Las diferencias entre las protestas colombianas y las chilenas
A pesar de que las demandas sociales reclamadas en ambos países son similares, los activos colombianos reaccionaron de forma distinta ante la crisis.
Prácticamente un mes después de que se produjera el estallido social en Chile, Colombia vivió su propia crisis, la cual tuvo un origen bastante similar al del conflicto social local. Según Óscar Medina, corresponsal de Bloomberg en Bogotá, detrás del descontento colombiano estaba también la desigualdad económica de ese país, combinada con otras demandas ciudadanas como mayores salarios, una rebaja en los sueldos de los parlamentarios y una reforma al sistema de pensiones. Precisamente el descontento en materia previsional es uno de los puntos más similares entre las protestas colombianas y las chilenas, ya que ese país replicó el modelo de pensiones local, por lo que los reclamos –como por ejemplo las bajas tasas de reemplazo a la hora de jubilarse– se repitieron en las protestas en Plaza Italia y la Plaza de Bolívar en Bogotá.
“A pesar de que el país ha tenido una tradición de marcha relativamente fuerte en Colombia, nunca se había visto algo así, que captara el sentimiento nacional”, relata al teléfono Medina en conversación con PAUTA Bloomberg. “Cuando la gente comenzó a ver lo que estaba pasando en Hong Kong, en el mismo Chile, en Francia y en Ecuador como que se envalentonaron”, comenta.
Peso colombiano sin cambios
Sin embargo, el estallido colombiano también guarda diferencias respecto del malestar local. Entre los puntos disímiles está la reacción que tuvieron los activos de ese país una vez que se desarrolló la crisis. Porque si bien el peso colombiano, según Medina, en una primera instancia se debilitó frente al dólar, la moneda terminó 2019 sin mayor variación frente a la divisa estadounidense. “Hubo un momento de incertidumbre y en el segundo día el peso tocó un mínimo de 3.500 por dólar, y tenía que ver con que los inversionistas veían o tenían incertidumbre de lo que sucedía”, comenta Medina. “Pero a medida que se vio que la situación era más calmada, el peso colombiano comenzó a fortalecerse y cerró el año sin mayores cambios”, cuenta el corresponsal.
Por el contrario, el mercado cambiario chileno fue uno de los más golpeados por la crisis, con el peso llegando a mínimos históricos, lo que obligó al Banco Central a realizar una fuerte intervención de US$ 20.000 millones para hacer frente a la debilidad de la moneda local.
También en la bolsa
Algo similar ocurrió en el mercado bursátil. El Colcap, principal indicador de esa plaza, también tuvo una reacción diferente a la del IPSA tras la crisis. El selectivo de acciones colombianas acumula un alza de 9% medida en dólares desde el 21 de noviembre, fecha en que empezaron las protestas, mientras que terminó 2019 con un avance de 29%. El IPSA local, en cambio, terminó el año con una baja de 8,5%, registrando su peor resultado desde 2013.
“En cuanto [a los] activos no hubo mayor efecto”, dice Medina en alusión a Colombia. “Sí hubo algunas consecuencias en términos de daños y saqueos, pero no fue nada grave como que afecte la macroeconomía colombiana”, agrega. Precisamente la macroeconomía es otra de las diferencias con Chile, porque mientras las autoridades económicas en Colombia prevén que este año ese país podría registrar un crecimiento en torno al 3%, producto de la crisis para Chile solo se proyecta una expansión cercana al 1%.
Escuche la conversación completa en PAUTA Bloomberg acá: