Episodios inéditos para un retrato de Ángela Jeria
Raúl Vergara, Gabriel Gaspar, Evelyn Matthei, Paulina Vodanovic, Vivienne Bachelet y los biógrafos de Michelle Bachelet Andrea Insunza y Javier Ortega relatan capítulos de la historia de la madre de la expresidenta.
1. El general Bachelet
La última vez que Raúl Vergara vio a Ángela Jeria Gómez (22 de agosto de 1926-2 de julio de 2020), madre de la expresidenta Michelle Bachelet Jeria, fue el 12 de marzo de 2020, en el Cementerio General, en el mausoleo de la familia. Se cumplían 46 años desde la muerte de su esposo, el general de la Fuerza Aérea Alberto Bachelet Martínez, una fecha en la que se reunían cada año. Recuerda que conversaron sobre el coronavirus.
Tras el golpe de Estado, el excapitán de la Fach estuvo detenido junto al general Bachelet, quien murió de infarto producto de las torturas de sus propios subalternos. Trabajaron juntos durante el gobierno de Salvador Allende, cuando Bachelet Martínez fue secretario de la Dirección Nacional de Abastecimiento y Comercialización.
Desde entonces, Vergara quedó unido a la familia Bachelet. Y con Ángela Jeria tenía una relación de especial cercanía dada la historia: los primeros días de la detención, ella los visitaba en la cárcel. Y no solo les llevaba comida -“delicatessen”, recuerda el excapitán-. También se preocupaba de relatarles lo que ocurría en el país, de mantenerlos informados. “En esos tiempos tan difíciles ella fue nuestro gran vínculo con el exterior, haciendo las denuncias de lo que estábamos viviendo. Porque eran procesos espurios. Yo, incluso, estuve condenado a muerte”, detalla.
De ese tiempo, tiene un recuerdo que, aunque debió ser bueno, culminó en un hecho triste. Fue el 12 de marzo de 1974, cuando Ángela Jeria les llevó un regalo a la cárcel. Era un torta y dentro de ella venía un detalle que los tomó por sorpresa: “Venía oculta una bolsita con pisco sour. La tristeza es que ese mismo día murió el general Bachelet”.
Vergara también recuerda los encuentros que tuvieron durante el exilio, período en el que Michelle Bachelet y su madre vivieron en Alemania Oriental durante el régimen de Erich Honecker. “Allá mantuvo sus características: preocupada por todos y una gran defensora de los derechos humanos, y también de los militares que fuimos reprimidos”.
Y añade: “Ella era una persona con mucho carácter. Un carácter fuerte y suave al mismo tiempo. Era la luz de la familia, un soporte para el general Bachelet y luego para su hija”, dice Vergara a PAUTA. “También era muy informada. Cuando nos veíamos siempre era de intercambiar ideas y opiniones. Y era muy distinguida”.
En mayo de 2014, durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet, Raúl Vergara fue designado como representante adjunto de Chile en su rol de acompañante en la Mesa de Diálogo por la Paz entre el gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
De ese período, recuerda que Ángela Jeria no solo estaba muy informada de lo que ocurría con ese proceso, sino que luego se incorporó a un grupo de apoyo para la paz de Colombia. “Era una persona de un progresismo muy sólido, de fuertes convicciones y muy documentada”, dice Vergara, quien además sirvió como subsecretario de Aviación durante la primera administración de Michelle Bachelet.
2. Villa Grimaldi
En 1979 Ángela Jeria y su hija Michelle Bachelet pudieron regresar a Chile desde el exilio, tras una gestión del general de la Fach y miembro de la Junta Militar, Fernando Matthei.
Una vez en Chile, relatan Javier Ortega y Andrea Insunza, autores del libro Bachelet. La historia no oficial, Ángela Jeria fue hasta la oficina de Matthei y le dijo: “Te felicito por lograr mi derecho de vivir en mi patria”. Y, terminada la reunión, el general le pidió que no se metiera en problemas: “No me pidas imposibles”, respondió ella.
La escena, a juicio de los académicos de Periodismo UDP, refleja no solo la personalidad de Jeria, sino también su compromiso con los derechos humanos en Chile. A Washington DC viajó para denunciar las violaciones a los DD. HH. en conjunto con Isabel Morel, viuda del excanciller Orlando Letelier, asesinado por la Dina en 1976.
En Chile continuó la tarea. Los periodistas recuerdan que, a su regreso, Ángela Jeria era incluso más conocida que su hija por los viejos dirigentes del PS, y que aunque no militaba, sí participó de muchos movimientos de defensa a los derechos humanos durante la dictadura.
Jeria, además, era una mujer atípica para su época. Estudió arqueología en la Universidad de Chile -primero fue funcionaria en esa casa de estudios- cuando sus hijos, Michelle y Alberto, ya comenzaban sus carreras. Andrea Insunza cuenta que solo le faltaba el examen de grado cuando la detuvieron junto a su hija y fue llevada a Villa Grimaldi.
Ortega agrega que en ese lugar, donde estuvieron detenidas más de un mes y fueron torturadas, los militares fueron especialmente duros con la madre: “La culpaban del giro que había tenido su esposo”.
Alberto Bachelet y Ángela Jeria se conocieron en 1944. Él venía de una familia católica y conservadora; ella era hija de un padre radical y masón. “Era mucho más progresista que su marido”, explica Insunza. Una razón, añade, para que, injustamente, se le responsabilizara por el pensamiento de su marido, quien luego se hizo masón.
Un hecho que demuestra cómo era mirada por los militares, dicen los académicos de la UDP, es que quien fue expulsada de Chile fue Ángela Jeria y no su hija. “La llevaron directamente del centro de detención al aeropuerto”, señalan.
“Era muy política y con mucha visión”, añade Andrea Insunza. Una muestra más de ello, dice, es que guardó todas las cartas que su marido le mandó desde la cárcel, sabiendo que serían un testimonio histórico.
Son documentos que luego se convirtieron en el libro Las cartas del general Bachelet, de María Elena Wood y María Luisa Claro. El prólogo fue de Ángela Jeria.
3. La madre
Gabriel Gaspar fue subsecretario de Guerra cuando Michelle Bachelet era ministra de Defensa. Recuerda a Ángela Jeria como una mujer muy informada y, la vez, muy preocupada por su hija.
Para un cumpleaños de Michelle Bachelet, los subsecretarios de esa cartera, entre ellos Nelson Hadad, a cargo entonces de Aviación, querían hacerle un regalo. “No sabíamos qué, pero pensamos en que debía ser algo familiar, para su casa”, cuenta Gaspar.
Él mismo fue enviado a averiguar qué podían regalarle para que fuera especial. “Fui al departamento de la señora Ángela Jeria. Conversamos mucho y le pedí ayuda. Entonces, ella buscó una foto en que sale Michelle junto a su papá, el general Bachelet, en una vacaciones en la playa. Ella muy joven, con sonrisa de niña y él vestido con su suéter. Esa es la foto que después se ha hecho famosa. Nosotros la mandamos a ampliar y se la regalamos. Ella estaba muy feliz”, relata a PAUTA.
Gaspar solía encontrarse con Ángela Jeria en las ceremonias de aniversario de la Fach. “Pese a su historia dolorosa, siempre mantuvo el cariño a la institución”, cuenta el exsubsecretario. También recuerda que cada vez que se veían o se topaban en cenas, “ella siempre me concedía espacios de conversación y de confianza, que es algo que un padre o madre hace con los amigos de sus hijos. Estaba siempre al día de la situación nacional”.
Un gesto que la retrata, a juicio de Gaspar, fue el encuentro que Ángela Jeria quiso tener con el detective de Investigaciones que la detuvo e interrogó tras el golpe de Estado de 1973. “Ella siempre recordaba que la cuidó con dignidad. Entonces, cuando llegó la democracia, ella se preocupó de buscarlo. Eso refleja que era muy digna y que siempre tuvo entereza ante lo que le tocó vivir: una familia en la que matan al padre, muere el hijo (Alberto Bachelet Jeria, hermano de la expresidenta) y, además, sufren el exilio”.
Pese a todas esas experiencias, Gabriel Gaspar describe a Ángela Jeria como una mujer “con un gran sentido de humor, porque tenía muchas salidas divertidas. Y eso lo heredó su hija. Pero también era muy profunda”.
4. La relación con la Fach
Mientras fue subsecetaria de Fuerzas Armadas durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet, la abogada Paulina Vodanovic recuerda que Ángela Jeria jamás faltó a la ceremonias, en especial de la Fach.
“Tenía mucho cariño por la institución”, recuerda la abogada. Y dice que cuando llegaba a la ceremonias, no quería que la trataran de manera especial: “No le gustaba que le dieran el asiento. Se sentía muy fuerte. Siempre fue muy autónoma”.
“Era una mujer de mucho compromiso, una intelectual y visionaria que siempre buscó su desarrollo profesional pese a que en su generación era muy difícil. Además, impulsó a sus hijos a tener un camino propio”, dice la abogada, quien además preside la Fundación Horizonte Ciudadano, ligada a la expresidenta Bachelet. Y destaca, en especial, “su compromiso con la defensa de los derechos humanos tanto desde el exilio como cuando regresó a Chile”.
Ese compromiso, agrega la consejera del Colegio de Abogados, hizo que el gobierno de Uruguay la premiara junto al ahora expresidente de ese país, José Mujica, por la defensa a los derechos humanos en 2014.
5. La familia Matthei
Las familias Matthei y Bachelet, antes del golpe de Estado, fueron muy cercanas.
La alcaldesa de Providencia recuerda que ambos generales, Fernando Matthei, su padre, y Alberto Bachelet, era muy amigos. También su madre, Elda Fornet, con Ángela Jeria.
Años después, Evelyn Matthei volvió a encontrarse varias veces con Ángela Jeria cuando Michelle Bachelet era presidenta. “Ella fue siempre muy grata conmigo y yo con ella. Existe una relación de cariños que, en el fondo, va más allá de cualquier diferencia”.
Luego, cuando fue parte del primer gobierno de Sebastián Piñera, recuerda un encuentro con Ángela Jeria: “Me dijo que lo estaba haciendo muy bien como ministra del Trabajo”.
Lamento profundamente el fallecimiento de Ángela Jeria, a ella y a su padre los quise y respeté mucho y se que mis padres sintieron lo mismo por ellos. Un abrazo también a la ex Presidenta @mbachelet y a su familia. Mucha paz. pic.twitter.com/4SS6KXArQ7
— Evelyn Matthei (@evelynmatthei) July 2, 2020
Pero un hecho que destaca especialmente la alcaldesa de Providencia fue cuando Ángela Jeria defendió públicamente a Fernando Matthei. “Una vez hubo una ofensiva muy fuerte de parte del Partido Comunista para tratar de meter a mi padre en la muerte del general Bachelet, y ella salió a decir públicamente que mi papá no tenía nada que ver. Y era obvio, porque él incluso estaba fuera de Chile cuando ocurrió. Entonces, yo le mandé un ramo de rosas, porque, de verdad, se lo agradecí”.
6. La Concertación
Dentro de todos los recuerdos que la médica Vivienne Bachelet, prima de Michelle Bachelet, tiene de Ángela Jeria, es el día que su tía la acompañó a una feria de Peñalolén, frente a Lo Hermida. Ocurrió durante la campaña parlamentaria de 2017, cuando Vivienne Bachelet se postuló para diputada por el Partido Socialista junto con el abogado Fernando Atria en el distrito 11, que abarca Las Condes, Vitacura, Lo Barnechea, La Reina y Peñalolén.
“Llegamos a la feria y fue impresionante cómo todas las personas se le acercaban y querían hablar con ella. Estaba rodeada de gente”, dice Vivienne Bachelet a PAUTA. Habla con dificultad y tristeza, pues solo han pasado pocas horas de la muerte de su tía.
De pronto, un anciano comenzó a increpar a Ángela Jeria. “Le dijo algo en contra de la Concertación y ella, sin importarle estar rodeada de gente, se enfrascó en una discusión”, dice la médica. “Es que era de muchas convicciones, mucha consecuencia y mucho compromiso. Fue muy divertido porque no paraban de discutir”.
No es todo. “También era muy preocupada por la familia. Siempre estaba preguntando por cómo estaban mis hijos, pero no en forma general, sino por cada uno de ellos”.