, no han podido controlar el orden público”, complementa.
Fuentes de Gobierno, en este sentido, aseguran que la opción de dividir la cartera en dos es algo que “está en estudio”.