Otra batalla sí se va ganando: la vacunación contra la Influenza
Ya se alcanzó casi el 90% de la población objetivo, todo un récord en el plazo. Las embarazadas y los niños menores de cinco años aún están por debajo de la meta.
A las 10 de la mañana del 16 de marzo pasado había filas en los principales consultorios del país. Justo cuando el Gobierno repetía el mensaje del distanciamiento social y del cuidado de la tercera edad, se producían aglomeraciones de adultos mayores esperando para ser vacunados. Ese día, más de un millón de personas llegaron a vacunarse contra la Influenza, recién en el primer día de la campaña en todo el país.
Aquel escenario no había sido previsto por el Ministerio de Salud y reflejó lo que se consolidaría luego: una campaña que, en siete semanas, alcanzó el 88,7% de la población de riesgo. La meta era alcanzar el 85%. Se trata de un récord, explican desde la cartera.
Pero claro, es un promedio y, aunque se trata de un logro, existen grupos que quedan pendientes.
Las cifras esperadas versus las logradas
“A menos de dos meses de haber comenzado la campaña de vacunación contra la Influenza, hemos alcanzado un 88% de vacunación en la población de riesgo. De ellos, nuestro foco principal en un comienzo fueron los adultos mayores, que ya hemos alcanzado en más de un 83% . También, los enfermos crónicos de este grupo de riesgo, a quienes hemos alcanzado en un 100%. Con respecto a los niños, estamos alcanzando un 70%”, cuenta a PAUTA la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza.
La meta nacional estaba fijada en un 85% de cobertura, que a la fecha ya ha sido superado.
Pese a los buenos indicadores, hay grupos de riesgo a los que aún no se ha alcanzado por completo. Entre ellos, las embarazadas, segmento que ha sido vacunado en un 52%, y los niños de entre 6 meses y 5 años, con un 65,9%.
El propio Presidente Sebastián Piñera se refirió a los faltantes por vacunar, en su alocución de la presentación del bono invierno. Allí, hizo un llamado a la ciudadanía a completar exitosamente la campaña. “Ya hemos vacunado a 6,7 millones de personas, pero todavía nos falta un millón de personas por vacunar y el tiempo es ahora. Yo les pido que acerquen a los distintos establecimientos de salud primaria para poder completar exitosamente el programa de vacunación de influenza de este año”, dijo.
El rol de los municipios
Daza comenta que desde el ministerio continúan trabajando para aumentar la cobertura en los sectores que aún no se han completado.
Según la Subsecretaría de Salud Pública, el número bajo de las embarazadas se debería al miedo que tienen de contagiarse. Incluso, se ha registrado una disminución de su asistencia a controles médicos. En el caso de los niños, grupo cuya meta de vacunación es del 80%, la explicación apunta a se detuvo el canal de los establecimientos educacionales, dada la suspensión de clases.
Para todos estos objetivos, el Gobierno está en coordinación con los municipios de todo el país, que son los administradores de la mayoría de los centros de atención familiares.
“Las municipalidades somos las que debemos, a través de los centros de salud y atención primaria de salud, llevar adelante esta campaña. Vacunamos a todos aquellos que nos lo solicitaron y para quienes disponíamos las vacunas”, dice a este medio el alcalde de La Granja y encargado de Salud de la Asociación Chilena de Municipalidades, Felipe Delpín. “Llegamos a más del 80% de la población de riesgo, eso no se había visto nunca y hoy día estamos a la espera de que nos llegue un mayor número de vacunas para poder continuar con esta campaña”, agrega.
Uno de los principales problemas fue el stock, lo que llevó incluso a los municipios a enfrentarse con el Ministerio de Salud recientemente, cuando el titular de esa cartera, Jaime Mañalich, acusó a los jefes comunales de incumplir con la campaña en los niños y adolescentes.
El alcalde de Puente Alto, Germán Codina, mostró incluso los correos con los que el ministerio les solicitaba a las municipalidades desistir de la vacunación en ese grupo etario, para continuar con los segmentos de mayor riesgo.
“Lo que ocurrió fue que, de manera inusitada, se calculó un flujo de personas y fueron tres o cuatro veces más en una semana. Eso agotó el stock de vacunas, porque a su vez a Chile no llegan todas el mismo día. Se produjo una laguna, que hizo pensar a la gente que se habían acabado y no era cierto. Lo que pasa es que las que se tenían que consumir en un mes se consumieron en una semana”, explica Emilio Santelices, exministro de Salud y hoy asesor de la cartera.
Los problemas logísticos
El brote de Covid-19 en el país fue el elemento que impulsó a los grupos de riesgo a asistir a los centros de salud. El miedo a contagiarse del virus, sumándole la posibilidad de contraer Influenza, fue finalmente el factor decisivo en la campaña. Así lo reconocen exautoridades de la cartera, que ven cómo este año se produjo una mayor sensibilización de parte de la gente con respecto a inmunizarse.
En años anteriores, los primeros días de la campaña sumaban como mucho una tercera o cuarta parte de la cifra que se logró para esta ocasión. Esa fue la causa del quiebre de stock de las dosis las últimas semanas de marzo: no se esperaban esa asistencia.
Además, en los sectores más alejados de la capital, incluyendo en regiones, la logística del almacenamiento se complica, pues no en todas partes existen las instalaciones para guardar la cantidad de insumos que se necesitan.
“Como hay que disponibilizar las vacunas en cadenas de frío, los lugares más apartados no cuentan con capacidades muy altas de poder almacenar. En muchas oportunidades se producía que uno estimaba, por ejemplo, almacenaje de 100 vacunas y vacunar a 100 personas, perfecto. Pero muchas veces ocurría que en ese lugar había capacidad para 100 personas, llegaban 200, y se producía una interrupción transitoria de la provisión”, explica el exministro.