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El temor del Gobierno: que un relajo en el ’18’ genere un rebrote en pleno Plebiscito

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Agencia Uno
POR Fernanda Monasterio |

Hay fondas suspendidas, pero las medidas de desconfinamiento podrían provocar reuniones masivas que repercutan en un incremento infeccioso a fines de octubre.

A mediados de mayo, municipalidades como Ñuñoa, Maipú y Coquimbo anunciaron que, debido a la pandemia de Covid-19 que afecta al mundo, sus festividades patrias tradicionales del 18 de Septiembre se verían suspendidas.

El motivo es simple: el panorama que se vive en las fondas no es compatible con las medidas de distanciamiento y cuidado que se impulsan actualmente para evitar los contagios. El problema es que, con algunas comunas ya avanzando hacia el desconfinamiento, ¿cómo se puede evitar que los contagios no se produzcan en celebraciones más acotadas y reducidas al ámbito familiar?

Las primeras alarmas

Según comentaron fuentes de Palacio a PAUTA, esta preocupación ya se ha vuelto un tema real dentro de La Moneda. Desde el Ejecutivo se alistan a preparar alguna estrategia que evite un posible rebrote durante el fin de semana largo del Dieciocho.

Además, el estado de catástrofe decretado por el Presidente Sebastián Piñera el 18 de marzo, y extendido el pasado 15 de junio por 90 días más, encontraría fecha de término a solo días de comenzar las celebraciones patrias: el 14 de septiembre.

Un eventual nueva prórroga de la excepcionalidad constitucional, que es aún de exclusiva atribución presidencial dado que los motivos por los cuales se invocó en marzo se mantienen, siempre está en análisis.

Consultados por PAUTA sobre las posibles medidas que se podrían tomar para mitigar los efectos del Dieciocho, desde el Ministerio de Salud indicaron que este “es un tema que estamos considerando, pero que estamos definiendo todavía”.

Por otra parte, la epidemióloga y directora del Programa Estudios Sociales en Salud de la Universidad del Desarrollo, Báltica Cabieses, confirma que “el riesgo de un posible brote es real, en especial si todo se está jugando por la regla del confinamiento y no tanto de la trazabilidad de casos y contactos. Este monitoreo es desafiante, pero importante”. 

“Cualquier instancia de celebración masiva, como el día patrio que conlleva a una celebración de todo un país, implica riesgos de nuevo brote de Covid-19. En términos de salud pública, por una parte, es muy difícil salir de la cuarentena y limitar los desplazamientos, ya que muchos querrán visitar a sus seres cercanos o necesitarán salir a trabajar. Pero por otra, los desplazamientos son bastante difíciles de restringir, en el sentido de que personas de comunas de menor y mayor riesgo tendrán intercambios inevitables”, agrega.

Consecuencia en el Plebiscito

Una de las grandes preocupaciones del Gobierno es que, si se llegara a generar un rebrote producto del “efecto dieciochero”, las consecuencias se podrían reflejar en el Plebiscito del domingo 25 de octubre.

Si una persona se contagiara durante el fin de semana patrio, podría estar eventualmente convaleciente de Covid-19 para la fecha del Plebiscito. ¿Pero sus contactos? ¿Y los contactos de los contactos? De esa multiplicación se tratan los rebrotes infecciosos, precisamente, todo lo cual podría desencadenar el efecto de una bola de nieve.

De todos modos, sobre este escenario, el médico cirujano y epidemiólogo de la Universidad del Desarrollo Manuel Nájera señala que “aún no sabemos cómo vamos a estar en un mes y medio más”. Por lo tanto, el momento de la transmisión en que nos encontremos más cerca de la fecha llevará a que se dicten también otras medidas.

Eso sí, el epidemiólogo asegura que las celebraciones grupales, aunque sean en contextos familiares y acotados, desde luego que podrían ser un foco de contagio. “Especialmente porque en esos espacios, en muchos casos, se pierden las medidas individuales y la distancia social. Uno de los aspectos comunicacionales debería ser dirigido a la protección personal en esos espacios”, agrega.

Con él concuerda la epidemióloga y especialista en salud pública Samanta Anriquez, quien ejemplifica que “50 personas reunidas el 18 de septiembre, con consumo de alcohol, es probable que no usen mascarillas. Aun si el número reproductivo efectivo fuera un dato realmente confiable y fuera de valor 1, existiría la probabilidad que esas 50 personas contagiaran a 50 más. En personas que no usen mascarillas, cuando se reúnan y coman cerca unos de otros, la probabilidad de contagio puede ser todavía mayor, pero lo desconocemos”.

“Ante tanta incertidumbre, es un gran error relajar medidas antes del Dieciocho, pero los efectos de eso lo veremos a principios de octubre”, agrega Anriquez.