Del caceroleo a Lavín: Los factores que influyeron en el duro revés del Gobierno

El golpe fue duro para La Moneda y Chile Vamos. La aprobación en la Cámara del proyecto que permite retirar hasta el 10% de fondos desde las AFP profundizó la crisis.

“Ha sido un día difícil, qué duda cabe”. Fue una de las frases que ocupó la vocera de Gobierno, Karla Rubilar, cerca de las 20:00 horas de este miércoles para graficar la derrota legislativa que sufrió el Ejecutivo, tras aprobarse en la Cámara de Diputados -con 13 votos de Chile Vamos- el proyecto de ley que permite retirar hasta el 10% de los fondos previsionales. 

El golpe fue duro. En La Moneda no lo ocultaban y en el Congreso tampoco, donde los rostros del Comité Político, liderado por los ministros del Interior, Gonzalo Blumel; de Hacienda, Ignacio Briones; de la Segpres, Claudio Alvarado y de Desarrollo Social, Cristián Monckeberg, mostraban su frustración ante los resultados. Sus argumentos en la Sala, y en privado, no fueron suficientes para convencer a los suyos ni a los opositores de que el plan reforzado para la clase media, que fue presentado el martes 14, era una mejor alternativa.

Al contrario, luego de varios intercambios públicos, algunos de ellos de alto calibre, los diputados de centroizquierda festejaron frente a los ministros. “Le hemos dicho a los chilenos que son dueños de su presente y su futuro”, dijo el diputado de la DC, Matías Walker. 

Tras la aprobación, hubo una reunión de emergencia en el Palacio de Gobierno encabezada por el propio Presidente Sebastián Piñera y en la que participaron los ministros de su círculo de hierro y también el jefe del segundo piso, Cristián Larroulet. Ahí, hicieron el análisis de la jornada y del panorama que se viene en la Cámara Alta. Luego acordaron que los secretarios de Estado se desplegarán nuevamente en los medios de comunicación para explicar el duro revés, y también para reafirmar que se jugarán todo en el Senado con tal de no repetir el escenario de este miércoles: perder con votos del propio oficialismo, agudizar la crisis del sector y, con ello, poner bajo la lupa el rol protagonista que tomó el Mandatario en este debate y del desempeño del Comité Político. 

“Creemos que en el Senado hay una nueva oportunidad y esperamos poder dar ese diálogo franco y además, hacer una invitación con mucha fuerza y vehemencia a ver si somos capaces de llegar al acuerdo que en realidad ha movilizado la aprobación ciudadana para este proyecto de ley”, agregó la ministra Rubilar. 

En la Cámara Alta, el margen es igual de estrecho. El futuro del 10% depende en la práctica de dos votos de Chile Vamos. En el Senado se requieren 26 apoyos para ratificar la decisión de los diputados y la oposición ya está alineada sumando 24. Por eso, los ojos están puestos en David Sandoval (UDI) que ya ha manifestado su apoyo a la propuesta y quedan bajo observación: los gremialistas José Miguel Durana e Iván Moreira y los RN, Manuel José Ossandón y Juan Castro. 

“En el Senado van a tener que abrir la billetera en serio”, comentó un dirigente del oficialismo. Pero eso está por verse. Este viernes en la mañana comienza la tramitación del proyecto en la Comisión de Constitución de la Cámara Alta. 

Los cálculos que no dieron y el factor Lavín

Desde temprano, este miércoles advertían en el Gobierno que “estaban al límite”, peleando voto a voto en la Cámara para que el proyecto no continuara y no se alcanzara el cuórum requerido de 93 apoyos. Hasta las 9:00 el panorama era auspicioso, dice un alto personero de Palacio. Sin embargo, a medida que pasó la mañana, el escenario se puso cuesta arriba. 

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¿Qué pasó en el camino? Dos factores habrían sido clave para enredar los cálculos, comentan desde el Ejecutivo. Por un lado, los cacerolazos de la noche del martes 14 y el miedo de un estallido social 2.0 aumentaron la presión en los parlamentarios y por otro, la influencia de un inesperado crítico del plan de fortalecimiento de la clase media: el alcalde de Las Condes -y el personaje oficialista mejor posicionado en las encuestas-, Joaquín Lavín. 

Pocas horas antes de la votación, el jefe comunal y excandidato presidencial de la UDI dijo en el matinal Bienvenidos de Canal 13, que el proyecto del Gobierno para ayudar a la clase media y que contempla un bono de $500 mil -como transferencia directa a personas con ingresos entre $500 mil y $1,5 millón que vieron disminuidos sus recursos- no lo convencía. “Lo encuentro malo, porque efectivamente deja gente fuera. Entonces, mientras no me expliquen cómo metemos a esa gente, no me gusta. No lo puedo votar a favor así”, agregó Lavín. 

Esta frase rápidamente se compartió en los grupos de Whatsapp del oficialismo e incomodó a La Moneda. De hecho, el ministro Briones, también en Canal 13, respondió a Lavín y le pidió “desplegar” sus propuestas. “Siempre es muy fácil decir esto es insuficiente”, señaló el titular de Hacienda. 

Es que la molestia del Gobierno no fue menor. Algunos apuntan a que los dichos del alcalde se convirtieron en un “tiro de gracia” para el Ejecutivo, pues terminó por convencer a algunos indecisos que pensaban abstenerse como los diputados RN, Hugo Rey y Jorge Durán, quienes finalmente cambiaron de parecer. De hecho, las mismas fuentes de La Moneda explican que fue el giro en la decisión de Durán, la primera señal de lo que se avecinaba: repetir la derrota de la semana pasada y nuevamente con votos de Chile Vamos, aunque con algunos nombres distintos. 

El Gobierno, los presidentes de partidos y jefes de bancada tenían la misión de neutralizar al menos tres votos de ese grupo de 13 oficialistas que apoyaban el proyecto y contener a otros tantos dudosos que la primera vez se abstuvieron. Con diez parlamentarios no lo consiguieron: los RN Andrés Celis, Ramón Galleguillos, Érika Olivera (IND-RN), Leonidas Romero, Aracely Leuquén, Eduardo Durán y Hugo Rey mantuvieron su votación original a favor, al igual que los UDI Pedro Pablo Álvarez-Salamanca, Virginia Troncoso y Cristhian Moreira, quien pese a argumentar problemas de salud -dicen en su partido que no “soportó la presión”- y votó a distancia.

Con los otros tres, sí se logró, pero no fue suficiente, porque si bien los diputados Miguel Mellado (RN), Pablo Prieto (IND- RN) y Celso Morales (UDI) se abstuvieron esta vez; otros tres parlamentarios, cambiaron su posición y aprobaron la moción: Sandra Amar (UDI), Álvaro Carter (UDI) y Jorge Durán (RN). Y con eso se neteó la cuenta final. Así, al igual que en la votación general de la semana pasada, este 15 de julio, en la votación particular se logró sumar 95 votos a favor (de ellos 5 UDI, 7 RN y 1 IND-RN), pasando al Senado el artículo uno del proyecto, que permite el retiro de fondos desde las AFP de manera excepcional por la crisis sanitaria y económica que provocó el Covid-19.

“Lamentablemente, no pudimos convencerlos a todos. Por lo tanto, vamos a tener que trabajar muchísimo. Vamos a hacer un esfuerzo muy importante para que este traspié tan importante permita dar paso a un nuevo trato y que volvamos a trabajar con sentido de unidad y con sentido de coalición”, dijo el ministro Blumel minutos después de la polémica votación. 

Comité Político: “heridos, pero no muertos”

“Es el Presidente de la República quien define el futuro del Comité Político”, respondió Blumel en el Congreso. La pregunta que se repitió durante todo el día: en qué pie queda el círculo más cercano del Mandatario, luego de dos derrotas políticas de este calibre y una profunda crisis del oficialismo.

“Estamos convencidos de que en las crisis y en los momentos duros las personas comprometidas con su país sacan la mayor capacidad, la mayor fuerza posible para salir de ese momento duro. Lo más fácil, probablemente, sería dar un paso al costado. Lo más fácil, probablemente, sería decir que otros asuman la responsabilidad de seguir comandando”, explicó Rubilar al ser consultada por el tema. 

En Chile Vamos, uno de sus altos personeros ejemplifica la situación del Comité Político con la frase “quedaron heridos, pero no muertos” y eso depende, entre otras cosas, del peso que le dé el propio Presidente a esta batalla política e ideológica.

“El Comité Político está reestructurado hace muy poco y lo tenemos que ayudar. Por ningún motivo esto significa que haya que instalar uno nuevo. Eso sería un error”, comenta a PAUTA el diputado y timonel de RN, Mario Desbordes. 

Pero las críticas son cruzadas. Por un lado, está el liderazgo del titular del Interior, pero también los resultados de los refuerzos políticos que llegaron hace un poco más de un mes: Alvarado (UDI) y Monckeberg (RN). La derrota en la Cámara también los toca a ellos. Aunque en el oficialismo varios, explican, que “se hizo lo posible”, ante un proyecto que causaba tanto apoyo popular. Incluso, que era cosa de ver a los descolgados, los que varios calificaron como ajenos al “ADN” más duro de la centroderecha.

“Este momento es tan grave que no es un tema de cambiar ministros, es un tema de actitudes. El Gobierno tiene que hacer un ajuste en su actitud, pero nosotros también. Esto no puede ser un mercado persa, donde cada uno diga ‘yo quiero esto y súbame la oferta’. Acá, cada uno tiene que actuar por convicciones y tenemos que gobernar con convicciones, pero también tenemos que legislar con convicciones”, detalla a PAUTA la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe.

Los lamentos, las traiciones y las sanciones 

El segundo artículo del proyecto, que apuntaba a la creación de un fondo solidario para compensar lo retirado, se rechazó por no alcanzar el cuórum. Y aunque fue un pequeño respiro para oficialismo, quedó corto para pasar la derrota, dicen en el bloque de Gobierno. “Debemos hacer una autocrítica en Chile Vamos. Hay responsabilidades compartidas por lo que ocurrió, que es muy grave y las debemos asumir”, explicó el presidente de Evópoli, Hernán Larraín Matte, destacando que desde su partido -tienda en la que milita Blumel y Briones- no hubo descolgados. 

Es que aquí, además del rol del Comité Político y del propio Presidente, también estaba en juego las conducciones internas de cada colectividad. 

“Estamos golpeados, pero habrá que recuperarse. No entendería que esto se transforme en una crisis terminal. Es un tema importante, no hay duda. Pero no puede ser transformado en un problema de vida o muerte”, dijo Desbordes. 

Y agregó: “Chile Vamos ha tenido una derrota interna, sí. Pero, por otro, lado haber rechazado el proyecto habría significado un problema grave en términos políticos. La vía era muy difícil para Chile Vamos. La derrota la asumimos todos”.

Sin embargo, donde el revés se sintió más fuerte fue en la UDI. Se convocó una comisión política de emergencia este miércoles en la noche para analizar el resultado de la votación y el panorama que se viene. Es que el voto de cinco de sus parlamentarios descolocó a la mesa que dirige Jacqueline van Rysselberghe, en especial, el cambio de posición de los diputados Amar y Carter, que no solo tomó por sorpresa a la propia timonel gremialista, también a algunos ministros, en particular, porque Carter es subjefe de bancada. 

“Es un dolor importante. Nos duele que parlamentarios nuestros apoyaran esta iniciativa que apunta al sentido contrario de ayudar a la clase media […] qué pena que no hayan podido resistir la presión y no evaluaran los proyectos en su mérito”, señaló la presidenta de la UDI. 

De hecho, uno de los temas que se abordó en el gremialismo fue que este desmarque no podía ser “gratuito” y por unanimidad su comisión política pidió un “urgente pronunciamiento” del Tribunal Supremo del partido para que se apliquen las máximas sanciones a los cinco diputados.

Según los integrantes de la instancia, la aprobación de la iniciativa legal que permite el retiro del 10% desde las AFP constituye una falta grave a los deberes militantes. “Los diputados que optaron por votar a favor del proyecto han traicionado los principios de la UDI y están dañando gravemente a la clase media del país, cuando nuestro compromiso como partido es precisamente encarnar sus anhelos y esperanzas de desarrollo a partir de su esfuerzo”, señalaron en una declaración pública.