Banco de Chile e Imacec: “Las noticias de noviembre no son tan malas”
Rodrigo Aravena, economista jefe de la entidad, pone también el foco en los datos de empleo y asegura que no se le puede pedir más a la metodología.
El Banco Central inició el año con nuevos datos de actividad, tras publicar a primera hora del jueves 2 las cifras de Imacec correspondientes al mes de noviembre. Según dio a conocer el organismo, el indicador registró una caída de 3,3% respecto de igual mes del año anterior, en línea con lo que proyectaba el mercado. En conversación con PAUTA Bloomberg, Rodrigo Aravena, economista jefe del Banco de Chile, explica que la caída de noviembre es distinta a la baja de 3,4% que mostró el mismo indicador en octubre, si bien a primera vista se trata de números similares. Por una parte, el economista explica que en octubre la contracción se dio con solo dos semanas de actividad paralizada, ya que la crisis se inició el 18 de octubre. En noviembre, en cambio, la economía se vio afectada durante todo el mes, lo que podría haber provocado una contracción mayor.
“Recordemos que fue la segunda mitad de octubre la que tuvo problemas y la primera mitad del mes habíamos visto que la economía había andado bastante normal, no habían existido estos impactos negativos respecto de cierres del comercio, de problemas de transporte […]. Dado eso, la verdad es que no era para nada descartable que en noviembre la cifra fuera mucho peor”, plantea Aravena. Pero además el ejecutivo pone el foco en otro detalle: mientras en octubre el Imacec mostró una caída de 5% respecto del mes inmediatamente anterior, en noviembre el indicador registró un alza de 1% frente a octubre. “Creo que más allá de que la cifra estuvieran en línea con lo que hubiera esperado el mercado, si uno ve en el margen las noticias de noviembre no son tan malas como incluso podríamos haber pensado. La economía en el margen creció”, comenta.
Según agrega Aravena, es esperable que hacia adelante se den varios meses con datos de Imacec negativos, por lo menos durante el primer trimestre del año. Esto debido a que, según el experto, la economía chilena vivió en octubre un cambio material de escenario. “Aquí estamos hablando de nuevas cifras de crecimiento por un buen tiempo. Tenemos dudas también respecto de cuánto van a cambiar los números de largo plazo de Chile”, afirma el economista, quien espera que la economía registre una expansión de un 1% en 2019 y una cifra algo menor en 2020. “Si llega a ser 1% el 2020 sería una buena noticia, porque explicaría una buena recuperación desde el segundo semestre”, agrega.
Minería afectada
Uno de los datos que llamó la atención entre los publicados el jueves por el Central fue la caída de 5,1% del Imacec minero durante noviembre, reflejando el contagio de la crisis a un sector que anteriormente no se había visto golpeado. El Banco Central plantea que la minería se vio afectada por el desempeño de las actividades de servicios y comercio, aunque aun así Aravena reconoce que le sorprendió la magnitud de la caída. “Es bastante fuerte, yo esperaba un número en el agregado similar, pero con una composición un poco distinta, donde la minería estuviera un poco mejor y la parte no minera un poco peor”, admite.
“Lo que estamos viendo hoy día –y lo que se puede extraer del comunicado del Banco Central– es que la caída en la actividad local tuvo un impacto en la minería. Si bien la infraestructura no fue dañada, cuando hay problemas de transporte, de servicios relacionados con la minería, termina igual afectando a la producción del sector”, afirma.
Los tres shocks
Más allá de estos últimos datos, Aravena está preocupado por el impacto de la crisis en el crecimiento de mediano y largo plazo. “Perder dos puntos de crecimiento por año no es algo en absoluto inocuo”, plantea. Según el economista, es pertinente la pregunta por cuáles son los shocks que están afectando la actividad y que explican el deterioro del crecimiento, los cuales a su juicio son tres. El primero, dice, es un efecto producto de la menor capacidad productiva del país, lo que en otros términos es un shock de oferta.
“Cuando vemos por ejemplo que el país tiene una menor cantidad de supermercados disponibles para la venta, que el país tiene hoy una menor cantidad de estaciones de metro, eso explica una menor producción, problemas de desplazamiento, etcétera”, plantea como ejemplo.
“Ahí hay un problema de menor capacidad productiva que en la medida que no vaya existiendo un proceso de reconstrucción de esa infraestructura perdida, vamos a tener una pérdida de una capacidad de crecimiento”, asegura. “La reconstrucción de verdad es importante. Y es imporante tanto en términos privados como en términos públicos”, agrega Aravena, quien plantea que para esto es necesario que se den las condiciones necesarias de seguridad pública para poder construir. “¿Puede el Gobierno desde mañana plantearse la opción de ir a reconstruir la estación Baquedano? Probablemente no”, se pregunta a modo de ejemplo el ejecutivo.
Un segundo factor que ha golpeado la economía es la utilización de la capacidad. Es decir, cuánto se pudo usar, de manera eficiente, la capacidad productiva de Chile. “Lo que vimos en esos meses fue que el comercio cerró más temprano, los malls cerraron bastante más temprano. Recordemos que la gente después de las seis de la tarde ya no andaba en la calle como en épocas normales, entonces eso también afecta la capacidad de uso de los recursos que tiene Chile”, explica.
Y un tercer efecto tiene que ver, según Aravena, con la respuesta de la demanda, con las expectativas. “La gente está más cauta”, plantea. “Entonces este es un cuadro bien complejo en términos de políticas económicas”, sostiene.
La sorpresa del desempleo
El martes, en el último día del año, el INE dio a conocer la cifra de desempleo correspondiente al trimestre móvil de septiembre-noviembre, el cual mostró una caída a 6,9%, mientras el mercado proyectaba un dato mayor, de 7,6%.
Sobre esta última cifra Aravena tiene sus reparos. “Durante algún tiempo nosotros vamos a ver diferencias importante entre lo que sugieren las cifras de empleo respecto de lo que sugieren las cifras de actividad”, asegura el economista. Esto por una parte se debe a temas metodológicos. Las cifras de empleo se obtienen a partir de encuestas, en las cuales se pregunta a las personas por la actividad económica que han realizado en la última semana. “¿Ustedes creen de verdad que en la segunda mitad de octubre y en el mes de noviembre, las encuestas se pueden realizar con total normalidad? Yo la verdad es que lo dudo”, plantea el economista. “Creo que es injusto pedirle más a esa metodología y eso hubiera pasado acá y en cualquier parte del mundo”.
Pero además Aravena asegura que el mercado laboral habitualmente muestra rezagos y que también en tiempos de crisis menos gente sale a buscar trabajo, lo cual afecta el cálculo del dato de desemplo. “En los póximos meses tenemos que mirar el desempleo como siempre, pero poner un foco especial de atención al crecimiento del empleo y también a algunos datos administrativos como la solicitudes de seguros de desempleo, que hemos visto algunas noticias que han subido de manera imporante en los últimos meses”, plantea el economista. “Creo que una lectura un poco más detallada del mercado laboral nos lleva a pensar que el mercado laboral hoy día está más débil, lo que probablemente se va a ver reflejado durante los próximos meses”, agrega.
Crisis atípica
Otro de los puntos que Aravena plantea respecto de la actual crisis económica, es que ésta tiene características distintas a las que habíamos vivido en años anteriores. Aravena pone por ejemplo el caso de la crisis subprime, en la que a través de la política monetaria y fiscal más expansiva se logró hacer frente al shock externo.
“Ahora, esta no es una crisis, una recesión comparable con la que hayamos visto en otras ocasiones, en los últimos 30 años en Chile, porque acá no es una recesión o una contracción de demanda, aquí es principalmente una recesión de oferta y las políticas económicas, monetarias, fiscales son solamente eficaces cuando tienes una caída de demanda”, afirma.
“De nuevo, esta es una crisis muy distinta a las que habíamos tenido en los últimos 30 años, donde la forma de impulsar la economía no es a través de la receta tradicional monetaria fiscal. Aquí hay otras cosas distintas. Y esta es una crisis de oferta. Es la primera crisis de oferta que tenemos desde probablemente comienzos de los 80 o antes incluso”, concluye.
Escuche la conversación completa en PAUTA Bloomberg acá: