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La promesa de seguridad de Donald Trump

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Bloomberg
POR Francisca Rivera |

Tras los disturbios generalizados en Estados Unidos, el presidente instó a los gobernadores y alcaldes a “dominar las calles”.

El presidente Donald Trump ha amenazado con recurrir al ejército de EE. UU. para poner fin a los “disturbios y la anarquía” en todo el país en un discurso en el Rose Garden que fue interrumpido por el sonido de explosiones cuando agentes federales dispersaron a manifestantes pacíficos fuera de la Casa Blanca.

El lunes por la noche Trump instó a los gobernadores y alcaldes a “dominar las calles” y anunció que enviaría a miles de militares fuertemente armados a la capital del país después de días de disturbios violentos tras la muerte de George Floyd, un hombre negro desarmado, a manos de la policía de Minneapolis.

Tras su intervención, Trump dio un paseo sin previo aviso al otro lado de la calle a través de Lafayette Square para visitar la Iglesia Episcopal de San Juan con gases lacrimógenos aún en el aire, que se habían utilizado para despejar a los manifestantes. La casa de culto, conocida como “La Iglesia de los Presidentes”, había sido dañada en un incendio la noche anterior, cuando la policía y los manifestantes se enfrentaron en las calles de Washington.

En la iglesia, Trump sostuvo en el aire una Biblia que había traído de la Casa Blanca y reunió a sus principales asesores para posar para las fotos.

“Tenemos el mejor país del mundo”, dijo Trump. “Vamos a mantener su seguridad”.

Demostración de fuerza

Las palabras y medidas del presidente provocaron protestas inmediatas de detractores, quienes argumentaron que Trump intensificó aun más las tensiones y socavó las afirmaciones de que él era “un aliado de todos los manifestantes pacíficos”. Los políticos demócratas dijeron que estaban alarmados por la amenaza de Trump de enviar al ejército estadounidense contra los estadounidenses que se manifestaban contra la brutalidad policial.

Pero el presidente dejó en claro que la demostración de fuerza del lunes tenía la intención de mostrar que su paciencia se había agotado tras tres días de protestas, que en un momento llegaron a tal violencia que se llevó a Trump a un búnker de seguridad subterráneo.
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Restablecer un sentido de control es crucial para un presidente que ha sido muy criticado por su manejo de la pandemia de coronavirus, que se ha cobrado la vida de más de 100.000 estadounidenses y paralizado la economía. Trump y sus asesores creen que las protestas son una oportunidad para ganarse a los votantes frustrados por la destrucción causada por algunos de los manifestantes.

En una conferencia telefónica con los gobernadores el lunes por la mañana, Trump señaló su deseo de parecer más en control y pidió a las autoridades de los estados, a quienes calificó de “débiles”, que endurezcan su respuesta a las manifestaciones.

“Hay que dominar”, dijo Trump a los gobernadores y las fuerzas del orden. “Si no dominan, están perdiendo el tiempo”.