Hasta con telefonazo presidencial: así se destrabó el cambio de fecha del Plebiscito
La modificación del calendario electoral tensionó nuevamente los ánimos entre el oficialismo y la oposición.
Lo que debía ser un trámite expedito para cambiar la fecha del Plebiscito y del calendario electoral de este 2020 debido a la crisis sanitaria, terminó siendo un duro debate en la Cámara de Diputados y un dolor de cabeza para La Moneda. Críticas cruzadas entre el oficialismo y la oposición subieron de tono y adjetivos de alto calibre como “miserables”, “mezquinos” o “criminales” se escucharon en la Sala.
El acuerdo unánime que cerraron hace menos de una semana 15 partidos políticos para correr del 26 de abril al 25 de octubre la consulta sobre una nueva Constitución a ratos peligró, pues varios apoyos de Chile Vamos estuvieron en duda durante la tarde de este martes y esto, mezclado al alto cuórum necesario para aprobar la reforma -2/3 de los diputados, es decir, 103 votos- no daba margen para descolgados.
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Tal fue la tensión que el propio Presidente Sebastián Piñera y el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, apoyaron las tratativas que a esa hora hacía el ministro de la Segpres, Felipe Ward, y su subsecretario Juan José Ossa en el Congreso y contactaron a parlamentarios y presidentes de los partidos de su sector. Habrían apelado “a la unidad del bloque”, al apoyo al Gobierno en momentos difíciles y también a los costos de aparecer divididos cuando había un compromiso de los timoneles por medio, argumentos que consiguieron cuadrar a varios escépticos, en especial en la UDI.
De hecho, en un minuto, según comentan en el oficialismo, al menos 15 parlamentarios de la tienda que lidera Jacqueline Van Rysselberghe, y algunos menos de RN y Evópóli, transitaron mayormente por la abstención (que suman como votos en contra) y otros pocos derechamente por el rechazo.
Sin embargo, a la hora de votar se logró ordenar al oficialismo: con 109 votos a favor, uno en contra del diputado UDI Sergio Bobadilla y una abstención del también gremialista Iván Norambuena, la reforma y el nuevo calendario de elecciones quedaron listos.
- 25 de octubre de 2020: Plebiscito
- 29 de noviembre de 2020: primarias municipales
- 11 de abril de 2021: las elecciones de alcaldes, concejales, gobernadores regionales y eventualmente de constituyentes (si gana el “Apruebo” en el Plebiscito)
- 9 de mayo de 2021: segunda vuelta de gobernadores regionales
De aprensiones y presiones
En el Ejecutivo sabían que había algunos dudosos, pero la jornada se fue complicando más allá de planeado y hubo al menos dos nudos que complicaron la discusión.
El primero se advirtió desde Evópoli y después desde la UDI, pues señalaron que había un vacío en relación con la composición de la eventual Convención Mixta Constitucional (50% parlamentarios, 50% electos): si se corría todo el calendario electoral, se preguntaron qué pasaría con los diputados y senadores designados para ser convencionales que no fueran a la reelección o la perdieran. Con el ajuste, argumentaron, el trabajo de la eventual sede constituyente superaría la fecha del actual mandato parlamentario que finaliza en marzo de 2021.
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A eso se sumó una discusión que se intensificó el lunes en el Senado y que siguió en la Cámara, que apuntaba, entre otras cosas, a las inhabilidades (y renuncias) para los participantes en la elección de gobernadores regionales, pues para varios miembros del oficialismo era “natural que si corría la elección se corrían los plazos”.
Y si bien en el acuerdo de los presidentes de partidos se habló y el tema no prosperó, algunos entendieron que este punto no estaba zanjado del todo y se podía reponer. A eso se sumó la inquietud de un grupo para abrir la puerta al ajuste completo de estos comicios de las nuevas autoridades regionales: no solo para el 11 de abril de 2021, como quedó junto a las municipales, sino empalmarla con la elección de consejeros regionales (cores) y parlamentarios en noviembre de 2021.
El primer round fue en la Comisión de Constitución. El presidente de la instancia, Matías Walker (DC) insistía en que se debía respetar el acuerdo de los partidos y en “no echarlo a abajo por estos temas” en que no había consenso. Pero las alarmas reales se encendieron a la hora de la votación, pues Juan Antonio Coloma (UDI), Jorge Alessandri (UDI) y Luciano Cruz- Coke (Evópoli) reclamaron que no se diera espacio para recoger sus dudas y se abstuvieron. La decisión provocó la molestia de la oposición, que se ejemplificó en un duro el intercambio entre los diputados Gabriel Boric (CS) y Coloma.
“Había muchas aprehensiones internas para aprobar un proyecto que sabemos que se va a tener que volver a corregir por la tozudez del presidente de la Comisión de Constitución, Matías Walker, quien no se hizo hacer cargo de estos vacíos que son importante en la reforma. Esperamos ver en esto el liderazgo del Gobierno para ayudarnos a destrabarlo”, comentó a PAUTA la diputada y jefa de bancada de la UDI, María José Hoffmann.
Después la historia es conocida: en Twitter varios miembros del Frente Amplio y de la ex Concertación acusaron a la UDI y a Evópoli de querer “boicotear el proceso” y “sacar provecho electoral de la crisis”. Fueron críticas que siguieron en la discusión en Sala y que incluso llevó al diputado PS y también miembro de la Comisión de Constitución, Leonardo Soto, a amenazar que si no se aprobaba la reforma y, con ello, la fecha del Plebiscito se mantenía para el 26 de abril, acusarían constitucionalmente al Presidente y a los ministros.
Insólito: la UDI y Evopoli se abstienen en votación de postergación de plebiscito por razones sanitarias del #COVIDー19 en la comisión de constitución. Anteponen cálculo electoral pequeño por sobre razones sanitarias.
— Matías Walker Prieto (@matiaswalkerp) March 24, 2020
La derecha ha inventado 5 excusas diferentes para tratar de justificar su maniobra de última hora para tratar de boicotear el plebiscito. Y en redes la mayoría de los que salen a insultar tienen propaganda por el rechazo. Les molesta que el pueblo decida.
— Gabriel Boric Font (@gabrielboric) March 24, 2020
Mientras en el oficialismo parte de RN y Evópoli señalaban que “cumplirían” con lo acordado, otros se defendían e insistían que el proyecto era malo y que hoy la principal preocupación de la gente era cómo enfrentarán al coronavirus más que ponerle fecha al Plebiscito.
De hecho, uno de los compromisos que adquirió el Ejecutivo para calmar los ánimos en Chile Vamos fue que el próximo 1 de julio “se revisará e informará” al Congreso cómo está la situación del país en términos de la propagación del coronavirus. “Es para que evaluamos si en octubre sigue siendo viable el Plebiscito. No es poner en duda el Plebiscito, sino es una actitud responsable de velar por la salud de los chilenos”, señaló el diputado y timonel de RN, Mario Desbordes.
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¿Son necesarios los ajustes?
“Las caricaturas guárdesela para su familia”, comentó molesto el diputado Evópoli, Francisco Undurraga luego de escuchar las críticas de la oposición. Desde su partido y en medio del debate aseguraron “su apoyo al nuevo itinerario”, pero insistieron en que provocaba un “error” en una eventual Convención Mixta.
(2/5) La forma en que se encuentra el proyecto, entorpece la eventual Convención Mixta ubicándolo en medio de una elección parlamentaria, que deja potencialmente fuera del cargo a la mitad de los miembros de la Convención
— Luciano Cruz-Coke (@lcruzcoke) March 24, 2020
Para eso propusieron dos indicaciones para corregirlo, “prorrogando la representación de los parlamentarios electos de la Convención Mixta Constitucional o reduciendo el plazo de duración de esta”. De ellas, solo una se votó, la que presentó Cruz-Coke y que apuntaba a prolongar el periodo parlamentario hasta la disolución del órgano constituyente, pero fue rechazado en la Sala.
Para el abogado constitucionalista PS, miembro de la mesa técnica y uno de los redactores de la reforma que se votó este martes, Gabriel Osorio, las dudas de Chile Vamos se resuelven con la normativa ya vigente sin necesidad de nuevos ajustes. “Los parlamentarios que formen parte de la Convención Mixta y que pierden su elección, pueden continuar siendo parte de la Convención, porque no existe la causal de cese del cargo de convencional constituyente que implique la pérdida del cargo parlamentario; si la Constitución no lo contempla, no existe y, por lo tanto, la preocupación que manifestaba Evópoli y parte de la UDI no es tal. Basta con la aplicación de las reglas generales”, explicó a PAUTA.
Parte de estos argumentos usaron en la oposición para convencer a sus pares de Chile Vamos, pero fueron en vano.
De todas maneras, tanto en Evópoli como en la UDI ya adelantaron que insistirán en este punto a través de nuevas iniciativas. De hecho, hasta el Gobierno y parte de RN se abrieron a revisarlo. “Hay distintos puntos de vista, pero vamos a tener que darle una certeza absoluta con una modificación legal”, señaló Desbordes.
En cambio, la discusión sobre los gobernadores regionales, admiten, es “harina de otro costal”. Con todo, sin un apoyo transversal de todos los partidos, pocos están dispuestos a pagar los costos. “Las elecciones de gobernadores en la forma que hoy está planteada es una irresponsabilidad y ya es hora que los partidos sean capaces de decirlo no solo en privado, sino también en público”, emplazó la diputada Hoffmann.