Senador Coloma sobre el Plebiscito: “Estamos en un escenario muy conspirativo”
Dice que la prioridad es la pandemia. “Chile ha sido capaz de enfrentar el peor desafío institucional y de salud que ha tenido sin cambiar una coma de la Constitución”, afirma.
En los últimos días el senador Juan Antonio Coloma (UDI) se ha concentrado en el debate por el Ingreso Familiar de Emergencia que llegó a la Cámara Alta sin los artículos claves para el Gobierno, luego de que los diputados de oposición rechazaran el corazón del proyecto y calificaran de insfuciente la medida que buscar ayudar, principalmente, a los trabajadores informales.
“Si la oposición dice simplemente que ellos quieren cuatro veces más, no hay mucho espacio para poder negociar”, advierte Coloma en conversación con PAUTA.
Como miembro de la Comisión de Hacienda defiende la estrategia del Ejecutivo y dice no se pueden gastar todos los recursos ahora, porque nadie sabe hasta cuándo durará la pandemia. “El problema no se soluciona si uno cree que la lógica es simplemente crear un Estado de bienestar, no”, asegura.
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En relación con el debate por la fecha del Plebiscito, defiende que la situación sanitaria esté sobre la mesa la hora de evaluarlo, pues según él se tiene que dar la seguridad de que nadie vaya a una votación “pensando que se puede infectar”.
“El Plebiscito es un compromiso que tenemos y lo vamos a cumplir, pero siempre que sea informado y seguro”, plantea.
-Este jueves llegó al Senado el proyecto de Ingreso Familiar de Emergencia con varios de sus artículos claves rechazados: los montos y los tramos de este beneficio. ¿Cuánto espacio hay para para negociar con la oposición en la Cámara Alta?
“Lo que hizo la mayoría de la oposición en la Cámara de Diputados es una muy mala señal. El Gobierno ha tratado de tener el máximo espacio fiscal para poder enfrentar no solo un problema, sino múltiples problemas de la economía. Se han gastado US$ 12.500 millones. Ahora, el Gobierno ha hecho un esfuerzo [en este proyecto] de unos US$ 900 millones, que es una cantidad enorme de recursos para ir en ayuda, durante tres meses, de 1.600.000 personas que están en un situación muy compleja. Pero si la oposición dice simplemente que ellos quieren cuatro veces más, no hay mucho espacio para poder negociar. No soy muy optimista de cómo se está planteando la discusión. Aquí ha faltado entender que este no es el único tema, que el Covid -19 tiene un enorme desafío y uno no se puede gastar todos los recursos, porque nadie sabe hasta cuándo durará la pandemia. Estamos muy alerta mirando si hay un espacio de entendimiento, pero yo esperaba una reacción más constructiva de la oposición”.
-En el Senado la oposición reiteró que los montos son insuficientes y que esperan una señal del Gobierno. Ponen como ejemplo que una persona sola y si estuviera en el 40% más vulnerable recibiría solo un aporte de $65.000 el primer mes.
“Estamos con un problema de extrema gravedad. Si este fuera le único tema, yo le encuentro toda la razón, pero cómo lo hacemos entonces para seguir dando bonos Covid-19, porque es probable que tengamos que dar otro más. Cómo lo hacemos para hacerse cargo del mundo de los honorarios, para darle un poco de flujo de caja a las empresas, para garantizar el ingreso mínimo o enfrentar el mismo tema de los informales. Son un montón de escenarios que se van juntando y que requieren un respuesta común. Si fuera por un tema de Gobierno, imagínese lo fácil que sería decir ‘echémosle para adelante’, pero aquí lo que hay que entender es que tenemos una responsabilidad fiscal mínima. Si alguien me garantiza hasta cuándo va a durar el coronavirus, uno podría calcularlo de mejor manera. Pero lo peor que le podría pasar a un país es quedarse sin ningún recurso en caso de que la situación se complique en el tiempo. Pediría más responsabilidad, más sentido país, porque este no es el último tema que vamos a tener que discutir”.
-¿Esto terminará en comisión mixta como ha sido gran parte de los proyectos de la agenda Covid-19?
“Sí, es probable que termine en comisión mixta, pero hay que entender que el Gobierno no ha actuado en ninguna de las otras normas con la lógica del tejo pasado. Hoy es tal el grado de emergencia y la velocidad del problema que es mucho mejor decir lo que se puede y lo que no se puede. Si la oposición al final prefiere votar en contra la legislación o dejarla sin guarismo, que asuman las responsabilidades. Aquí cada cual tiene que asumirlo”.
“Nadie puede decir que el Gobierno no ha hecho un enorme esfuerzo por ir resolviendo los conflictos que se han producido a propósito del Covid -19. Hay muchos frentes. Está el tema de salud, la inversión en los ventiladores y en los hospitales y esa es la primera prioridad. El resto es ir generando condiciones económicas para volver hacer crecer la economía. Pero este problema no se soluciona si uno cree que la lógica es simplemente crear un Estado de bienestar, no. Hay que entender que es muy necesario ir en ayuda del que está más complicado, pero no hay que perder de vista que los recursos no son infinitos. La responsabilidad fiscal es esencial y las cosas se pueden agravar, y eso es la responsabilidad del Gobierno”.
“Estamos en un escenario muy conspirativo”
-Esta semana estuvo marcada por la polémica en torno al Plebiscito de octubre. Partió con la petición del ministro Gonzalo Blumel de racionalizar el calendario electoral por razones sanitarias. Se agudizó con la frase del Presidente Piñera, aunque después dijo que fueron malinterpretadas, sobre que la recesión económica va a ser tan grande que puede abrir la puerta para volver a discutir la fecha de la consulta…
“Yo creo que sería un tema más bien vinculado a la salud. Es razonable que por razones sanitarias uno pueda ver si es posible hacer un Plebiscito que sea seguro y sea informado. Es necesario que los gobiernos se coloquen previamente en situaciones que no son inesperadas. La postergación del Plebliscito anterior recién se dio a mitad de marzo, a uno se le olvida. Estábamos grabando la franja y de repente el Colegio Médico dijo ‘miren, es imposible hacerlo’ y nadie había pensado el tema. Quizás no se hicieron las cosas de la mejor manera. Quizás en ese momento se pudo haber generado un calendario electoral que no tuviera como efecto lo que está pasando ahora, que hay ocho elecciones en un año”.
-Pero un sector un sector de Chile Vamos apuntó que el debate se había avivado por el interés de los que apoyan el Rechazo y los que directamente no quieren el Plebiscito. Incluso la diputada Ximena Ossandón (RN) señaló que parecía que las señales de La Moneda estaban “orquestadas” desde el Segundo Piso para que la consulta no funcione.
“Quizás la cuarentena hizo que mucha gente lea novelas de anticipación o intenten generar reflexiones que están absolutamente fuera de la realidad. Hay que pedir un poquito de seriedad. Me parece razonable que alguien pueda plantearlo, pero no hay que ser conspirativo y andar mirando cualquier tema de salud con una lógica de carácter político. Por lo menos, conmigo eso no corre”.
-¿Poner en duda Plebiscito es negar los motivos que dieron pie a la crisis social del 18 de octubre?
“No niego para nada el tema del Plebiscito. Es un compromiso. Solo planteo y comparto que ya nos pasó una vez, que faltando un poco más de un mes para el Plebiscito, de pronto por razones que nadie puede negar, al menos que alguien diga que el coronavirus es por culpa de los que están por el ‘Rechazo’ y eso sería un exceso total. Lo que sí me parece importante de reflexionar y debatir es que aquellos que sostenían que había que hacer Chile de nuevo y había que hacer una nueva Constitución, porque ‘nada se estaba haciendo de buena manera’, lo cierto es que Chile ha sido capaz de enfrentar el peor desafío institucional y de salud que ha tenido sin cambiar una coma de la Constitución. Entonces, yo lo anoto. No hay que hacer a Chile de nuevo. Cada uno dirá si eso significará hacer un proceso constitucional o no y eso es parte del debate”.
-Entonces, ¿cuándo sería el mejor momento para evaluar ese escenario?
“Creo que estamos en un escenario muy conspirativo. Uno hace un planteamiento de política pública y lo acusan de querer dilatar el proceso, no. Esto tiene que debatirse y hay que esperar a ver cómo evoluciona la salud de Chile y el mundo. Si el Plebiscito es en octubre y las campañas comienzan en julio, agosto, y hay que ver cuáles son las condiciones que vamos a tener en esa época. Lo que sí me parece razonable es que, si hubiere, yo no lo quiero, pero si hubiere que generar un nuevo cambio, se considere que no se pueden tener ocho elecciones en un año y lo más probable que se deban unir unas con otras”.
“Por ejemplo, la de los gobernadores regionales es mucho más razonable que se haga con la consejeros regionales, que es noviembre 2021. Ese es un tipo de cosas que a nadie le pueden afectar o nadie le puede molestar y que son de alto sentido común. Si alguien me dice que no puedo pensar en eso, es un país que enmudece y no tiene capacidad de reflexionar y para mí, eso sería un grave error”.
-En el caso de los gobernadores regionales también hay otros argumentos: la agenda de descentralización y la ley corta quedó paralizada, e incluso la complicación de no tener buenos elencos para competir…
“Una cosa es que uno quiera generar una mayor descentralización, pero eso no significa que simplemente se dé porque uno vota por personas. Eso se ve cuando hay cambios en las facultades, la autonomía, la capacidad de decisión y eso todavía no se ha adecuado y sigue condicionado a la votación de los consejeros regionales. Por eso, me parece razonable, y a nadie le debería molestar, que esa elección sea asociada a la elección de cores”.
El futuro de Lavín
-El calendario electoral también pone presión a la UDI en otra definición. El personero mejor posicionado del oficialismo en las encuestas es el alcalde Joaquín Lavín y deberá elegir entre ir a la reelección en abril o quizás tomar un camino presidencial que le gustaría a la mesa de su partido. ¿Cómo ve este escenario?
“Cuando uno está hablando temas que tienen que ver con la seguridad de las personas, no puede condicionarlo a lo que puede convenir o no a un candidato por cercano o lo que fuera. Nos cambió tanto el país, no por lo que pasó el 18 de octubre, sino por lo que está pasando ahora. Creo que las condiciones de salud son demasiado decisivas y generan una necesidad moral de tener soluciones de bien común demasiado potente, entonces me importa primero la salud de las personas y creo que todo lo otro se subordina. El cálculo no funciona mucho. El principal cálculo que hay que hacer es hasta cuándo dura la pandemia”.
–Pero la senadora Jacqueline Van Rysselberghe aseguró en entrevista con canal 13 que se le pedirá formalmente al alcalde asumir el desafío presidencial.
“Esas cosas no hay que pedirlas o no pedirlas. Esas cosas nacen o se dan. No estamos hablando de máquinas, lo que aquí es importante es la conciencia de las personas. Probablemente, algunos cambios pueden generan no solamente la eventual candidatura de él, sino de otras candidaturas que también están pasando momentos parecidos. Pero estar a esta altura hablando de campañas presidenciales, me cuesta mucho, en circunstancias de que uno está viendo día a día cómo está la salud de los chilenos. Estamos demasiado en otra”.