Las tareas del nuevo Centro de Estudios de Ciudad y Territorio del Minvu
El nuevo órgano asesor promete levantar información que facilite la toma de decisiones, pero también posicionarse como el ente oficial en estos temas.
Si alguien quiere encontrar información relacionada con estadísticas urbanas, déficit habitacional o población que vive allegada, ¿a qué entidad debería recurrir como primera fuente?
Las opciones son variadas. Y, dependiendo del área, se podría recurrir a la información que dispone el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) o la Cámara Chilena de la Construcción (CChC). También aquella que maneja el Observatorio de Ciudades (OCUC) o el Instituto de Estudios Urbanos de la UC (IEUT). Además, existen en el país decenas de organismos y fundaciones que, desde sus propios frentes, realizan catastros urbanos que permiten ordenar la información para usarla en favor del desarrollo de la urbe.
El problema ocurre cuando los diversos actores no conversan entre ellos, ya que puede existir el riesgo de que las cifras que se obtengan en los diferentes estudios no concuerden entre sí.
Buscando resolver esta disyuntiva es que, desde el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), inauguraron el año con la creación del Centro de Estudios de Ciudad y Territorio —el cual viene a ser una versión 2.0 de la Comisión de Estudios Habitacionales y Urbanos (CEHU)—, y que tiene por objetivo la generación de conocimiento mediante la realización de estudios, encuestas y publicaciones, que permitan a la autoridad habitacional tomar decisiones más informadas.
Las expectativas del nuevo centro
“Me parece que es una buena noticia”, comenta a PAUTA el director del IEUT, Luis Fuentes. “Para hacer mejores políticas públicas urbanas necesitamos de más y mejor información y análisis. Este centro de estudios es clave para articular investigaciones y estudios que permitan generar insumos para mejorar las intervenciones del Ministerio de Vivienda y Urbanismo”, explica el doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos.
“Sería ideal que este centro fuera un articulador de información y estudios tanto del propio ministerio como de ONG’s y universidades”, recomienda el académico de la UC.
El director de la Fundación Vivienda, Felipe Arteaga, considera que son tres los frentes desde los cuales debería actuar este nuevo centro. En primer lugar, la generación de buena información es fundamental, con cruces de datos que resulten útiles al momento de tomar decisiones y priorizar la inversión del Minvu en términos estratégicos. Además, es crucial que la información sea transparente, y que todos los datos que se levanten estén disponibles para que cualquier persona pueda acceder a ellos.
Segundo, la planificación. “Yo creo que esto es una deuda importante, el Estado en general planifica poco, y menos existe una planificación integrada”, comenta el arquitecto, a la vez que invita a que este centro ayude en que cada acción que provenga del Minvu se encuentre integrada al panorama urbano total.
Por último, Arteaga destaca que el centro debería adquirir un rol potente en la evaluación y seguimiento de políticas públicas. “Por ejemplo, hacer un buen seguimiento y monitoreo del avance de los campamentos, del déficit habitacional, y también una evaluación propia de cada uno de los programas o inversiones que se hacen”, comenta.
Asimismo, el actual presidente del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano (CNDU), Sergio Baeriswyl, comentó con PAUTA las dos principales aristas del órgano. “Por un lado, (el centro) hace estudios que orienten las políticas públicas internas del Minvu, por ejemplo, los temas habitacionales y programas urbanos. Por otro lado, este centro se abre hacia los actores no públicos, entregando información que permita mejorar la actuación de todos los actores de la ciudad. Este segundo aspecto es más novedoso e importante para el desarrollo de inversiones en general”.
Pero también la iniciativa ha levantado ciertas suspicacias. Luis Eduardo Bresciani, director de la facultad de Arquitectura de la Universidad Católica, plantea que “si el objetivo es transformarse en un ‘centro’ de investigación, que aspire a influir externamente en los debates sobre vivienda y ciudad, es un error, pues los centros de estudios y la generación investigaciones que aporten al análisis independiente de las políticas públicas urbanas no pueden depender de un ministerio, pues resta objetividad a todo análisis”.
De todos modos, Bresciani valora la iniciativa, mientras que ella esté “destinada a reforzar la generación de información para mejorar y hacer seguimiento al impacto de las políticas habitacionales y urbanas en la calidad de vida de barrios y ciudades (…), aunque debiera coordinarse con el Sistema de Estándares e Indicadores en Desarrollo Urbano (Siedu) creado por el CNDU e instalado en el INE. Claramente, contar con mejor información ayudaría a dar mayor respaldo técnico a las decisiones ministeriales en ciudad y vivienda”, comenta.
Proyectos para 2020
Hoy en día, el 60% de las viviendas se generan se relacionan directa o indirecta con los subsidios que entrega el Minvu. En el marco del lanzamiento de este centro de estudios, el ministro de la cartera, Cristián Monckeberg, señaló con su surgimiento toman protagonismo también una serie de medidas de las cuales el Minvu se está haciendo cargo.
Aportar a la estabilidad económica, fomentar el crecimiento del rubro —resguardando la integración social y equidad territorial—, y apoyar a las familias chilenas en tiempos de inestabilidad económica. Estos vendrían siendo los tres pilares fundamentales sobre los cuales el ministerio pondría sus esfuerzos y llevaría a cabo sus diversas iniciativas.
En cuanto al aporte en materia de estabilidad económica, el ministro destacó la modificación que se realizó a la Ley de Presupuestos del Sector Público del año 2019, a través de la cual se decidió incrementar para este año el aporte a los programas habitacionales con una inyección de UF 12,6 millones ($356.769 millones). Con este monto se construirán 15.000 viviendas adicionales para el Programa de Integración Social y 5.000 para el Fondo Solidario de Elección de Viviendas, construyéndose aproximadamente 65.000 viviendas sociales en total.
Como resultado de esto, se espera que desde el programa habitacional se creen cerca de 45.000 puestos de trabajo. “Por cada vivienda que se construye, se crean tres puestos de trabajo”, aseguró el ministro Monckeberg.
Sobre el fortalecimiento que se le quiere dar al rubro habitacional, el Minvu hasta ahora se había encontrado en una disyuntiva: no contaban con un “banco de terrenos”; esto es, se compraban los suelos solo una vez que se decidía construir. Con la incorporación de nuevas glosas en la Ley de Presupuestos, al ministerio se le abre la posibilidad de comprar terrenos y hacer gestión de suelos para irlos adquiriendo de manera organizada y pensando en el desarrollo y expansión de la ciudad.
“Actualmente existen convenios con Metro o EFE“, indicó Monckeberg respecto de la necesidad de que las viviendas sociales no queden aisladas del territorio urbano, si no que insertas dentro del mapa. “Pero sería ideal estipular una Ley que permita comprar terrenos en conjunto, o que, si el Estado quiere vender suelos, que se priorice la venta de estos al Minvu o al MOP“, agregó.
Se anunciaron también aumentos en el subsidio de arriendos, la difusión de medidas para la protección del empleo y medidas para la recuperación de daños, dentro de las cuales destaca la reasignación de hasta $4.800 millones para atender obras urbanas y vía programa habitacional hasta $5.600 millones aproximadamente.