Actualidad

La absolución envalentonará a Trump en pleno año electoral

Imagen principal
POR Periodista Practicante |

A pesar de tener un inédito voto republicano en su contra, el mandatario corre con ventaja en la carrera presidencial, frente a un impredecible Partido Demócrata.

La absolución del Senado de EE.UU. a Donald Trump concedió una victoria esperada pero emocionante a la Casa Blanca, liberando a un presidente que durante años ha operado bajo la amenaza de juicio político y anhelaba una reivindicación.

La votación del Senado de Estados Unidos el miércoles le proporcionó a Trump otro escape de última hora de una amenaza mortal a su presidencia, a pesar de que el resultado se vio empañado cuando Mitt Romney se convirtió en el primer senador en la historia en votar a favor de la destitución de un presidente de su propio partido.

La decisión de Romney, junto con el frente demócrata unificado, agrió una absolución que, de lo contrario, parecía perfectamente cronometrada para el presidente, despejando el camino justo cuando la temporada de campaña entra en toda su furia. Pero el voto bipartidista para condenar –un día después de su discurso sobre el Estado de la Unión, donde reclamó el crédito por la creación de un “gran regreso estadounidense”– puso al descubierto el profundo rencor que se apodera del Capitolio.

La carrera de 2020 ahora es un referéndum inequívoco que enfrenta a Trump –y un Partido Republicano inextricablemente casado con él– contra los demócratas, que lo han representado como una amenaza extrema para la República. Ambas partes salen del proceso de juicio con un considerable riesgo político.

Después de la votación del Senado, Trump tuiteó que haría una declaración pública el jueves al mediodía desde la Casa Blanca sobre “¡la VICTORIA de nuestro país sobre el engaño del juicio político!”. Más tarde publicó un video en el que un narrador describe a Romney como “hábil, resbaladizo, sigiloso”, lo acusa de “hacerse pasar por republicano” y se burla de él por su derrota electoral en 2012 ante el presidente Barack Obama.

Reprimenda pública

El rechazo de la mayoría de los republicanos a los testimonios en el juicio les dio a los demócratas un garrote para argumentar que encubrieron el comportamiento del presidente. Las encuestas muestran que tres cuartas partes de los estadounidenses estaban a favor de llamar a testigos adicionales, como el exasesor de Seguridad Nacional, John Bolton.

Una encuesta publicada el miércoles por Reuters e Ipsos encontró que 60% de los estadounidenses cree que Trump debería haber sido destituido o censurado por su esquema de presionar a Ucrania para investigar al exvicepresidente Joe Biden y su hijo Hunter. Solo el 31% dijo que los artículos de juicio político debían ser desestimados.

Los procedimientos reforzaron las percepciones de Trump como líder interesado y venal dispuesto a poner sus propios intereses políticos por encima de los del país. A pesar de absolverlo, una clara mayoría del Senado reprendió públicamente la conducta de Trump como inapropiada.

“Si tuviera que ignorar la evidencia que se ha presentado y hacer caso omiso de lo que creo que mi juramento y la Constitución me exigen en aras de un fin partidista, me temo que me expondría a la reprensión de la historia y la censura de mi conciencia propia”, dijo Romney el miércoles ante el Senado.

Aún así, el presidente empieza el año electoral con el viento a favor de una serie de victorias políticas, incluidos nuevos acuerdos comerciales con China, México y Canadá que han impulsado la economía.

Trump sin trabas

Si el pasado sirve de precedente, Trump resurgirá como un presidente –que previamente ha demostrado poca moderación– totalmente libre de obstáculos.

El día después de que el exabogado especial Robert Mueller compareciera en audiencias en el Congreso en julio –testimonio que no llegó a acusar al presidente de un crimen–, Trump hizo la controversial llamada al presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskiy, en la que se enfoca su juicio político.

Según sus propios estándares únicos, Trump ha practicado la moderación a medida que se desarrollaba el juicio político. Ha reducido sus conferencias de prensa con los periodistas.

Retiró sus primeras demandas de que el Senado llamara a los Biden para testificar y, por consejo de sus abogados, evitó identificar directamente al presunto denunciante responsable de la investigación de juicio político.

Sin embargo, la absolución, que la Casa Blanca llamó el miércoles “plena vindicación y exoneración”, podría alentar a Trump a volver al comportamiento más controversial que el presidente cree que ayudó a impulsarlo a la Casa Blanca.

Preguntas inquietantes

La votación también avivó preguntas que parecían atormentar a los demócratas durante todo el proceso de juicio político: ¿Valió la pena el riesgo político de alienar a los votantes indecisos y disparar la base del presidente con un esfuerzo que tenía pocas posibilidades de éxito? ¿La decisión de apresurar el esfuerzo de la Cámara, en lugar de litigar por completo los intentos de la Casa Blanca de impedir que los altos funcionarios testificaran, finalmente condenó el caso? ¿Y qué se necesitará para vencer a Trump, que una y otra vez escapa de las consecuencias de un comportamiento que probablemente terminaría con la carrera de otros políticos?

Los líderes del partido argumentaron que acusar a Trump era importante independientemente de las consecuencias políticas, una acción exigida por la Constitución que sería validada por la historia.

Si nada más, dijeron, la terrible experiencia recordaría a los votantes el enfoque caótico y egoísta que el presidente aporta a su trabajo.

No obstante, las encuestas de opinión pública muestran a Trump con algunas de las calificaciones de aprobación más altas de su presidencia. Una encuesta de Gallup publicada esta semana fijó la aprobación de Trump en 49%, la más alta hasta la fecha. Sus oponentes dicen que la popularidad del presidente debería ser mucho mayor dada la fortaleza de la economía.

La consolidación del apoyo de Trump fue una reminiscencia de otros momentos de polarización de su presidencia, como la determinación de Mueller de que no había evidencia de que el propio Trump coludiera con Rusia, o el voto del Senado para confirmar al juez de la Corte Suprema Brett Kavanaugh a pesar de las denuncias de conducta sexual inapropiada.

La lección de Schumer: Trump “concluirá que puede hacerlo nuevamente y el Congreso no hará nada al respecto”.