¿La hora del epidemiólogo en jefe? El análisis ronda la cabeza de Paris
La opción de que llegue una nueva figura, un científico o científica de reconocida validez ante sus pares que actúe como vocero técnico, está en los planes del ministro de Salud.
En su primer día como ministro de Salud, Enrique Paris Mancilla ya está evaluando cada paso distinto que deberá dar que no solo lo diferencie de su antecesor, Jaime Mañalich, sino que le dé nuevo sentido a sus tareas. Ya anticipó, por ejemplo, que visitará prontamente el Hospital de Achao, en la isla de Quinchao, en Chiloé, donde trabajó en sus primeros años como médico.
Y otros planes que el ahora ministro ha analizado y que es recurrente en otros países: la figura del epidemiólogo en jefe.
Se trata de un científico con amplio conocimiento en materias vinculadas con la salud pública, la virología, las infecciones y el manejo de las epidemias. Además, debe consolidar otras dos características si acaso el puesto será efectivo: capacidad de gestión comunicacional y ascendencia ante sus pares.
Según fuentes allegadas a Paris consultadas por PAUTA, el actual ministro tiene en mente contar con ese especialista que sea capaz de actuar como vocero técnico. O vocera técnica. Hay varios nombres que ya se pueden encontrar en el Consejo Asesor del Minsal, como los de Ximena Aguilera, Catterina Ferrecccio, Gonzalo Valdivia, María Teresa Valenzuela, Pablo Vial, Miguel O’Ryan y Álvaro Erazo.
La figura en el mundo
Probablemente hay dos jefes científicos que han alcanzado renombre global por su participación pública en sus países. Por un lado está Anthony Faucci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos. Por el otro, Anders Tegnell, jefe de la Agencia de Salud Pública de Suecia. Ambos han tenido actuaciones polémicas: el primero, por corregir -sin llegar a explícitamente contradecir- al presidente Donald Trump; el segundo, por encabezar una estrategia de recomendaciones sin cuarentenas que implicó un incremento sustancial de los casos de muertes en Suecia.
No son los únicos.
Aunque en Alemania la canciller Angela Merkel es una científica calificada (física con un doctorado en química cuántica), desde el punto de vista del manejo epidemiológico ha confiado en el virólogo Christian Drosten. Conocido por sus pódcast sobre el coronavirus, Drosten, director del Instituto de Virología del Hospital Berlin’s Charité, participó en el grupo que describió el SARS hace 17 años.
Corea del Sur tiene a Jung Eun-Kyeong, directora de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades. En España quien actúa como vocero técnico es Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, mientras que en Canadá quien cumple esas tareas es Theresa Tam, jefa de la Agencia Pública de Salud de Canadá.
En el Reino Unido quien ha tomado el liderazgo científico es Chris Whitty, un profesional formado en epidemiología que trabajó durante muchos años en África y fue profesor en el London School of Hygiene and Tropical Medicine. Durante esta pandemia ha tenido un rol público clave ante la audiencia británica.
En Francia, a Jérôme Salomon se la conoce como Monsieur Coronavirus. Es el director general de Salud y periódicamente es quien da la actualización de las cifras en ese país.
En Italia la labor la cumple Walter Ricciardi, presidente del Instituto Superior de Salud; en Australia lo hace Brendan Murphy, jefe de la Oficina Médica del gobierno, mientras que en Países Bajos la responsabilidad recae sobre Jaap van Dissel, director del Centro para el Control de Enfermedades Infecciosas.
También Argentina tiene a su figura científica: Carla Vizzotti, encargada de la Secretaría de Acceso a la Salud.