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Tratamientos interrumpidos y más llamadas por ayuda: la salud mental en crisis

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Pixabay
POR Cecilia Andrea |

Los especialistas y terapeutas observan los efectos secundarios del aislamiento en la población. El Gobierno revisa indicadores preocupantes.

Diez semanas en cuarentena lleva Santiago y, en esos días, sus ciudadanos han podido ver las consecuencias de un confinamiento que no se acaba y una pandemia que asusta. Es la zona que ha vivido mayor tiempo en aislamiento, pero en total son 40 las comunas del país en las que ya, producto del virus, no se puede circular libremente.

Hay temor, estrés y ansiedad, y así ha ocurrido en los países que han atravesado las primeras olas del Covid-19 antes que Chile. Con la experiencia de esos otros casos, con los resultados de encuestas de universidades y un cruce de datos entre distintas instituciones públicas, el Gobierno hizo un diagnóstico sobre lo que la crisis sanitaria podría provocar en la salud mental de los habitantes.

El Presidente Sebastián Piñera lanzó Saludable-Mente, un programa que apunta a hacerse cargo del impacto en el bienestar emocional de la población. El Mandatario anunció que la iniciativa tendrá dos ejes: el funcionamiento de una mesa de trabajo transversal que proponga medidas en 90 días y el fortalecimiento de la oferta de la atención pública.

Lanzamiento presidencial del programa Saludable-Mente. Créditos: Presidencia de la República
Lanzamiento presidencial del programa Saludable-Mente. Créditos: Presidencia de la República

Los primeros diagnósticos

Temprano en marzo, un grupo académico de la Universidad de Chile comenzó a trabajar en una propuesta de estrategia nacional de salud mental para enfrentar las consecuencias del coronavirus.

En ese tiempo solo manejaban tres antecedentes: que la salud mental en Chile no era de gran calidad, que el estallido social ya había dejado algunas secuelas y que la pandemia asociada a las cuarentenas era fuente de estrés, de ansiedad y depresión.

Así, los objetivos delineados eran fortalecer la salud mental “como un factor clave para respuestas adaptativas a la pandemia” y disminuir “el impacto de la pandemia por Covid-19 a través de la prevención, la atención y el fortalecimiento de las capacidades de desarrollo de las comunidades”, según se lee en el documento. 

Lo que sumó el ministerio

A fines de abril, el texto se presentó a la Mesa Social Covid-19 y fue utilizada como insumo para el anuncio de Saludable-Mente. Pero además, el Ministerio de Salud hizo un levantamiento de datos entre varias instituciones, incluyendo encuestas universitarias, estudios internacionales y cifras propias de programas ministeriales. 

Allí se recabó que estaba aumentando la sintomatología relacionada con la ansiedad y la angustia; que un tercio de las licencias médicas entregadas en el primer cuatrimestre correspondía a problemas de salud mental (encabezan la lista con 417.301 licencias del total de 1.419.155), y que había crecido el número de notificaciones en Carabineros por violencia intradomiciliaria.

Además, la adhesión a los tratamientos de salud mental disminuyó “levemente” en el trimestre enero-marzo 2020 respecto del promedio de controles de los años anteriores. Se trata de una tendencia observada también por Vania Martínez, siquiatra de la Universidad de Chile y directora del Núcleo Milenio Imhay, quien participó en la creación de la propuesta universitaria.

“Los que necesitan alguna receta se han acercado, pero los que estaban en terapia han postergado y, en estas últimas semanas, varios de mis colegas y yo hemos visto casos que se han ido descompensando, que están más graves. Eso es una percepción más clínica”, comenta Martínez a este medio.

La curva pandémica de salud mental

El ministerio presenta un relato similar: pese a las dificultades que puede generar la pandemia en el bienestar emocional de las personas, estas no se han volcado a la atención primaria, lo que coincide con la disminución de consultas en otras especialidades, como los controles de embarazo.

“Nos ha llamado la atención que a pesar de que hay un aumento de la sintomatología por las encuestas, no ha habido un aumento de las consultas en la atención primaria en esta pandemia”, explica a PAUTA la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza.

“Eso se puede explicar, uno, porque las personas no están yendo a la atención primaria, porque tienen temor de ir, y dos, por la medidas que estamos aplicando, que estamos acuarentenando a las personas y eso ha implicado que no pueden asistir”, agrega Daza.

Con el tiempo, la situación se podría agravar. Los controles que no se hicieron, las terapias que no se continuaron, el mismo estrés de la pandemia y el antecedente del estallido social complican más el panorama.

Entramos a esta crisis sanitaria no con todos nuestros recursos sicológicos, sino más bien bastante exigidos, lo que probablemente da indicios de que tendremos resultados de salud mental más adversos que poblaciones que gozaban de cierto bienestar antes de entrar a la crisis sanitaria”, anticipó Alex Behn, director de investigación del Instituto Milenio para la Investigación de la Depresión, en conversación con Un Día Perfecto, de Radio PAUTA.

“Estamos a la expectativa de Saludable-Mente y las iniciativas gubernamentales, porque nuestra tarea en este momento es evitar una curva pandémica de salud mental”, agregó Behn.

El aumento de la atención remota

Lo que sí ha aumentado, y en esto coinciden los especialistas consultados, es la necesidad de atención remota. De hecho, desde Salud informan que las llamadas a la línea telefónica del ministerio, Salud Responde, por asistencia sicológica, se triplicaron. De 786 en marzo a 2.021 en abril.

No solo mayor cantidad, sino, como comenta la subsecretaria Daza, los contactos tuvieron también mayor duración y mayor complejidad.

Por otra parte, desde el Minsal informan que, por el momento, las defunciones por lesión autoinfligida -suicidios- durante el tiempo de pandemia no han aumentado.

Al comparar desde enero a abril del 2020 con el mismo periodo del año anterior, no hay alzas significativas (497 casos en 2019 y 494 para el 2020), “pero cabe señalar que los datos de ambos años aún se encuentran en proceso de revisión y validación por el Departamento de Estadística e Información en Salud (DEIS) del Minsal, por lo cual la información no es concluyente”.

La propuesta: mesa de salud mental

El Ejecutivo centró Saludable-Mente en la conformación de una mesa de más de 30 personas entre autoridades, especialistas, universidades y parlamentarios, que trabaje una serie de propuestas en la línea de salud mental durante la pandemia, desde el 1 de junio y por 90 días. 

Tres meses de plazo tienen para trabajar, lo que abre el interrogante sobre cuánto pueden aguantar los grupos de mayor riesgo en este contexto.

“Algunas acciones de coordinación para los grupos de más riesgo se pueden implementar de acá a pocas semanas. Los grupos como adultos mayores que están más aislados, o equipos de salud que están hoy día ya bastante reventados, necesitan del cuidado ahora. Yo esperaría de este trabajo, acciones que se puedan implementar en el corto plazo”, opina Teresita Serrano, sicóloga y decana de la Facultad de Psicología de la UDD.

La mesa, en su primera reunión, concluyó que esta semana mandarían distintas propuestas al ministerio y, en función de eso, hacer definiciones más concretas en la próxima cita. Se juntarán una vez cada siete días y la idea es “ir poniendo en acción todas las medidas que como mesa nos van recomendando”, explica Daza.

Fortalecimiento de la oferta

Pero por otra parte, el programa anuncia la creación de una plataforma que concentre la oferta de atención de salud mental, gubernamental y no gubernamental. La idea es que sea un espacio informativo, donde las personas puedan encontrar una guía sobre dónde acudir o qué servicios le podrán ayudar.

Y lo central: fortalecer la oferta pública. Desde el Minsal comentan que está trabajando para crear una plataforma a través de Hospital Digital, donde se pueda atender por videoconferencia y, además, se pondrá énfasis en que médicos y sicólogos de la atención primaria puedan atender en forma remota si no pueden hacerlo en forma presencial.

Dentro del mundo de los especialistas, ven esta posibilidad además como una forma de mejorar la oferta a largo plazo.

“Eso es muy importante, porque los especialistas de la atención primaria son los que conocen el territorio, conocen a la gente y es probable que lo que se arme ahora no se desarme del todo, que se refuerce la estrategia de salud mental y que quede algo de eso después de la pandemia”, explica el siquiatra y director de la Sociedad Chilena de Salud Mental, Patricio Olivos.

La reconversión de camas

El problema es que, a pesar de que la idea es fortalecer la oferta, en efecto lo que ha estado ocurriendo es que en ciertos aspectos esta ha disminuido.

El Minsal aportó un diagnóstico a la mesa de salud mental: se ha reducido la oferta de camas de unidades siquiátricas por dos razones: primero, infraestructura y distanciamiento físico, lo que implica que donde antes entraban cierta cantidad de camas, ahora deben ubicar menos; y segundo, reconversión a camas Covid-19.

Desde el ministerio explican que, por cierto, el brote de coronavirus ha afectado a pacientes de todas las otras enfermedades y que lo más importante será trabajar de forma preventiva.

“Esta es la pandemia más grande que hemos tenido en los últimos 100 años y obviamente que hemos visto un efecto sobre todo en grupos más vulnerables. Hay que primero llegar oportunamente a través de los distintos medios que consideramos, fortalecer la atención primaria va a ser la estrategia que va a prevenir o disminuir el impacto que tendrán los problemas de salud mental en las hospitalizaciones”, dice Daza.