“Yo te cuido y te protejo”: el mensaje que se trabaja en Carabineros para marzo
La Moneda impulsa una nueva estrategia de orden público. La policía uniformada está finalizando cursos de “técnicas de diálogos” con los manifestantes.
Con marzo a la vista y la vuelta las manifestaciones masivas a las calles, las escenas de violencia amenazan con su regreso. Y, con ello, la discusión sobre el desempeño de Carabineros. Con esto en mente, La Moneda prepara su propia hoja de ruta para reformar la institución policial.
Actualmente, hay un proyecto de ley con suma urgencia que “moderniza la gestión institucional y fortalece la probidad y la transparencia en las fuerzas de orden y seguridad pública”, que está en segundo trámite de la Cámara de Diputados.
El ministro secretario general de la Presidencia, Felipe Ward, ya había anunciado que la reforma a la policía uniformada sería prioridad legislativa para La Moneda en marzo. También dijo que uno de los puntos importantes es el proyecto de resguardo de infraestructura crítica.
Sin embargo, marzo también será el mes para la presentación de nuevas propuestas: algunas serán materia de ley y otras medidas administrativas, dicen fuentes del Gobierno. El informe de la mesa técnica de expertos liderada por el senador Felipe Harboe, sumado a las recomendaciones que presentó el consejo asesor del ministro de Interior, Gonzalo Blumel, serán insumos para las propuestas que preparan.
Nueva “cultura de la manifestación”
Desde La Moneda comentan que es preponderante apuntar a una nueva cultura de la manifestación. Con ese fin se han estado desarrollando capacitaciones para la fuerza policial que incluyen “técnicas de diálogo con los manifestantes”.
El fondo de este nuevo enfoque: cambiar la cultura de la relación entre Carabineros y los manifestantes y la forma en que la gente percibe la labor policial. Todo lo anterior gira en torno a un mensaje potente, que consideran clave para la nueva etapa: “Yo te cuido y te protejo en las manifestaciones”, dicen desde Palacio.
“Habrá un periodo de reconstrucción de confianza, que será largo, donde la policía y el Gobierno no pueden pretender que los ciudadanos en las calles partan por tener mayores niveles de confianza, sino todo lo contrario. Pero, efectivamente, si la decisión es partir con una forma de control del orden público que no sea una forma violenta y represiva, podría señalar un mejor camino”, explica a PAUTA Lucía Dammert, directora de Espacio Público y quien formó parte de la mesa técnica convocada por Harboe.
Por estos días, Carabineros se encuentra terminando el último de los cuatro cursos de capacitación que la Dirección de Derechos Humanos de la institución había estipulado para el periodo de verano.
Los cursos tienen una duración de 10 días cada uno, con fecha de finalización el 28 de febrero. Su objetivo es “reentrenar en técnicas de control del orden público, principios, primeros auxilios, control del estrés, técnicas de derechos humanos”, dice Karina Soza, directora del Departamento de Derechos Humanos de la institución.
El uso de cámaras corporales
También, en la búsqueda de mejorar la relación entre los policías y la ciudadanía, Carabineros ha avanzado en la incorporación de tecnología para su labor. En diciembre la institución recibió más de 300 cámaras, pero el objetivo sería llegar a un mínimo de mil.
El uso de cámaras no es una novedad. De hecho, había sido cuestionado en el pasado, con el caso del asesinato de Camilo Catrillanca. También el intendente metropolitano, Felipe Guevara, ha confirmado en PAUTA el uso de dispositivos con reconocimiento facial.
Sin embargo, “lo que dicen los estudios sobre cámaras corporales es que, efectivamente, tienen dos impactos. Por un lado, disminuyen el uso de la fuerza de la policía porque saben que están siendo grabados y, por otro, establecen también con la ciudadanía una sensación de que hay algún nivel de control respecto de la relación policía-comunidad”, explica Dammert.
La práctica apuntaría a proteger al manifestante pacífico, inhibir a los violentos y tener medios de prueba.
Sí al Ministerio de Seguridad
La discusión sobre si dividir o no el Ministerio del Interior y Seguridad Pública en dos —uno de Interior, otro de Seguridad Pública, otro de los puntos en la agenda del Gobierno— podría llegar a su fin en el primer semestre de este año.
“Hay un tema de fondo, legítimo, que lo hemos venido analizando y estudiando hace tiempo, y es parte del debate de la institucionalidad y la seguridad pública: avanzar o no en un nuevo Ministerio de Seguridad Pública”, había dicho a PAUTA el ministro Blumel en diciembre pasado.
El senador José Miguel Insulza (PS), integrante de la Comisión de Seguridad del Senado, también había comentado a PAUTA que la división de la cartera era una necesidad: “Yo soy partidario de la creación de un Ministerio de Seguridad Pública, creo que es necesario. No puede el ministro que es el jefe del gabinete hacerse cargo, al mismo tiempo, de la seguridad pública. Eso es una realidad”.
El consejo asesor de Blumel y la mesa técnica coordinada por Harboe recomendaron la división del ministerio y habría consenso en que es viable ejecutarla. Sería un proyecto que se presentaría durante el primer semestre de este año, explican desde La Moneda.