El complejo 2020 que le espera al primer ministro japonés Shinzo Abe
La popularidad del primer ministro acumuló en diciembre tres meses consecutivos a la baja. Acusaciones de corrupción son parte de lo que le achacan.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, se acerca a un 2020 obstaculizado por escándalos que han reducido su apoyo a niveles que no se veían hace un año y empañaron su récord como el primer ministro con mayor antigüedad en el país.
La última encuesta realizada por el diario Asahi reveló que 38% de los encuestados del 21 al 22 de diciembre dijo que apoyaba a Abe, una caída por tercer mes consecutivo y por debajo de 40% por primera vez en más de un año.
Abe, de 65 años, ha acumulado un récord en el desvío de tales problemas desde que asumió el cargo por segunda vez hace siete años. Se recuperó de las acusaciones de favoritismo en 2017 y 2018. La combinación de una oposición en desorden junto con una aparente falta de líderes alternativos podría permitirle hacer lo mismo nuevamente.
Sin embargo, las acusaciones de corrupción podrían pesar sobre las posibilidades de que se quede por cuarto mandato consecutivo como líder del gobernante Partido Liberal Democrático, o que avance en su objetivo de revisión de la constitución pacifista de Japón.
El período de Abe como líder del PLD termina en menos de dos años y varias encuestas recientes han evidenciado que el candidato más popular para sucederlo es Shigeru Ishiba, un exministro de Defensa que criticó a la administración Abe desde que dejó el gabinete en 2016.
Shigeru Ishiba durante un seminario en enero de 2019.
Estos son algunos de los problemas que enfrenta Abe:
1. Cerezos en flor
Legisladores de la oposición plantearon preguntas sobre si Abe recompensó a partidarios del electorado con invitaciones a una fiesta para ver los cerezos en flor financiada con fondos públicos. El escándalo se ha profundizado con acusaciones de que una figura del crimen organizado también se encontraba entre los invitados y el gobierno de Abe estaba encubriendo su participación para decidir quién podría asistir a la fiesta.
El más reciente evento de los cerezos en flor en abril atrajo a unas 18.000 personas, y las imágenes en el sitio web de la oficina del primer ministro muestran a un sonriente Abe posando con celebridades, algunas de ellas vestidas con coloridos kimonos. El gobierno de Abe ha dicho que no celebrará el evento el próximo año, rompiendo una tradición de casi 70 años.
Las encuestas muestran que 70% o más de los encuestados dicen que no están satisfechos con la explicación de Abe.
Resultado: a menos que surja más información, lo peor ya habría pasado para Abe en este escándalo.
2. Caso de soborno de casino
Un legislador del partido gobernante fue arrestado esta semana bajo sospecha de recibir sobornos de una empresa china que busca invertir en la industria de los casinos. El primer arresto de un legislador en ejercicio en casi una década no pinta bien para Abe, pero el daño puede ser limitado ya que no ha apostado una gran parte de su capital político en la promoción de casinos.
Resultado: el escándalo será un golpe para los planes ya impopulares de permitir que se establezcan los primeros centros turísticos de juego en Japón. Se supone que los casinos ayudarán al país a cumplir su objetivo de recibir a 60 millones de turistas al año para 2030.
3. Gabinete y corrupción empresarial
El presidente ejecutivo de Japan Post Holdings, en parte propiedad del gobierno, y otros dos ejecutivos renunciarían el viernes por una estafa de ventas de seguros, según la emisora JNN. El escándalo minó la confianza en el grupo y es probable que imponga un retraso en la venta de la última parte de las tenencias del gobierno.
La renuncia de dos ministros en octubre por presuntos pagos ilícitos también perjudica la imagen del gabinete de Abe. Una encuesta de Kyodo News el mes pasado indicó que el público está menos dispuesto que antes a aceptar sus planes de cambio de la constitución, y más de 60% dijo que Abe no debería quedarse un período más.
Resultado: una serie de otros escándalos recientes seguro influirá en la política del gobierno, a medida que Abe entra en lo que podría ser un período de fracasos.