Qué dice la evidencia hoy sobre los niños y sus riesgos ante el Covid-19
No todas las preguntas tienen respuestas, pero cinco estudios muestran que es más difícil que los menores de 10 años se contagien.
A medida que la epidemia del Covid-19 se expande en Chile, las dudas de padres y especialistas sobre los riesgos para bebés y niños se acrecientan. Más aun cuando parece haber información contradictoria al respecto.
Como este es un virus nuevo, la evidencia disponible es reciente. El blog de medicina pediátrica Don’t Forget The Bubbles (DFTB, No olvides las burbujas, en español), enfocado en educación online para pediatras, revisó los estudios científicos sobre niños realizados en países que enfrentaron la pandemia antes que Chile, como China, Corea del Sur, Japón, Australia, Italia y Alemania.
El análisis, realizado por los pediatras Alasdair Munro y Damian Roland, revisa qué sabemos y qué no sobre el rol de los niños en la transmisión del coronavirus.
¿Es fácil que se contagien?
El texto revisa cinco estudios que se centran en el rastreo de contactos. Esto significa que cuando se confirma el contagio, tenemos un “caso índice“. Luego, se realizan pruebas para detectar la presencia del virus a todas las personas con las que estuvo en contacto, tanto dentro como fuera del hogar aunque los primeros corren mayor riesgo. La proporción de esos contactos que efectivamente se infectó se denomina “tasa de ataque” (TA).
Los estudios que revisan la TA de casos índice en todos los grupos de edad llegan a conclusiones similares: cuatro de ellos informan una tasa de ataque considerablemente menor en niños y uno detecta que ese indicador es similar tanto en niños como en la población general.
Este último texto, con datos de Schenzen (China), fue el primero en ser publicado en marzo y también reveló que los niños eran más propensos a ser asintomáticos, aunque desde entonces han surgido más datos.
Por ejemplo, un análisis más reciente evaluó 392 contactos domésticos de 105 casos índice en Wuhan, China. De los 100 contactos con edades bajo los 18 años, solo cuatro se infectaron (TA 4%), mientras que en los adultos la TA fue del 21,9%.
En síntesis, dicen los pediatras de DFTB, “parece bastante convincente que los niños tienen menos probabilidades de adquirir la infección que los adultos, en una cantidad significativa”.
¿Cuántos tienen la enfermedad?
La estimación de niños enfermos es más difícil de evaluar, dice el estudio, pues la mayoría de los estudios analiza casos que llegan a hospitales y que se someten al test PCR (que mediante una muestra detecta fragmentos del material genético de un patógeno). Así, no se sabe qué podría estar pasando en la población si hubiera una gran cantidad de niños infectados, pero asintomáticos o con síntomas débiles que no motiven consulta.
En países donde han realizado pruebas comunitarias amplias los resultados son alentadores.
Corea del Sur testea en forma masiva a su población y los niños constituyen apenas entre el 5%-6% de los casos. Islandia evaluó el 6% de toda su población y no detectó casos de niños menores de 10 años, aunque en pruebas “dirigidas” (personas sintomáticas o sospechosas debido a sus contactos) el 6,7% de los niños menores de 10 años dio positivo versus el 13,7% de las personas sobre esa edad.
Los datos son más ilustrativos en el municipio italiano de Vo (cerca de Padua, epicentro de la epidemia en ese país), donde se evaluó al 85% de la población tras la primera muerte por Covid-19: el 2,6% fue positivo y no hubo casos en niños.
Los pediatras a cargo del informe estiman que aunque faltan aún datos generalizados y de alta calidad, es cada vez más probable que haya relativamente pocos niños contagiados, especialmente aquellos bajo 10 años.
¿Qué tan infecciosos son?
El estudio dice que es casi imposible responder esta pregunta hoy, porque no hay datos comparativos de la tasa de ataque de adultos versus niños.
Al parecer, los niños parecen formar un pequeño número de casos índice (el que inicia el contagio de un grupo). En un estudio internacional de grupos familiares afectados por el virus, en solo 10% de los grupos un niño era el caso índice del hogar.
Aunque hay datos de varias ciudades chinas que ratifican el punto, el cierre temprano de las escuelas durante el brote en el país asiático podría haber impactado en esos resultados. “Los niños rara vez se mezclan fuera del hogar como no sea en la escuela”, dice el texto.
Los autores remarcan que no sabemos cuántos niños trajeron la infección a su hogar sin contagiar a nadie. “Esos casos nunca se descubrirían hasta que tengamos vigilancia serológica“, detallan. Aluden a la prueba que detecta los anticuerpos que produce nuestro organismo para combatir el virus.
¿Hay riesgo en las escuelas?
El análisis señala que no existe evidencia específica con respecto a la transmisión del virus en las escuelas, debido al rápido cierre al comienzo de la pandemia.
Hay algunos casos no concluyentes. Por ejemplo, un brote en una escuela secundaria francesa ocasionó que el 40% de los alumnos y el personal se infectaran, pero casi todos los estudiantes tenían entre 15 y 17 años, lo que los acerca a las características de la enfermedad que experimentan los adultos. Se precisa que una proporción muy pequeña de los niños bajo 14 años se infectó, pero no es claro cuántos eran estudiantes y cuántos contactos familiares.
Otro estudio en Australia demostró tasas muy bajas de infección y propagación en escolares, pero con cifras bajas para extraer conclusiones (18 casos en total, 12 secundarios y seis primarios).
En los comentarios al artículo, se abordó el brote en un centro de cuidado para hijos de trabajadores de la salud en Montreal (Canadá), donde se contagiaron 12 de 27 niños. Aunque ninguno requirió hospitalización, esto mostraría una tasa de ataque de 44%. Al respecto, Alasdair Munro comentó que no sorprende ver casos con números significativos de niños que se infecten. “Si alguien queda expuesto por períodos prolongados, se infectará. Es mejor considerar la evidencia como un todo en lugar de centrarse en anécdotas individuales”, afirmó.
¿Sin tiempo? Lea acá
De la revisión de tres estudios ya publicados y dos en proceso que abordan los riesgos del Covid-19 para niños, hoy la evidencia científica disponible apunta a lo siguiente:
- Los niños parecen significativamente menos propensos a contagiarse que los adultos cuando están expuestos.
- Existe evidencia razonable de que hay significativamente menos niños infectados en la comunidad que adultos.
- Los niños rara vez son el caso índice (la persona que inicia el contagio) en los hogares.
- No está claro qué tan probable es que un niño contagiado transmita la infección en comparación con un adulto, pero no hay evidencia de que sean más infecciosos.
La explicación más simple es que los niños parecen ser menos susceptibles a infectarse. Por lo tanto, menos de ellos se han infectado y en forma muy poco frecuente han traído el virus a sus hogares, por lo que hay menos personas infectadas en la comunidad.