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¿Réquiem, catarsis o statu quo?: los caminos del análisis presidencial

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El Presidente Sebastián Piñera asistió este viernes a la Cuenta Pública del Congreso. Agencia Uno.
POR Gladys Pierola |

La duda es si un ajuste en el Comité Político será suficiente. Algunos como Mario Desbordes proponen una catarsis colectiva, pero con el mismo elenco.

Hubo misterio durante todo este viernes de cómo sería la puesta en escena de La Moneda para la promulgación de la ley que permitirá retirar hasta el 10% de los fondos previsionales. Finalmente, pasadas las 19:00 horas el Gobierno publicó un escueto comunicado que confirmaba que la firma del Presidente Sebastián Piñera estaba lista. Sin ceremonia y sin fotografías, en el documento de dos párrafos se señaló que el lunes 27 a primera hora ingresará el texto a la Contraloría General para su toma de razón

En Palacio, según comentan fuentes de Gobierno, siempre se pensó en un acto privado. La duda era qué tan privado y ganó la opción más austera posible para evitar más críticas o acusaciones de oportunismo, pues La Moneda siempre estuvo en contra del proyecto.

El golpe que dejó la propuesta impulsada por la oposición fue tan fuerte, que tanto en el Ejecutivo como en Chile Vamos están en pleno proceso de reflexión sobre cómo se componen las relaciones y cómo se sigue de cara a los complejos desafíos que aún quedan: el desconfinamiento, la reactivación económica y un intenso ciclo electoral, por nombrar solo algunos.

La crisis está en su punto más profundo, acusan varios en la centroderecha, pero eso no significa que aún haya tocado fondo. En La Moneda y en los partidos oficialistas a estas alturas ven un panorama difuso, pero al menos con tres posibles salidas: ejecutar el réquiem por la derrota, mantener la inercia de un statu quoquizás la menos probable, o levantar todas las heridas y confrontarlas en una gran catarsis colectiva.

“Tuvimos un conjunto de traspiés y muy malas semanas que dan cuenta de que tenemos que hacer las cosas distintas. No podemos seguir en el Gobierno y en la coalición en permanente confrontación y conflicto. Lo natural en política es enfrentar a una oposición, hacerlo de buena manera, respetando las reglas del juego y siempre con respeto. Pero cuando se producen conflictos al interior de la propia coalición evidentemente es una dificultad a la hora de hacer un buen Gobierno”, comentó el ministro del Interior, Gonzalo Blumel. 

Por eso, la idea de dar vuelta la página, como han dicho algunos miembros del Gabinete, cuenta con varios factores que están en pleno desarrollo. ¿Sirve una gran catarsis oficialismo-Gobierno, pero con los mismos protagonistas o se necesita un cambio radical del elenco de lado y lado para partir de cero? Esa es la decisión que viene masticando el Presidente Piñera, y que hasta el cierre de esta edición, no estaba despejada. Entre otras cosas, por el eterno problema en estos casos: quién está disponible para asumir en plena crisis

“Aquí el Gobierno tiene que tomar una decisión. No basta solo con un cambio de Gabinete y es muy probable que eso no cambie las cosas si no hay un cambio de los partidos socios del Gobierno. Aquí hay responsabilidades claras de los dirigentes, los jefes de bancada y los presidentes de los partidos. Esto ha sido un desorden y eso es evidente”, dice a este medio el diputado y presidente interino de Evópoli, Andrés Molina

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La confianza del técnico

Las especulaciones -y las ganas de varios- de que exista no solo un cambio en el diseño, sino un nuevo ajuste en el Gabinete, y en especial en el Comité Político, se instaló con fuerza tras las últimas derrotas sufridas en el Congreso. El Gobierno está de “brazos caídos” o “paralizado”, acusan los más duros del bloque oficialista.

De hecho, en las últimas dos semanas, y particularmente, luego que el proyecto del “10%” sorteara el primer trámite legislativo en la Cámara de Diputados con 13 votos del oficialismo y un alto número de abstenciones que se revirtieron en buena parte este jueves, la pregunta que se repitió a los miembros del Comité Político: ¿qué pasaba con ellos?, ¿debían renunciar? “Nosotros somos los primeros en dar un paso al costado si eso contribuye en algo”, dijo hace algunos días la vocera de Gobierno, Karla Rubilar, quien en privado y en público defiende la idea de que no se debe arrancar, aunque el barco se esté hundiendo. “En las crisis uno no renuncia” es una de las frases que la titular de la Segegob repite. 

En el caso del ministro del Interior, él esquivó la pregunta en varias oportunidades con el cliché de que es una prerrogativa del Presidente Piñera. Sin embargo, este viernes 24, Blumel usó la jerga futbolera para referirse a su futuro. Aseguró que, más allá de las especulaciones, es el director técnico el que escoge a los 11 jugadores que entran a la cancha. 

“Si estoy acá, cuento con la confianza del técnico y mientras la tenga, voy a seguir absolutamente comprometido con mi deber como ministro del Interior y Seguridad Pública”, dijo Blumel tras acompañar al Mandatario en la Cuenta Pública del Congreso

Y agregó: “Uno siempre quiere ser (jugador) titular. Obviamente, hay patadas que lo pueden dejar a uno medio maltrecho, pero cuando a uno le gusta el fútbol siempre le gusta jugar con pasión en la cancha”. 

Mientras varios piden precisamente su cabeza por no poder ordenar las filas internas, en La Moneda destacan que por más que el titular del Interior “esté cansado”, no dejará “botado” al Mandatario y que Piñera, a su vez, se resiste a la idea de dejarlo ir. Incluso, a diferencia de otros momentos, según las mismas fuentes, hoy el Comité Político está más unido y afiatado que en el cuadro anterior, cuando estaban Felipe Ward y Sebastián Sichel. 

En el oficialismo, el timonel de RN, Mario Desbordes, es uno de los defensores de que el equipo se mantenga con Blumel en la cabeza, pero en una versión recargada y mejorada. “Blumel no es responsable que se haya aprobado el 10%. Ni Blumel ni otro personero de Gobierno ni fuera del Gobierno, estando de ministro del Interior, habría impedido que se aprobara ese proyecto”, dice Desbordes a PAUTA.

El presidente de Renovación Nacional –apuntado por varios como el responsable de abrir la puerta de su sector a la discusión del retiro del 10% desde las AFP– asegura, también en clave deportiva, que se debe partir de cero, un nuevo tiempo del partido, pero con los mismos jugadores. “No tiene ningún sentido buscar a un Lionel Messi. Hay que trabajar con el gabinete actual”, agrega. 

Sin embargo, no todos son tan optimistas. Por ejemplo, un histórico personero de la UDI apunta a que la situación difícilmente podrá cambiar si el jefe de Gabinete pertenece a Evópoli, el partido más joven y con la bancada más pequeña del oficialismo. Para ordenar la casa, algunos dirigentes de Chile Vamos señalan que ese puesto debe ser ocupado por alguien de la UDI o RN, que tenga capacidad de mando sobre las filas internas y ejerza un rol casi de primer ministro o primera ministra. 

La catarsis colectiva

“Vivimos en el peor de los mundos, porque a nosotros todos nos pueden pegar, pero nosotros no podemos pegarle a nadie”, dice a modo de descargo un miembro del Gabinete. Más allá de la decisión que tome el Mandatario en las próximas horas o días, en el oficialismo algunos como Desbordes son de la idea que se necesita una catarsis colectiva que ayude componer las confianzas.

“Deberíamos tener una reunión pronto con el Presidente, los presidentes de partidos y con los ministros del Comité Político y hacer una evaluación de todo lo que ha pasado, un análisis con total franqueza de lo que ocurrió en estas últimas semanas y a partir de ahí, ponernos de acuerdo sobre cómo vamos a avanzar con todo lo que viene”, comenta el timonel de RN. 

De hecho, una de las preguntas sería cómo resolver los canales de comunicación y de acción y dejar atrás la idea que son “buzones” del Ejecutivo, como reclaman varios diputados y senadores de Chile Vamos. Algo de eso deslizó el ministro de la Segpres, Claudio Alvarado. “Tenemos que ver en dónde hemos fallado en que los parlamentarios tengan una crítica permanente hacia la acción y el quehacer del Gobierno”, dijo Alvarado en radio Duna

En la UDI, las críticas han sido más duras y sus dardos sí han apuntado en varias oportunidades al titular del Interior y a parte del círculo de hierro de Piñera por “ceder ante la oposición” o por quedarse “paralizados”. Incluso, en palabras de la presidenta del partido, Jacqueline Van Rysselberghe, al final de la tramitación del proyecto del “10%”, el resultado era tan evidente que el Gobierno “ni se esforzó en tratar de revertir la votación”. 

Y aunque 11 diputados [más los tres que renunciaron] y tres senadores de sus filas se descolgaron, la timonel de la UDI señaló, nuevamente, que su tienda era la más leal al Ejecutivo, pagando muchas veces los costos. 

Sin embargo, la senadora por la región del Biobío advirtió que en el camino hay otros proyectos polémicos que podrían poner a prueba -una vez más- la unidad de la coalición y la relación con el Gobierno. Ese es el principal desafío que tendrá el “nuevo trato” del que se ha hablado en las últimas semanas: cómo se zanjarán las controversias entre Chile Vamos y La Moneda, ya sea con los mismos protagonistas o con un elenco nuevo.