Van Rysselberghe: “No creo que el ‘No’ sea minoritario”
La presidenta de la UDI defendió la opción “Rechazo” y dijo que si bien partió en 5%, ha ido creciendo. “En la vida y en política la coherencia y la rectitud son valores que se pagan bien por la gente”, sostuvo.
La presidenta de la UDI, Jacqueline Van Rysselberghe, reiteró que, junto con firmar el Acuerdo por la Paz, en su partido no están de acuerdo con partir con una hoja en blanco una nueva Constitución. “Estábamos disponibles para reformar la Constitución, y por lo tanto ese No (el Rechazo), que partió en un 5%, no me cabe duda que va a ir creciendo. Es indispensable que haya transparencia en la composición de la ciudadanía y que eso se traduzca en el plebiscito. Pero eso alguien tiene que decirlo: no todo el mundo piensa de la misma manera y es necesario que los que pensamos distinto, tengamos la valentía de decirlo”.
“No creo que el No sea minoritario”, dijo.
Van Rysselberghe participó la mañana del 16 de enero en el encuentro “Construyendo País, ¿Cómo la política puede cimentar el futuro?”, organizado por PAUTA y la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) -controladora de este medio- en el que también asistieron los presidentes de Renovación Nacional, Mario Desbordes, del Partido Socialista, Álvaro Elizalde y de la Democracia Cristiana, Fuad Chahin.
Durante el encuentro, Jacqueline Van Rysselberghe fue consultada también sobre el proceso que viene. La pregunta se la formuló el decano de la Facultad Artes Liberales de la Universidad Adolfo Ibáñez, Francisco Covarrubias, quien le consultó si su partido no teme ponerse de nuevo “en el lado incorrecto de la historia”, en alusión explícita a su apoyo a la opción Sí en 1988.
La senadora respondió: “Somos un partido de derecha y no tenemos miedo de decirlo. Nosotros condenamos, en un documento llamado Paz ahora, que se le entregó al expresidente Ricardo Lagos, todas las violaciones a los derechos humanos. Sin embargo, a pesar de eso, la vida y los aconteceres políticos no son blanco o negro; tienen grises. Y reconocemos el esfuerzo y el cambio que generó en el país el gobierno militar, porque logró cambiar el eje del desarrollo de Chile y permitirnos enfrentar, con los gobiernos democráticos, con esperanza, el poder llegara a ser un país desarrollado que hoy, lamentablemente, vemos con una mirada bastante más pesimista”.
Agregó que “en la vida y en política la coherencia y la rectitud son valores que se pagan bien por la gente” y “el respeto, más temprano que tarde, genera adhesión”. Y que, desde esa perspectiva, “no nos sentimos en nada arrepentidos de haber firmado el acuerdo del 15 de noviembre, porque creíamos que desde la política se debía dar una señal de que los conflictos, por muy profundos que sean y por muy diferentes que sean las posiciones, se pueden arreglar conversando. Y el camino para resolver las diferencias es el diálogo. Si la política no lo podía hacer, difícilmente se le podía pedir al resto de la ciudadanía”.
Luego, ante una pregunta de Javiera Parada respecto de qué gesto estaría dispuesta a dar en este proceso y que le generara costos, respondió: “El primer gesto es haber cooperado y contribuido al acuerdo que se firmó el noviembre. No era una prioridad una nueva Constitución. Para nosotros no era un camino viable. Ahí hay muestras claras de que en nuestro partido siempre ponemos en primer lugar el bien común”.