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La historia del enojo y el “abuenamiento” en el Colegio de Abogados

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PAUTA
POR Ana María |

Desde la polémica elección del año pasado que el gremio no tenía conflictos. Pero el retiro de fondos desde las AFP y una carta que el sector de centroderecha hizo pública, evidenció las diferencias ideológicas entre los consejeros.

Apenas pasó un mes y medio desde que Héctor Humeres asumió como presidente del Colegio de Abogados, el pasado 23 de junio, cuando tuvo que enfrentar el primer conflicto interno protagonizado por dos grupos: los 10 consejeros del sector del centroderecha -al que él pertenece- y los nueve de centroizquierda y Libertades Públicas.

Desde la polémica elección de junio de 2019 que el gremio no tenía roces. Esa vez el problema ocurrió en la centroderecha. Entonces, la mayor votación la obtuvo la abogada Macarena Letelier. Sin embargo, no fue electa presidenta, sino que se reeligió a Arturo Alessandri. El episodio terminó con dos renuncias: la abogada dimitió el colegio y Alessandri dio un paso al lado y abandonó el consejo.

El episodio se zanjó con una negociación por compartir la presidencia entre los dos sectores: un año lideraría el colegio Leonor Etcheberry –hoy vicepresidenta-, y el otro Humeres (ambos en la foto principal).

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Cartas van, cartas vienen

Hubo una carta. Titulada “Estado de Derecho”, esta misiva publicada el 21 de julio en El Mercurio al principio no tuvo que ver estrictamente con el conflicto, aunque días después su contenido tendría un efecto búmeran. Por cierto, el texto sí evidencia las diferencias ideológicas que hay al interior del consejo. Sus firmantes fueron Humeres, Carmen Domínguez, Marcela Achurra, Florencio Bernales, Carolina Fuensalida, Nicolás Luco, Paulo Montt, Enrique Navarro, Diego Peralta y Pedro Pablo Vergara.

Aunque no fue un acuerdo del consejo, los abogados de centroderecha -que fueron parte del la lista Gremial- decidieron enviar la carta en la víspera de que el Congreso aprobara el retiro del 10% de los fondos de la AFP, el 23 de julio. Y sus críticas apuntaban al mecanismo usado por los parlamentarios: vía una reforma constitucional transitoria y no a través de una ley de iniciativa presidencial, por lo que varios de ellos estimaban que eso podía ser un resquicio legal.

Pero la misiva iba mucho más allá del tema del retiro de fondos, pues cuestionaba la actuación en general del Congreso: dijeron que manifestaban “su preocupación por la forma en que en el último tiempo se han estado acogiendo a trámite o aprobando por el Parlamento materias propias de ley, por medio de disposiciones constitucionales transitorias”. Además, recalcaron que “el marco de la Constitución vigente establece con claridad las atribuciones legislativas del Presidente de la República”.

El enojo 

Hasta esa carta, todo iba medianamente bien. Pero el domingo 26 de julio, nuevamente en El Mercurio, apareció un artículo titulado “La difícil tarea de Héctor Humeres en el Colegio de Abogados”, la que incluía la foto del presidente del gremio sentado en un sofá de cuero negro.

Y fue el contenido de ese artículo periodístico lo que molestó, profundamente, a los nueve consejeros del otro sector: Leonor Etcheberry, Luis Alberto Aninat, Paulina Vodanovic, Elisa Walker, María de los Ángeles Coddou, Matías Insunza, Álvaro Fuentealba, Mónica van der Schraft y Cristián Maturana. Todos ellos, en la última elección, fueron parte de las listas Todos y Todas, De vuelta al Colegio y Libertades Públicas.

Especialmente les incomodó que se filtraran conversaciones internas del consejo. El tema de aquellas sesiones abordó una declaración pública de algunos miembros a raíz de que parlamentarios del PS y el PPD anunciaran que no apoyarán la postulación a la Suprema del ministro de la Corte de Apelaciones de Valparaíso Raúl Mera, por críticas a su manejo del caso Los Queñes.

En aquella declaración no hubo acuerdo de todos los miembros, por lo que solo fue firmada por los mismos 10 abogados que habían enviado la primera carta a El Mercurio: Humeres, Domínguez, Achurra, Bernales, Fuensalida, Luco, Montt, Navarro, Peralta y Vergara.

“El Consejo General del Colegio de Abogados, por la mayoría de sus integrantes, quiere insistir una vez más en la extrema importancia que tiene proteger adecuadamente la independencia e imparcialidad de los jueces, en la forma en que los diversos poderes proveen al nombramiento de los ministros de la Corte Suprema. Esa independencia se pone en riesgo, cuando el análisis de los candidatos se centra en elementos ajenos a la competencia profesional, la especialidad, el comportamiento ético y la correcta carrera judicial de los candidatos”, dice parte de la declaración.

Y si bien en un comienzo el consejero Cristián Maturana también había redactado una parte de esa declaración, finalmente no la suscribió pues los consejeros de centroderecha no estuvieron de acuerdo con su párrafo. Entonces, sacó su firma.

Vulneración de la confidencialidad

Así, tras la filtración de esos entretelones es que se desató el enojo de un grupo con el otro. Tanto así, que el lunes 27 de julio los consejeros del ala centroizquierda y de Libertades Públicas decidieron no participar de la reunión bimensual de los lunes del consejo. Y al día siguiente publicaron su propia carta, de nuevo en El Mercurio, abordando la situación interna. Firmaron la misiva titulada “Colegio de Abogados”: Etcheberry, Aninat, Vodanovic, Walker, Coddou, Insunza, Fuentealba, van der Schraft y Maturana.

Entonces recordaron lo que se había vivido en el período de Leonor Etcheberry tras la disputada elección del año pasado: “Se trabajó activamente para lograr consensos, lo que permitió al Colegio de Abogados, a través de su consejo actuando como cuerpo, se hiciera presente en numerosos temas de relevancia nacional”. Y enfatizaron que, a poco de haber sido relevada esa presidencia, “parece haberse modificado este ánimo por la vía de formular declaraciones sin lograr consensos y de informar a la prensa sobre el contenido de correspondencia privada sin que hayamos autorizado darla a conocer, vulnerando las confianzas y la confidencialidad de las discusiones en el seno del consejo”.

No es todo. También abordaron la carta de los consejeros de centroderecha en la que criticaban al Congreso y el proyecto de retiro de fondos del 10% de las AFP. Según los opositores, aquella opinión liderada por Humeres “no correspondía manifestarla como Colegio de Abogados, y menos en el sentido de la declaración pública formulada por algunos de los consejeros, porque recae sobre una materia donde existen sólidos argumentos para estimarla jurídicamente legítima y constitucional, según el parecer fundado de varios constitucionalistas, sobre la base de la protección de los derechos de las personas afectadas”.

Además se pronunciaron por la declaración pública sobre el ministro Raúl Mera: dijeron que jamás el Colegio de Abogados ha expresado el apoyo a un candidato a la Suprema y recordaron que los jueces deben “poseer independencia y méritos personales”, y que “se hace imperiosa la revisión del sistema de designación para combinar las razones de política de Estado que interesan al Senado y al Presidente de la República, con elementos que enfaticen la trayectoria judicial de dilatada carrera que los candidatos poseen”.

Miércoles de reconciliación

Así, tras un domingo, lunes y martes de desencuentros, llegó el miércoles 29 de julio. Ese día fue convocado un consejo extraordinario del colegio a petición de los mismos nueve abogadas y abogados que no habían asistido a la cita del lunes.

Eran las 8 de la mañana y los 19 consejeros se conectaron, puntualmente, a través de Zoom.

Y, contrario a los demás días, los ánimos partieron bien.

El primero en hablar fue Héctor Humeres. Desde ambos sectores del consejo cuentan a PAUTA que desde el principio el presidente del gremio tuvo un tono conciliador: recordó que los dos grupos han enviado cartas a los diarios en distintas circunstancias y, respecto de las filtraciones, que no se sabía quién lo hizo. Luego llamó a trabajar en unidad y a evitar este tipo de situaciones.

Después habló Leonor Etcheberry como vocera de su grupo: aclaró la molestia que habían sentido por la filtración de información.

¿Cómo quedó el ambiente después? Se produjo el “abuenamiento”.

Consultado por PAUTA, Humeres dijo que las diferencias de opiniones “ya fueron superadas” y que “es un tema interno y así debe mantenerse”.