Coloma y rechazo constituyente: “Estamos cerca del 30% y falta marzo y abril”
El senador UDI analizó el aumento de la opción No en su sector de cara al plebiscito de abril.
Chile Vamos se encuentra dividido. Eso no es nuevo, pero sí lo es que la causal sea la postura que tienen ante el plebiscito del 26 de abril, donde la ciudadanía deberá decidir si aprueba o rechaza avanzar en una nueva Constitución.
Se les había pedido actuar en bloque, pero no lo lograron. En un comienzo, la sensación ambiente era, en su mayoría, de apertura o incluso apoyo hacia el “Sí” a una nueva Carta Magna. Pero las cosas comenzaron a cambiar. El senador Juan Antonio Coloma, de hecho, se mostró sorprendido del giro, sobre todo cuando aún quedan varias semanas para ese crucial domingo 26 de abril.
– ¿Cómo analiza este fortalecimiento de la postura por el rechazo que hay en su coalición, de cara al plebiscito de abril próximo?
“Creo que el proceso ha ido decantando. El 15 de noviembre se llegó a un acuerdo en un escenario muy complejo de estallido social y de violencia. Creo que era necesario, fue una decisión correcta el hecho de poder consultar a la ciudadanía respecto de bases institucionales. Desde el primer momento hubo una legítima reflexión respecto de cuál camino seguir, pero creo que los hechos han sido mucho más contundentes que lo imaginado. Lo cierto es que cada una de las posiciones ha ido tomando un destino diferente”.
“La opción eventual de aprobar la Constitución ha sido asumida por la voz de la calle, que se ha confundido muchas veces con una lógica de hacer todo a partir de cero, generar una hoja en blanco. Eso, a mi juicio, es un salto al vacío. Hoy quien manda en el mundo de la oposición es la izquierda más extrema, del Frente Amplio, con sus visiones bastante diferentes de lo que es el sentido común en general del país. Pueden representar un sector, pero no a una mayoría”.
– ¿Ha habido diferenciación entonces respecto de ese mundo?
“Ha ido apareciendo una opción de rechazo que ha ido creciendo por días. A mí me ha sorprendido. Tiene que ver más con aplicar una lógica de sentido común de no partir de cero. Sí se pueden hacer mejoras, cambios, perfeccionamientos, pero a partir de algo. Yo creo que somos los que no nos sentimos avergonzados del Chile que hemos construido, que entendemos que hemos sido capaces de generar una nación que tenía los mayores grados de pobreza y hoy puede exhibir, dentro de Latinoamérica, los mejores índices. Por algo, siempre cuando hay problemas en otros países, por ejemplo en Venezuela, la migración es a Chile. No sé por qué es a Chile si hubiera que hacer el país de nuevo”.
“Eso ha ido madurando en el corazón no solamente de parlamentarios, sino que de mucha gente y yo creo que esto va a seguir en aumento. Creo que se ha ido produciendo una energía favorable para aplicar más sentido común a las decisiones y que cualquier legítima modificación se haga a partir de algo y no a partir de cero”.
– ¿Antes faltaba convicción de algunos sectores oficialistas respecto del Chile que construyeron?
“Me parece que son procesos normales. Había que ver que ocurría. También pudo darse una cosa diferente, que los partidarios de aprobar una nueva Constitución se hubieran simbolizado con una posición más reflexiva y moderada. Quien hoy está llevando el pandero es la voz de la calle, más que el silencio de las conciencias. Y eso, obviamente, influye en una gran mayoría que es silenciosa, que probablemente no grita, no tira piedras, pero que no por eso se va a confundir a la hora de tomar decisiones”.
– A la luz de los sinceramientos que han hecho varios parlamentarios, ¿cree que ahora el rechazo tiene más posibilidades de ganar que hace dos semanas atrás?
“No me cabe duda. Cada día es mucho mayor. Cuánto no sé: es noticia en desarrollo. Se partió en 10%, se estaba en 20%, y yo creo que ahora estamos cerca del 30%. Y todavía falta marzo y abril. Noticia en desarrollo, así que aquellos que estaban sacando bengalas para celebrar el triunfo del apruebo, hoy tienen que entender que esto está en curso”.
– Pero en Chile Vamos, ¿van a lograr convivir las dos visiones? Ustedes todavía mantienen sus relaciones “congeladas”…
“Estos son temas que tienen que ver con criterios de decisión política, no tienen que ver con conceptos de principios. Yo no puedo decir que la otra postura es ilegítima. Son las dos legítimas. Eso hace que uno pueda, por cierto, tener liderazgo sobre una mayoría, pero también aceptar a quien pueda pensar distinto. No es un tema de principios, si lo hubiera aquí sería imposible, tendríamos una fricción imposible. Cuando son temas de vocación política, bienvenido que cada uno actúe conforme a su conciencia”.
– Cuando ustedes como bancada de senadores dieron a conocer formalmente su postura por el rechazo argumentaron que la actual Constitución es la que ha permitido el desarrollo del país. Además, sostuvieron que no hay convencimiento en algunos sectores respecto de que se debe restablecer el orden público. ¿Es ese argumento válido, si se considera que el Ejecutivo es el encargado de garantizar aquello?
“Es válido, porque los Gobiernos tienen un rol, pero la ciudadanía al final, los liderazgos, se expresan o no se expresan. Este es un tema más de liderazgo que de control. Uno puede con legitimidad pedirle al Gobierno que dé un paso con más energía en la defensa del orden público, porque ese es el gran tema que hoy está pendiente en Chile y, si no se resuelve, vamos a tener problemas mucho más severos. Eso no obstaculiza el entender el tema de fondo, que es cómo se ejercen los liderazgos y hoy yo sé que a los partidarios del apruebo no les gusta, pero los que se están identificando con esa opción son los promueven la opción de hacer Chile de nuevo. Partir de cero. Eso no tiene hoy el respaldo que se suponía podría tener”.
– La UDI ha sido crítica de la gestión del ministro del Interior, Gonzalo Blumel. ¿Cuándo menciona que podría haber mayor liderazgo se refiere a él o a todo el Gobierno?
“Yo siempre he sido cuidadoso al referirme a las personas del Gobierno que uno es parte. Aquí hay que comprender de mejor manera que el tema del orden público es el problema hoy de Chile, más allá que la agenda social o que el desarrollo de la economía. Ambos elementos dependen, básicamente, de la capacidad de orden público. Si no hay orden público no va a haber ninguna de las dos cosas”.