Las largas discusiones de los diputados sobre el trabajo de… los diputados
La Cámara ha debatido extensamente cómo organizarse: el trabajo telemático, el voto secreto, el impacto de la elección de la nueva mesa y una eventual censura a esa mesa.
Luego de un largo tira y afloja, este miércoles en la Sala se dio a conocer el protocolo del Cámara de Diputados para funcionar de manera telemática debido a la crisis sanitaria por Covid-19, habilitando desde este jueves 16 el sistema. El documento -de 11 páginas- tardó un poco más de lo esperado. De hecho, la medida se implementará dos semanas después del Senado, que desde fines de marzo está funcionando mitad virtual, mitad presencial.
¿Qué pasó en este lado del Congreso? Varios factores atrasaron la decisión, en especial las últimas 24 horas. “Se acordó el martes, pero se ratificó el miércoles”, explica un parlamentario que fue parte de la negociación. Aunque transversalmente se reconocía la “premura” de zanjar el tema -pues en promedio 40 de los 155 parlamentarios tienen permiso y no han podido participar de las actividades- se necesitaba unanimidad de los comités para dar luz verde a la fórmula y las excepciones con las que funcionará la votación vía remota.
Por ejemplo, a diferencia de la Cámara Alta, cada viernes la mesa que dirige el diputado Diego Paulsen (RN) enviará una propuesta y las bancadas deberán aprobar, por dos tercios de sus integrantes, los días que se utilizará el sistema telemático y los asuntos a tratar, pudiendo excluir esta herramienta “en una o más sesiones”. De hecho, en las citas que no exista acuerdo deberán realizarse de manera presencial.
Tendrán prioridad para participar virtualmente -pero no se contarán para dar el cuórum mínimo- los parlamentarios mayores de 65 años; los que padezcan enfermedades prexistentes y lo que estén, por supuesto, con licencia por Covid-19. Además, el protocolo especifica que están considerados los que por falta de conectividad se vean imposibilitados de llegar a Valparaíso, siempre y cuando sus distritos estén ubicados en las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta, Atacama, Araucanía, Los Ríos, Los Lagos, Aysén y Magallanes.
“El uso de Zoom (plataforma de videoconferencia) es una medida extraordinaria”, insisten desde el Partido Comunista y el Frente Amplio.
Voto secreto versus voto telemático
Pero la negociación de este protocolo, también, fue cruzada por la polémica elección de la nueva mesa y el fracaso del pacto administrativo de la oposición. Esto porque la falta de apoyos que dejó fuera de la testera de Gabriel Silber (DC) y Karol Cariola (PC) abrió el debate en el centroizquierda sobre la pertinencia del sufragio secreto e instaló la duda: cómo en situaciones puntuales el voto público y la transparencia convivirá con el voto telemático.
Si bien hoy gran parte de las votaciones son abiertas, quedan algunos temas en que las preferencias de los parlamentarios siguen siendo secretas (y, por ende, presenciales), ya sea porque así lo exige el reglamento de la Cámara o porque la Constitución lo estipula. Ejemplo de esto podría ser la votación de un tratado internacional o temas que hoy son más sensibles a la discusión política, entre ellas, las elecciones internas del Corporación (mesa, presidencias de comisiones y secretario general) y las nominaciones de ciertos directivos o consejeros de instituciones que pasan por el visto bueno de los diputados. Un tema que en el Senado está despejado hace rato, pues la elección de la presidencia o del secretario general de la Cámara Alta ya son públicas.
De hecho, el martes 14 fue este punto el que enredó la reunión de comités y el propio “reglamento telématico”. “No se logró el acuerdo para incorporar la posibilidad del voto secreto por vía telemática, pues se argumentó que no estaban las condiciones del soporte informático que se requiere para tener una votación así”, explicó a este medio el jefe de bancada del PPD, Raúl Soto.
Sin embargo, desde el PC y también un sector del FA insistieron que debía resolverse este vacío para darle visto bueno al protocolo completo. Una petición que desde Chile Vamos calificaron como una “amenaza” de la izquierda, pues la posibilidad de levantar el “voto secreto” abría la puerta y la logística para eventualmente censurar la mesa que dirige Paulsen. Esto porque más allá de los ánimos – que hoy no están para componer un nuevo acuerdo- la oposición sí podría contar con más votos que físicamente, por la emergencia sanitaria, no están.
Por eso, para destrabar el protocolo, el propio Paulsen le pidió a la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento, que preside el diputado Matías Walker (DC) hacerse cargo del tema. Así el miércoles antes del mediodía reflotó un proyecto impulsado por la oposición, que si bien ingresó en marzo de 2019, hoy era totalmente contigente al debate: pues busca modificar la normativa interna y establecer que toda votación en la Cámara de Diputados, incluyendo la elección de su mesa, deba efectuarse de manera pública.
“A partir del escándalo que fue la votación de la Cámara, hay una legítima preocupación ciudadana de no saber cómo votó su diputado. Si habrá votación telemática con mayor razón la votación tiene que ser pública”, dijo Walker a PAUTA.
¿El traje a la medida?
“La oposición está buscando la oportunidad para censurar la mesa. No digamos que nos iluminamos en transparencia y el sistema tiene que adecuarse. No fue así […] Es una oportunidad política, no de mejorar el reglamento”, reclamó el jefe de bancada de RN, Sebastián Torrealba en medio de la discusión en la Comisión de Constitución.
Durante todo el miércoles las negociaciones entre oposición y el oficialismo fueron intensas por el voto secreto y tuvieron como epicentro la instancia que preside Walker. Mientras en la Sala se discutían varios proyectos de la agenda “Covid-19”, en reunión de comité se negociaba la posibilidad de votar la propuesta en la misma jornada, al menos en general. Sin embargo, Chile Vamos no dio acuerdo en la mañana ni en la noche pasadas las 20.30 horas, cuando se volvió a citar a la comisión.
Al contrario, hicieron valer el reglamento y solicitaron una discusión más amplia antes de decidir el futuro de la propuesta. Así para este jueves en la tarde quedó pendiente su votación, luego de escuchar a los expertos invitados, entre ellos, el secretario general del Senado, Raúl Guzmán; el presidente del Consejo para la Transparencia (CPLT), Jorge Jaraquemada y el académico y también consejero de CPLT Marcelo Drago.
En el oficialismo acusaron una y otra vez que la celeridad de tratar el fin del voto secreto era “para despejar un problema de confianza” que se generó en la oposición, tras perder la testera. “La verdad es que este proyecto quiere mostrar a los que no se alinearon”, detalló el diputado UDI, Juan Antonio Coloma.
La idea, explican, es que no solo se discuta la publicidad del voto, también el mecanismo, pues el proyecto tal cual se presentó borra la palabra “secreto” de todas las votaciones. Sin embargo, en el debate surgió la duda de que si era pertinente que el cambio se aplicara a todos los temas o no. Incluso, fue uno de puntos que hizo el secretario general de Cámara, Miguel Landeros, en la instancia.
Además, desde Chile Vamos plantearon ponerle una excepción a la regla. “Siempre hemos estado por transparentar todas las votaciones. Vamos a votar en general a favor de este proyecto, pero también queremos que este no sea un traje a la medida. Por lo tanto, la idea es que este proyecto comience a regir el próximo año, en la próxima mesa. No queremos creer que quieren priorizar un tema que a la ciudadanía, sinceramente, no le importa”, señaló la diputada Paulina Núñez (RN).
Esto último no cayó bien en la oposición. “Traje a la medida sería establecer una excepción para blindar a la actual mesa de una eventual votación telemática”, respondió Walker.
Y agregó: “Si en Chile Vamos quieren mantener el secretismo durante la pandemia y nosotros pensamos que es al revés: durante la pandemia, como se va a permitir el voto telemático, la exigencia de la ciudadanía es que los actos y las votaciones sean públicas”.
El primer avance
Tal como estaba programado, la discusión continuó este jueves y las acusaciones cruzadas entre Chile Vamos y la oposición sobre la pertinencia de votar este proyecto en medio de la pandemia, también. De todas maneras, el “voto secreto” logró sortear su primera barrera en la Comisión de Constitución: por nueve votos a favor, dos en contra y dos abstenciones se aprobó en general.
Con 2 votos en contra y 2 abstenciones aprobamos en general nuestro proyecto ingresado el año 2019 que termina con TODAS las votaciones secretas del Reglamento de la @Camara_cl. Como señaló @marcelodrago debieron entenderse derogadas tácitamente con reforma art 8 CPR del año 2005 pic.twitter.com/6JsV1hV5fB
— Matías Walker Prieto (@matiaswalkerp) April 16, 2020
Ahora queda pendiente su revisión en particular, aunque no se sabe para cuándo. Desde Chile Vamos emplazaron a Walker a poner en tabla al menos nueve proyectos que tienen distintos tipos de urgencias y que “no están siendo vistos”. El diputado DC recogió el guante y aseguró que “tenemos claro que la prioridad la tiene la agenda Covid-19”, señalando que se citará a la Comisión todos los días que sean necesarios para avanzar en esta materia.
Nota: Este artículo fue actualizado a las 18:30 horas para dar cuenta de la votación en la Comisión de Constitución.